El ex vicedircom de Sánchez imputado mantiene relación con Moncloa una semana después de dimitir
Alberto Pozas, ex director de información nacional del Gobierno, cesó el pasado viernes con un mensaje a los periodistas en un grupo de whatsapp de comunicación de Moncloa del que no se ha salido pese a dimitir
Mañana jueves se cumplirá una semana desde que el ex director de Información Nacional del Gobierno socialista, Alberto Pozas, presentase su dimisión tras ser citado a declarar como testigo en la Audiencia Nacional por haber entregado al ex comisario José Manuel Villarejo el ‘pendrive’ con la información confidencial del teléfono móvil robado meses antes a una asistente del líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Una semana después, el ex alto cargo de Pedro Sánchez sigue en un grupo de whatsapp de coordinación entre la Secretaría de Estado de Comunicación y los periodistas, del que se despidió el pasado viernes con un mensaje atacando a quienes le involucraron con el caso y acusando de no querer hacer daño al presidente que le designó.
Pozas comunicó su dimisión a los periodistas y a altos cargos del Ejecutivo presentes activamente en el chat (el Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, la directora de Información Internacional, Carmen Pérez, o la subdirectora de Información Nacional, Susanna Reverter) desde un teléfono móvil que a día de hoy sigue recibiendo la información que se manda desde el palacio presidencial a los periodistas de todos los medios, pese a que Pozas ya no está ni en La Moncloa ni trabaja en ningún medio de comunicación. No obstante, fuentes del Gobierno recuerdan que en el grupo se permite estar a cualquier periodista que lo pida, política que sigue la Secretaria de Estado de Comunicación desde la creación de esta herramienta de comunicación.
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón citó a Pozas el pasado lunes en condición de testigo pero, minutos más tarde, tras confesar haber colaborado con el ex comisario encarcelado en Estremera durante su etapa como director de la revista Interviú, García Castellón cambió su condición de testigo a investigado por un presunto delito de revelación de secretos. Pozas tendrá que volver la semana que viene con abogado para explicar cómo consiguió el archivo con la documentación robada y por qué se lo entregó a Villarejo.