La declaración de Montoya busca evitar la prisión permanente revisable

El padre de Bernardo Montoya pide al pueblo de Cortegana que perdone al resto de la familia: “No tenemos culpa”

El presunto asesino de Laura Luelmo sólo confiesa que la golpeó en la cabeza y la dejó tirada en el monte

Cárcel de Estremera (Madrid).
Cárcel de Estremera (Madrid).
Ángel Moya

La Guardia Civil detuvo el martes a Bernardo Montoya en las afueras del Campillo después de cinco días vagando con su coche por la zona. Nunca se alejó más de 50 kilómetros, nunca intentó huir, se sabía vigilado y es un delincuente bragado. Sabía lo que tenía que hacer y decir por eso tras su detención se sentó con los guardias, se mostró colaborador y arrancó un relato inverosímil de cuatro horas de duración hasta la madrugada de hoy en un intento de evitar la prisión permanente revisable.

En la confesión fue ajustando su relato sin perder las tres premisas que más daño pueden hacerle. Durante esas cuatro horas Bernardo se mantuvo firme en que ni secuestró a la profesora, ni la agredió sexualmente ni acabó con su vida. Lo hizo admitiendo los detalles imposibles de negar y negando los que cree que aún desconocen los investigadores. Una apuesta arriesgada por su parte dado que los guardias esperaron a tener una serie de indicios suficientes antes de detenerlo.

Bernardo admite que le atraía fuertemente la mujer pero relata que se decidió a intentar llevarla con él en un impulso y no de una forma meditada. Algo que no cuadra con llevar cuerdas para atarle las manos y sacarla rápidamente del pueblo tal y como él relata.

Bernardo sabe que la autopsia dice que Laura tiene un fuerte golpe, que murió por ello. Y admite que le dio un golpe contra su coche en el momento de raptarla pero no admite que ese golpe la matara.

Bernardo admite que pensaba en agredirla sexualmente pero, por lo que ha visto en los medios, la autopsia aún no ha demostrado ese aspecto. El presunto asesino relató que finalmente no la agredió sexualmente.

Bernardo admite que se la lleva en el coche, los móviles les sitúan juntos en esas horas, pero relata que inmediatamente la deja abandonada con vida en el campo, que no hubo un secuestro ni rapto porque ni pide rescate ni la agrede sexualmente. Y porque se ha publicado que el móvil de la víctima posicionó más tarde a mucha distancia del lugar.

Ahora los investigadores intentan demostrar las fisuras de su relato y lo que parece más que evidente, que Bernardo asaltó a Laura para agredirla sexualmente y que la mató abandonando su cadáver. ¿Pero cuándo la abandonó en el camino? Los móviles, la autopsia y el trabajo del equipo de inspecciones oculares de la Guardia Civil (ECIO) nos darán la respuesta.

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