La estrategia de Puigdemont: independencia en referéndum o declaración unilateral en el Parlament

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Oriol Junqueras y Carles Puigdemont (Foto: Efe).
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Independencia sí o sí. Es la máxima que, en privado, se difunde en los círculos del Govern. Las vías son dos: el referéndum ilegal o una declaración unilateral de independencia (DUI). Aunque descartada en reiteradas ocasiones por Puigdemont y otros miembros de su gabinete-«No está encima de la mesa»-esa vía unilateral es la segunda opción, en caso de que el referéndum finalmente «no se celebre». Por primera vez, en el entorno del president se admite que el 1-O podría ser un absoluto fracaso, porque los colegios electorales no lleguen ni siquiera a abrir el domingo.

La ofensiva judicial y policial contra el referéndum ha puesto contra las cuerdas al gobierno independentista. Y ha logrado que la férrea convicción de que el 1-O habrá referéndum empiece a hacer aguas.  «Si no nos dejan votar…», reprocha un dirigente del PDeCAT. El  mensaje es que el Estado está «impidiendo por todos los medios» ejercer el «derecho al voto» en Cataluña. Y ese será también, de buen seguro, el argumento que expriman los independentistas, en la misma noche electoral, para justificar un 1-O fallido.

El matiz de que la declaración unilateral «no está encima de la mesa» es relevante. Ciertamente, no lo está encima de la del PDeCAT, pero sí en la de los socios de la CUP, el frente antisistema que pressiona al gobierno independentista.

En fuentes convergentes se admite que el trámite será el siguiente: si se considera que el referéndum no se ha podido celebrar, se convocaría un Pleno en el que uno de los grupos-previsiblemente los anticapitalistas- pediría alterar el orden del día para votar esa declaración unilateral. Es decir, el mismo mecanismo que ya se siguió con las leyes de la desconexión, en el convulso pleno de principios de septiembre.  Con la mayoría independentista de la Cámara, la independencia quedaría irremediablemente proclamada.

La táctica plantea dudas en el entorno de Puigdemont, pero, en privado, se admite que esa sería la fórmula. La propia coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, aseguró hace unos días que la DUI no era una opción. Pero también dijo que no imaginaba «ningún escenario que no sea el 1-O». Desde su partido se admite ahora que ambas cosas son perfectamente posibles.

En caso de que se estime que el 1-O se ha celebrado, la independencia vendría vía decreto del Govern, tal y como establece, recuerdan, la propia Ley de Transitoriedad, que prevé su declaración en 48 horas en caso de victoria del ‘sí’.

El portavoz parlamentario del PDeCAT, Carles Campuzano, ha insistido este jueves en que el próximo 4 de octubre será un día «muy importante» porque el Parlament deberá poner en marcha los mecanismos incluidos en esa ley, suspendida por el Tribunal Constitucional. Es decir, proceder a la declaración de independencia de Cataluña. En privado, en cambio, surgen dudas de si esto será posible por si, finalmente, el 1-O no llegue ni siquiera a celebrarse.

En esa dicotomía, el anticipo electoral parece una opción cada vez más alejada, pese a que así lo reclamó un sector de convergentes, y así lo insinuó la propia Pascal. Puigdemont no está por la labor y a muchos en el partido les genera dudas. Según las encuestas, el PDeCAT saldría muy escaldado. No así, ERC, con serias opciones de ser el triunfador de esos comicios.

La duda de la participación

¿Pero cuándo se considerará que el referéndum no se ha celebrado? En medios internos rechazan responder a la pregunta. En la Ley del Referéndum, de hecho, no se habla de ningún porcentaje mínimo, un criterio que resta aún más legitimidad a la consulta. La estimación de lo que se considere una participación «adecuada» se deja así,  exclusivamente, en manos de las autoridades catalanas.

No obstante, el independentismo entiende también que una alta participación daría credibilidad al 1-O. La inquietud porque la movilización sea inferior a la prevista es un hecho: en los panfletos que la ANC distribuye estos días se anima a votar, aunque sea ‘no’. «Si no estás de acuerdo con la independencia de Cataluña, vota ‘no’. No te quedes en casa», piden en uno de los mensajes, que instan a distribuir a través de las redes sociales y correos electrónicos.

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