Un ciudadano presenta en el Congreso una nueva propuesta de letra para el himno de España
Se dedica al marketing y es aficionado a la escritura. Guillermo Delgado Ortega, un vallisoletano enamorado de España, ha llevado este jueves al Congreso de los Diputados su proyecto de letra para el himno de España, que lleva por título Por la Libertad. Su composición se centra en valores como la libertad, la paz o la igualdad.
No es la primera vez que un ciudadano registra en la Cámara Baja su propuesta para poner letra al himno nacional y de hecho, la Comisión de Peticiones –que canaliza las iniciativas ciudadanas– viene recibiendo desde hace años las más diversas versiones, según informa Europa Press.
Pero este proyecto sí que tiene un punto más de seriedad que la inmensa mayoría de ideas. Porque es la primera vez que el autor edita un libro en el que explica cada una de las estrofas de la composición. En el volumen, además, incluye cuidadas fotografías y ofrece una versión en braille de la letra, gracias a la colaboración de la ONCE. Además, Delgado ha editado dos vídeos, uno más solemne acompañado de la Marcha Real y otro en versión flamenca.
En el citado libro, el compositor de Valladolid informa de que la Casa del Rey le ha agradecido que le haya enviado una copia del proyecto, que también tiene previsto entregar a los diversos grupos parlamentarios en el Congreso.
Ni España, ni patria, ni nación
Hay un hecho que demuestra la intención clara de este compositor de que su texto triunfe. Y es que las estrofas de la letra registrada, no incluyen mención alguna a España, ni cuestiones como patria o nación, y prefiere apostar por conceptos más universales. Si eso le da más posibilidades, dentro de las remotísimas que existen de que finalmente se adopte esta letra para el himno oficial de España, también denota la excepcionalidad de la realidad española. Así reza la letra:
Agua y tierra bordean mis fronteras,/
bajo un cielo azul que quiero compartir./
Sol y luna testigos del deseo/
de vivir en paz sin miedo a fracasar.
Mano con mano/
quiero respetar/
tu forma de sentir, de hablar y de pensar.
Sueños y metas/
quiero yo alcanzar,/
luchando siempre sólo por tu libertad.
Sólo el pueblo que cree en su destino/
lo alcanzará ante la adversidad./
Grita y canta que somos todos uno/
para conseguir vivir en igualdad.
Hombro con hombro/
debemos lograr/
proteger al más débil de la soledad.
Siega y cosecha/
el olivo y la vid/
sólo surco a surco se labra el porvenir.
Más de 250 años tiene el himno nacional de España, y durante prácticamente todos ellos se ha mantenido sin letra. ¿Por qué? Lo cierto es que el motivo de la falta de letra en el himno radica en las dificultades para ponerse de acuerdo al respecto: lo que a unos les gusta, a otros no, y viceversa.
El actual himno nacional tiene su origen en la llamada Marcha Granadera, que data del siglo XVIII y su autor es desconocido. Mantenida así durante años, en 1870 el general Prim quiso encontrar un nuevo Himno Nacional, pero el concurso se declaró desierto: ninguna de las marchas presentada gustó lo suficiente.
Lo mismo ocurrió cuando el Comité Olímpico Español (COE) convocó un concurso para encontrarle letra en 2007. Pese a que el concurso tuvo su ganador elegido por un jurado de expertos en música e historia, finalmente la letra se retiró ante la controversia y el rechazo generado entre gran parte de la población: de nuevo, no gustó la letra y se prefirió que el himno quedara sin letra.
Historia del himno nacional
La primera vez que se recoge la Marcha Granadera es en el Libro de Ordenanza de los toques militares de la Infantería Española, en 1761, que la contempla como la marcha militar española. La historia cuenta que éste fue el himno nacional español no por orden de ningún rey, sino fruto del arraigo popular en los propios ciudadanos de esta época: el rey Carlos III la declaró Marcha de Honor en 1770, y la costumbre popular la erigió Himno Nacional.
La Marcha Granadera se popularizó como Marcha Real entre los españoles del siglo XVIII porque era la música –tampoco tenía letra en aquellos años– que se interpretaba en los actos a los que asistía la Casa Real. Tras el fracaso de la búsqueda de un nuevo himno por parte del General Prim en 1870, la Marcha Granadera se mantuvo como himno del país.
Unos años después, en 1908, el Músico Mayor del Real Cuerpo de Guardias Alabarderos, Bartolomé Pérez Casas, hizo una readaptación del himno, y así se ha mantenido hasta nuestro siglo.
En todos estos años, la ‘Marcha Granadera’ ha sido el himno nacional de España, con sólo una interrupción: durante la II República (entre 1931 y 1939), cuando se adoptó el Himno de Riego, que sí tenía letra.
Durante la Guerra Civil, Francisco Franco restableció la ‘Marcha Granadera’ en sus territorios, haciéndola oficial en toda España tras su victoria a través de su publicación en el BOE del 17 de julio de 1942. En esta norma no aparece partitura alguna del himno, lo que hace entender que continuó con la de Pérez Casas.
Pese a que la partitura de Pérez Casas fue la vigente durante todo el Franquismo, el Estado no tenía sus derechos: los adquirió de los herederos del músico en 1997, ya en democracia, cuando también se encargó al Coronel Director de la Unidad de Música de la Guardia Real Francisco Grau su adaptación respetando la armonización de Pérez Casas pero recuperando la composición y tonos de origen.
Con la llegada de la democracia y la aprobación de la Constitución española, también se acordó que el himno –como el resto de símbolos del Estado, como la bandera–, debían estar configurado jurídicamente, y así fue: el himno nacional está regulado por un Real Decreto de 1997 en el que, entre otras cosas, se describen los compases musicales y se determina cuándo se puede tocar.