Escándalo en Podemos

La escolta de Irene Montero: «Gestionaba el mantenimiento de sus propiedades y de sus coches particulares»

Pablo Iglesias jardín
Montero, Iglesias y su casoplón.

Irene Montero pidió a la escolta que ahora demanda a Podemos por el trato «discriminatorio» recibido de la líder de la formación, que hiciese de “chófer de familiares invitados al domicilio o de transporte de envíos de familiares”, que realizase “tareas de gestión de obras en una de sus propiedades” y que se encargase, además, de las labores de “mantenimiento de vehículos” privados de la pareja.

La trabajadora contratada por Podemos, demanda al partido porque Montero la obligó “de manera recurrente” -y fuera de su horario- a hacer de recadera para ella y sus hijos, llevar y traer a amigos y familiares hasta el ‘chaletazo’ de Galapagar o encargarse del mantenimiento de la vivienda y la mecánica de los coches particulares de la pareja.

Hasta el punto de que la escolta tuvo que adelantar el comienzo de su jornada laboral para «calentar el habitáculo del coche» que la portavoz parlamentaria de Podemos usaba en sus desplazamientos diarios.

Comida para los perros

Tal y como explica la trabajadora en la demanda por despido nulo presentada contra Podemos -ante el Juzgado de lo Social número 3 de Madrid- Montero le encomendó tareas variopintas de tipo personal como adquirir “productos de parafarmacia y droguería para bebés” o “alimentación” de determinadas marcas y supermercados, llevarle la cena a casa desde varios establecimientos concretos de Madrid o “comprar comida para los perros”.

La ex empleada exige su readmisión porque considera que prescindieron de ella tras quejarse por el trato “discriminatorio” recibido por parte de Irene Montero, durante el tiempo en el que estuvo a su servicio, desde el 26 de septiembre de 2017. Es entonces cuando “las órdenes, directrices y trato dispensado por ésta a la trabajadora” comenzaron a “exceder con mucho de las normales” recibidas hasta la fecha.

Los encargos de Montero, lejos de respetar “los derechos básicos y condiciones” mínimas que “deben regir una relación laboral”, se producían “no sólo” por encima “de la jornada legal, horario y turno asignados” a la misma en su contrato sino a horas intempestivas.

En vista del “constante exceso de jornada realizado, que nunca fue abonado” y “la multitud de horas realizadas en horario nocturno” que tampoco cobró, la trabajadora se negó a “llevar a cabo las órdenes” proporcionadas por Montero y le pidió, sin éxito, que regularizase su situación según el Convenio Colectivo.

Represalias

“Las gestiones y quejas realizadas por la trabajadora, en orden a solventar esa situación” y las exigencias de “respeto de sus derechos laborales básicos y de su dignidad” lejos de ser atendidas por Irene Montero empeoraron la situación, relata la escolta en su escrito.

Podemos decidió, entonces, reasignarla a “Doña Gloria Elizo” bajo “motivaciones sin concreción alguna, ambiguas, indeterminadas y en absoluto objetivas” para que continuase con sus funciones dentro del Área Logística del partido.

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