GUERRA INTERNA EN EL PP

Génova tiende puentes a Ayuso con una condición: que aparte a Miguel Ángel Rodríguez

Miguel Ángel Rodríguez
Miguel Ángel Rodríguez e Isabel Díaz Ayuso. (Foto: EP)

Génova quiere zanjar la guerra abierta con Isabel Díaz Ayuso por la Presidencia del PP de Madrid. El anuncio de la candidatura de la presidenta madrileña ha sacudido a la dirección nacional, centrada en la próxima Convención Nacional de Valencia. Una cita clave para relanzar las aspiraciones electorales de Pablo Casado, que se ha visto truncada por la disputa por el adelantamiento del congreso regional. La cúpula de Génova no oculta su malestar, pero es consciente del daño que implica para el PP y también quiere tender puentes a la presidenta madrileña para rebajar tensiones y desgastes de liderazgo. Casado aceptará que Ayuso presida el PP regional. Pero con una condición: apartar de esa negociación a Miguel Ángel Rodríguez, el jefe de gabinete de Díaz Ayuso.

En Génova identifican el problema generado en el PP de Madrid con una persona en particular: Miguel Ángel Rodríguez. Según la versión de los hombres de Pablo Casado, a él le corresponde la decisión de hacer coincidir la polvareda sobre la disputa del partido en esta comunidad con la convención nacional del PP. Y no es la primera vez que Génova enfoca sus pugnas en Madrid en la figura de Rodríguez: ya lo hicieron en la polémica que rodeó al famoso balcón de Génova tras el triunfo de Díaz Ayuso el 4M, cuando Génova culpó a Rodríguez de la disputa por ver quién subía al balcón ante los medios de comunicación.

El propio secretario general del PP nacional, Teodoro García Egea, mantuvo recientemente una reunión con Rodríguez para intentar zanjar la disputa por la Presidencia regional. En el curso de esa reunión, García Egea llegó a lanzar a Rodríguez la siguiente frase: “No voy a permitir que pelees y enfrentes a dos íntimos amigos”. La reunión se mantuvo en el despacho del propio García Egea y en un ambiente de tensión evidente.

Lista única

Génova no quiere que la pelea por el PP regional se extienda. Quiere una lista única y acepta que sea comandada por Díaz Ayuso. Pero sí quiere que la negociación por el PP regional se convierta en el fin de la influencia de Miguel Ángel Rodríguez. Y, por ello, busca un pacto con Ayuso, que al mismo tiempo reste influencia al papel del jefe de gabinete madrileño de una forma definitiva.

Los desacuerdos con el principal artífice de la estrategia de la presidenta madrileña son totales. A él le atribuyen la supuesta ambición de potenciar a Ayuso por encima incluso de la organización del partido, un hecho que la presidenta autonómica no ha dejado de negar. De hecho, no es la primera vez que en la tensión entre Génova y la Puerta del Sol sobresale el nombre de la mano derecha de la dirigente regional. Ya antes de los comicios del 4M, las relaciones afrontaron un momento delicado por la elaboración de las listas, especialmente al anunciar Génova la incorporación de Toni Cantó. Finalmente, ambas direcciones rebajaron la tensión en una reunión clave que no contó con la presencia de Rodríguez, por petición expresa de Génova.

La dirección nacional recela de la estrategia de quien fuera secretario de Estado de Comunicación de José María Aznar, y portavoz del Gobierno. Al asesor de Ayuso le atribuyen, entre otras cosas, un supuesto deseo de usar los ataques de Pedro Sánchez para alcanzar perfil nacional y poder competir con Pablo Casado. Díaz Ayuso no ha dejado de rechazar estas insinuaciones y de garantizar su apoyo y lealtad a Casado.

En esta semana de alto voltaje, una y otra parte han exhibido sus posiciones, a las claras. Desde la dirección de Casado cortan en seco la pretensión de Ayuso de celebrar cuanto antes el congreso en Madrid. Avisan de que no toca, porque la propia Junta Directiva determinó que todos se celebrarán en el primer semestre de 2022. Sin embargo, Ayuso cree conveniente que se acelere la celebración del cónclave para poner a punto el partido de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2023. Hay que recordar que el PP madrileño está comandado por una gestora desde la salida de Cristina Cifuentes. Y desde Sol destacan que esa no es una situación óptima.

Un pulso sostenido durante tantos meses supone una carga obvia para un partido que quiere aprovechar para configurar su proyecto contra Sánchez. De hecho, la máxima en Génova ha sido la de los congresos de unidad. Una renovación territorial tranquila, sin disputas precisamente para evitar cualquier desgaste.

Desde Madrid consideran además irreal que se intente centralizar la estrategia de Díaz Ayuso. Defienden que la presidenta madrileña, cuya popularidad y tirón electoral está fuera de duda, está legitimada para marcar su propio perfil.

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