Los correos destapan la tensión laboral con el hermano de Sánchez: «Sólo apagamos fuegos»
"Ha sido una reunión caótica que trae muchos problemas, estoy perdido, no hay objetivos claros"
Un correo electrónico de enero de 2018 revela la crisis a nivel laboral que provocó la llegada de David Sánchez a los dos conservatorios de Badajoz. «Llevamos casi dos meses apagando fuegos […] hemos perdido parte de la confianza que delicadamente había intentado tejer con alumnado y profesores», advertía el entonces director de uno de los centros, Evaristo Valentí, en un mensaje desesperado al hermano del presidente. Se trata de un trabajador con el que tuvo mucho trato. El testigo ha declarado que, incluso, estuvo en la casa del imputado en Portugal.
«La verdad es que estoy un poco perdido, no tengo la sensación de trabajar con objetivos claros y veo que el conservatorio, por sus características, es algo muy frágil. Pasar a la historia como la persona que consiguió hundirlo no me apetece», escribía Valentí, quien ha declarado como testigo ante la juez que investiga la polémica contratación del hermano del presidente.
El intercambio de correos, incorporado a la causa judicial, muestra la profunda brecha entre la visión académica del centro y los intereses políticos que, según el testigo, motivaban la gestión de David Sánchez. «Aunque a nivel político tengamos más visibilidad y lo consideren un éxito, a nivel interno sabemos que el encuentro ha sido bastante caótico y ha traído muchos problemas», alertaba el director sobre una reunión de trabajo.
La situación había llegado a tal punto que Valentí denunciaba estar dedicando «el 90% de mi trabajo intentando solucionar estas cosas u organizando trabajo para otros (actividades que poco tienen que ver con nosotros) y dejo de lado lo que es mi responsabilidad, un centro educativo de nivel superior». El mensaje advertía que esta deriva ponía en riesgo la supervivencia del centro: «Si no hay alumnos, no hay conservatorio».
La respuesta de David Sánchez a estas graves acusaciones resulta reveladora. En lugar de abordar los problemas de fondo, el hermano del presidente se limita a mencionar vagamente algunos «proyectos de captación de alumnos» antes de cortar abruptamente la conversación: «Te dejo que tengo que atender a mis padres».
El correo también expone las tensiones por los continuos viajes y actuaciones fuera del centro. Ante la propuesta de un concierto en Portugal, Valentí responde tajante: «No veo qué interés puede tener para nosotros hacer un concierto allí». David Sánchez justifica el viaje alegando expresamente que «quería cumplir pronto con el objetivo transfronterizo que nos indica Cultura, de quien finalmente dependemos».
La juez continúa investigando si la Diputación de Badajoz creó un puesto a medida para el hermano del presidente. El caso ha tomado un nuevo giro después de que el testigo revelara que «en 30 años nunca se había creado una plaza sin que la pidiéramos» y que David Sánchez residía en Portugal mientras ocupaba el cargo público en España.
El mensaje expone un centro educativo paralizado por la política de primar los espectáculos a las clases: «No hemos hecho nada todavía para atraer alumnado y ya es tarde para este curso, nuestro proyecto de máster está parado porque no hay tiempo de trabajar en él, los ciclos que quedan por organizar no están ni planteados, el de Contemporánea es un pastiche sin ninguna línea clara, con los Erasmus vamos apurados de tiempo…».
El director advierte que esta situación amenaza la supervivencia misma del centro: «Estamos destinando el trabajo y el presupuesto a los encuentros y actividades casi de amenización […] Si entramos en las necesidades presupuestarias para compra de instrumentos, material, partituras, libros, etc. veo que vamos a invertir dinero en cosas que no van a repercutir en ningún beneficio ni a corto ni a largo plazo».
La desesperación del director se hace patente cuando concluye: «Necesito que hablemos tranquilamente y saber cuáles son las líneas con claridad, encontrar algún sentido a lo que hacemos, porque no lo encuentro».
Respuesta de Sánchez
Por su parte, David Sánchez reconoce en ese intercambio de texto que alternaba su trabajo en la Diputación de Badajoz con continuos viajes a Madrid por asuntos familiares. «Me voy a Madrid y a ocuparme un poco de mi familia. Que ya me toca», escribía en uno de los mensajes, mientras organizaba un concierto en Portugal que el director del Conservatorio consideraba innecesario.
«La situación en mi familia me preocupa un poco […] cuando la salud de repente abandona lo torna todo más frágil», explicaba en otro mensaje, eludiendo dar respuesta a los problemas planteados: «No puedo dar contestación a todos los aspectos a los que haces referencia en tu análisis y creo que lo tratamos el próximo lunes».
«Estoy totalmente de acuerdo contigo», respondía el hermano del presidente a las críticas del director, pero sus acciones iban en sentido contraria. En lugar de abordar los graves problemas expuestos, proponía más conciertos: «En líneas generales el dar solamente un concierto es demasiado escaso… pero ¡somos tan pocos!». Una respuesta que evidencia el choque entre la visión académica del centro y los intereses políticos que, según el testimonio del ex director ante la jueza, motivaban su gestión.