La encuesta que irrita al separatismo: sólo el 20% de los catalanes no se sienten españoles
Uno de los rasgos definitorios de todo nacionalista excluyente es el de arrogarse la representación de toda la comunidad y hablar de ella en su nombre. Es lo que ha hecho hoy mismo Quim Torra, presidente de la Generalitat, cuando desde la tribuna del Parlament ha dicho que «Cataluña seguirá, no se detendrá y volverá a ejercer el derecho de autodeterminación». Frase que ha resonado en el hemiciclo a la vez que el Centro de Estudios de Opinión, conocido popularmente como el CIS catalán, ha difundido una encuesta según la cual sólo el 20,1% de los catalanes no se sienten a la vez españoles. El dato tiene mayor valor si se tiene en cuenta que el CEO es el instituto demoscópico que depende de la Generalitat.
A la pregunta sobre «¿Con cuál de estas frases se siente más identificado?», apenas el 20,1% eligió la respuesta de «sólo catalán». Por el contrario, el 41,2% optó por reconocer que se siente tan catalán como español. La encuesta, difundida este miércoles, desmonta el discurso del separatismo cuando intenta apropiarse de la representación de todos los catalanes en su conjunto.
Se reconocen también españoles, aunque en menor proporción que catalanes, el 17,4% de los encuestados. Y un 2,8% asegura sentirse sólo español. El 10,4% no sabe o no contesta.
De tal forma que, en mayor o menor proporción, se consideran españoles el 61,4% de los catalanes. Una cifra elevada para las pretensiones del separatismo de construir una mayoría social que termine por traducirse en las urnas.
Torra ha advertido este miércoles al Estado de que, si insiste en rechazar el «diálogo» con las instituciones catalanas gobernadas por el independentismo, Cataluña «seguirá adelante, no se detendrá» y «volverá a ejercer» el derecho a la autodeterminación.
En la parte final de su discurso de inicio del debate de política general en el Parlament, que se ha prolongado unas dos horas, Torra ha lamentado la «falta de valentía» del Gobierno de Pedro Sánchez, que no se sienta a hablar con las fuerzas independentistas, de manera que «es el Estado quien nos empuja a la confrontación».