Crónica del día

La derecha responde a Sánchez: “No les vamos a dejar respirar”

PP Vox Alberto Rodríguez
Pablo Casado y Santiago Abascal. Foto: EP

Para que todo salga disimulado. Pedro Sánchez, con la colaboración imprescindible de su acólita, la nacionalista Meritxell Batet, se ha valido de la prórroga de la Navidad para, contra todos los usos de la razón, convocar su investidura en pleno fin de semana. Ha tirado de su particular memoria   histórica para, emulando lo que hizo Suárez con la legalización del Partido Comunista, convocar a rebato en fechas de vacaciones, para culminar una operación sólo concebida para su mayor honra y gloria. Sánchez quiere presentar su Gobierno la próxima semana para empezar su gran operación al más puro estilo marxista: destruir desde dentro.

Es muy improbable que la gente de infantería de este país se esté enterando realmente del plan revolucionario que ha pactado con los leninistas de Iglesias para revolcar nuestras instituciones, hasta el punto de que nada tengan que ver con lo que parieron nuestros constitucionalistas del 78. Es curioso, pero los socialistas de toda la vida, los que se mesan los cabellos ante las tropelías de su secretario general, sugieren ahora, acomodadamente, que lo importante es que se forme un Ejecutivo cuanto antes, lo de menos es cómo se haga y por quién esté formado; lo trascendente es que los ministros, vengan de donde vengan, se fotografíen en las escalinatas de La Moncloa.

Es más, quizá para tranquilizar sus conciencias políticas, piden moderación y sosiego porque dicen -esto es literal- que “Sánchez se va a cocer en su propia salsa, que pronto (también en lenguaje marxista) aparecerán las ‘contradicciones objetivas’ y que esto no podrá durar mucho”. Así se resignan porque, a mayor abundamiento, pretenden seguir los dictados de la calle. Y, ¿cuáles son estos? Pues verán; a juicio de estos caballeros ahora petrificados, la denominada “calle”, por mucho que en diversos cenáculos esté aterrorizada por lo que se viene encima, no está por la labor de comenzar una estrategia de acoso y derribo de los golpistas de Sánchez, Por eso, los Page, Lambán (no son la misma cosa, téngase en cuenta) apenas hablan en otro idioma que no sea el de la hipérbole o el de la metáfora. Que se nos entienda, pero no del todo, que sepan que no estamos de acuerdo, pero que no vamos a desenterrar el hacha de guerra.

Y a todo esto, ¿qué hace la oposición? Pues son muchos los observadores que piensan que Casado se está pasando de templado en sus críticas, que tampoco es receptivo a la gravedad del momento. Son unas críticas medidas que el PP, en su Dirección, responde aventurando que dentro de muy poco, todo a partir de este día 7 de 2020, no dejará títere con cabeza en el Gobierno de la ultraizquierda. Desde la Secretaría General del partido se anuncia un plan de ataque en el que el Parlamento que -según sugieren- se va a convertir en un auténtico campo de batalla. Dice el PP con más o menos convicción: “No les vamos a dejar respirar”.  Habrá que ver en qué queda esto que, además, se adereza con otro plan de suma y sigue, con el de entenderse cuanto con Ciudadanos y a poder ser con los estilistas de la derecha de Vox para llegar a las elecciones catalanas, vasca y gallegas todos juntos en unión, algo que ahora sencillamente es solo un deseo. La derecha es especialista en asesinarse a sí misma.

O sea que, más o menos, todos otra vez a esperar la próxima acometida de Sánchez. Algunos ilusos propalan que sus programas máximos, los que ha pactado con los leninistas de Iglesias, con los “nacioindependentistas· del PNV o con la reticente, pero ya volcada en el menester, Esquerra, son, lo dicen y lo escribe con toda claridad, simples “cartas a los Reyes Magos”.

Con todo respeto: ¡qué grandes estúpidos. Sánchez pretende cambiar España de arriba a abajo, caiga quien caiga, porque sólo en un país sentado a la puerta de su tienda por si pasa el cadáver de su enemigo, puede perpetrar su único fin, su deseo acariciado al fuego con su señora al lado: permanecer en el poder a costa de lo que sea. Esto es lo que nos espera. Esto es lo que este país, nuevamente dormido, ni siquiera es consciente de lo que les está pasando. Como dice un ex-ministro del PP: “Nos están matando pero aún no nos lo creemos”.

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