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El ejército que preparaba Puigdemont: «Habilidades especiales, fuerza física y preparación paramilitar»

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Luis Miguel Montero

Los partidarios del ex presidente de la Generalitat catalana fugado de la Justicia, Carles Puigdemont, organizaron un «Estado Mayor» con «habilidades especiales, fuerza física o preparación paramilitar», según se desprende del informe elaborado por la Guardia Civil para el juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que todavía tiene que decidir si acusa a los protagonistas de la investigación de la Benemérita de terrorismo o de un simple delito de desórdenes por organizar varias algaradas en Madrid y Barcelona tras conocerse la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo contra los 12 políticos implicados en el procés, en octubre de 2019.

Los investigadores de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cataluña concluyeron en varios informes entregados en la Audiencia Nacional en abril de 2023 que «Josep Campmajó (empresario y escritor gerundense) en solitario o con colaboradores, realiza una serie de labores que revisten un cierto carácter clandestino y que inciden en ámbitos de diferente índole como puede ser el de la inteligencia, la seguridad o la informática forense, entre otros».

Los agentes de la Benemérita redactaron en sus escritos que «volviendo al análisis de evidencias, se han hallado alusiones a un «Estado Mayor» en un mensaje cuya autoría posiblemente sea de Campmajó, en el que se indica la existencia de un equipo a su disposición con “habilidades especiales”. Según el análisis de metadatos, «los mensajes son sucesivos y están fechadas entre el 21 y el 23 de agosto de 2020».

Puigdemont
El informe de la Guardia Civil.

De hecho, la Guardia Civil descubrió varios colaboradores de este «Estado Mayor», entre ellos a Raúl N.G., «mosso d’Esquadra que procede al traspaso de titularidad de matrículas e información policial privilegiada sobre sucesos e implicados, traspaso de información sobre despliegues y procedimientos operativos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, asesoramiento policial en materia de vigilancia operativa». Josep M.R.,  «caporal de la Policía Municipal de Girona, facilita información policial confidencial de tipo funcionamiento de un señalamiento en el espacio Schengen o identifica a componentes de la Policía Municipal de Girona vestidos de paisano» y Pau M. E., «Mosso d’ Esquadra que procede al traspaso de titularidad de una matrícula». Otro usuario de Twitter, Xuxu Rondinaire, no pudo ser identificado por la Guardia Civil, pero varios mensajes suyos describen contactos con personal del Servicio de Información de Mossos a quien los independentistas pedían información sobre la ubicación y actividades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Cataluña.

Canalla

Josep Campmajó, que usa el alias de Canalla en sus conversaciones con otros miembros de Tsunami y también con Carles Puigdemont en los whatsapps que intercambian, habría contado con «la colaboración directa de un grupo de personas sobre las que ejerce una aparente ascendencia y que le facilitan información o les presta algún tipo de servicio, desconociendo si reciben por ello prebenda o recompensa. Del mismo modo, un elemento común a lo largo de todo el análisis, es el constante celo por mantener la seguridad en las comunicaciones».

Campmajó guardaba con celo sus comunicaciones y sobre todo las que hacían referencia a Puigdemont, e incluso, según las conversaciones obtenidas por la Guardia Civil habla del «uso de diferentes aplicaciones en función de la sensibilidad que, revista el mensaje, manifestando que a través de Signal se hablan ‘temas de trabajo delicado (de los nuestros) y, por tanto, sagrado’, añadiendo sobre la aplicación Wire ‘es sagrado, ya que por ahí solo hablamos los que tenemos relación de gobierno’ (en referencia al gobierno de Puigdemont en Bélgica)».

Un extracto del mensaje dice, literalmente: «No tengo mucho margen de error. El trabajo que se me ha encomendado está ligado a las últimas acciones posibles que puede hacer la república de 2017. Los que participamos nos hemos desligado de casi todo. Me he deshecho de empresas. No tengo sueldo. Y trabajo en el bar, en la parada y en los stands de estrangis cuando puedo. Los hombres escogidos para acompañarme han sido escogidos, mayoritariamente, por el Estado Mayor. Los que he propuesto yo tenían habilidades especiales. O fuerza física, o preparación paramilitar o expertos en comunicaciones. Y todos ellos tienen la posibilidad de dejarlo todo en caso de urgencia en menos de dos horas. La mayoría tenemos un pie en el extranjero».

Para la Guardia Civil este mensaje «indica la posible existencia de un equipo con unas habilidades especiales que, habiendo pasado el filtro de un supuesto ‘Estado Mayor’ de Puigdemont, participan de las actividades o acompañarían a Campmajó en las supuestas misiones que este lleva a cabo». El informe enmarca parte de estas conversaciones entre Campmajó y Marta S. R., persona a la que «ha encomendado infiltrarse en CDR para que le reporte información (…)».

A esta mujer Campmajó le llega a escribir: «Sé que te necesitaré para alguna misión adicional. Seguro. Pero no sé ni cuándo, ni cómo. Cuando pase, será. Sigo monitorizando las informaciones que agentes como tú me pasáis. Aunque lo paso tal cual a quien proceda. Ya no lo hago yo». A este mensaje Marta S. responde que «te has explicado muy bien» y añade que «mi trabajo era recaudar información que me llegaba», de lo que la Guardia Civil deduce que la mujer ha logrado infiltrarse entre los CDR e informar a la cúpula de Tsunami. Campmajó la califica en otro apartado de «soldado» que hace lo que le ordenan. De hecho, Marta S. «traslada información sobre los CDR a Campmajó, así como de otros colectivos independentistas que promueven la movilización social», según la Guardia Civil.

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