ERC mete presión a Sánchez y deja en el aire la legislatura si no negocia el referéndum

En ERC temen que la postura del PSOE de no querer hablar del referéndum refuerce a sus socios de JXCat en el boicot contra este foro

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Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Barcelona
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

La amenaza de no hablar del referéndum separatista que Esquerra Republicana quiere situar ya en el calendario, en el marco de la mesa de diálogo entre el Gobierno y el Govern prevista para mediados de septiembre, pone en pie de guerra al partido que preside el indultado Oriol Junqueras. Aunque el acuerdo inicial a cambio de la investidura de Pedro Sánchez incluía también dar cierta estabilidad al Gobierno, ahora, el cambio de las reglas del juego por parte de los socialistas podría poner en riesgo la mayoría que sustenta a la coalición. En ERC hay quien compara a Sánchez con José Luis Rodríguez Zapatero y ya se empieza a hablar de “traición”.

Este foro entre administraciones, que se reunirá por segunda vez tras el encuentro de febrero de 2020, y que es un trato preferencial a aquellos que quieren romper España, fue el principal acuerdo entre ERC y el PSOE para el voto a favor de los republicanos a la investidura del líder socialista. La no presencia precisamente de Sánchez en la cita de septiembre, avanzada este martes por OKDIARIO, es uno de los puntos que genera fricciones ahora mismo entre los dos gobiernos. Aragonès exige que el presidente se siente en la mesa, como lo hizo en febrero del 2020, mientras en Moncloa recuerdan que ya estuvo en aquella ocasión. El presidente catalán, si tiene claro que él va a asistir. Es una forma, dicen, que dar importancia a lo que se va hablar. Quién tampoco va a estar, pese a que había mostrado su interés, será Junqueras.

Meses después de aquel acuerdo firmado cuando ERC era el socio minoritario del gobierno separatista, ahora, ocupando la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès reclama al Ejecutivo que cumpla con su palabra. De no hacerlo, consideran en su entorno, «está vendido». Y es que él mismo pidió dos años de margen a sus socios de Junts per Catalunya en el diálogo con el Estado. Ese diálogo, concretan en el entorno del presidente catalán, pasa por hablar sin tapujos de la celebración de un nuevo referéndum, opción que este martes mismo ha desechado la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez. De hecho la castellanomanchega ha sido siempre muy clara pidiendo a los separatistas que abandonen sus reivindicaciones.

La ministra de Política Territorial, tras el Consejo de ministros, no solo ha dicho que la opción del referéndum no era viable, en respuesta a Aragonès, que ayer situaba el horizonte de 2030 como fecha para la celebración de esta nueva consulta, sino que además ha advertido al gobierno de la Generalitat que de lo que se hablará en la mesa será de cuestiones que afecten al día día de Cataluña. Es decir, convertir este foro que en su día pactaron para negociar el referéndum, a cambio de apoyo de ERC, en una especie de segunda bilateral en la que hablar de competencias y negociar transferencias. Es la fórmula Sánchez para disuadir a los separatistas de seguir por esa vía.

Temor a Junts

El miedo de Esquerra Republicana, no viene únicamente porque el PSOE se salte lo que habían acordado. Eso, aseguran, sería la excusa perfecta para sus socios de Junta per Catalunya para abandonar este foro y debilitar la parte catalana. Los de Carles Puigdemont nunca han creído en este espacio, quede de dar sus frutos los capitalizarían sus socios, y por eso tratan de boicotearlo sistemáticamente. Aunque Quim Torra presidió el primer encuentro por respeto institucional, ya fuera del Govern, ahora dice que se debería cancelar. Opinión que comparte con la presidenta del Parlament Laura Borràs.

Así pues, con un Podemos debilitado en el seno de la coalición y ya sin Pablo Iglesias al frente, uno de los principales aliados de ERC, y con un PSOE que intenta desdibujar la esencia de lo que en su día pactaron con los de Junqueras, en las filas republicanas tratan de hacer ver a los socialistas que su postura no ayuda a la vía del diálogo que ambos partidos han impuesto en el calendario y que empuja a Junts a volver a la vía unilateral.

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