Felipe González: «El secesionismo no puede condicionar al resto de los españoles»
El expresidente del Gobierno Felipe González ha abogado este viernes por reformar la Constitución Española «sin miedo», con el objetivo de «adaptar» la Carta Magna a la situación actual y «prepararla para el futuro».
González se ha mostrado en desacuerdo con aquellos que rechazan una reforma actual de la Constitución debido a la situación que se vive en Cataluña, ante lo que ha considerado que «es justo al contrario», ya que «el secesionismo no puede condicionar al conjunto de los españoles para hacer lo que tienen que hacer».
Y es que, según ha considerado, «quedan muchos más desafíos por delante», que es «lo que hace compleja la tarea de gobernar», y ante los que ha reiterado la necesidad de «reformar la Constitución» para que recoja, entre otras cosas, que España es un país de la Unión Europea que comparte su soberanía con Europa, algo que cuando se redactó la Carta Magna en 1978 «era impensable».
Se trata por tanto de una «anomalía», que es «lógica por el desarrollo de los acontecimientos», pero que «hay que corregir», al igual que otras muchas, ha destacado Felipe González.
Crisis territorial
En su intervención, González ha destacado que existe una «crisis territorial», ante lo que ha señalado que no solo es «una crisis aguda con Cataluña», sino que incluye otros situaciones, tras lo que ha querido dejar claro que «la descentralización no es la centrifugación del poder, no es la construcción de reinos de Taifas, separados y enfrentados».
La descentralización «es una distribución del poder político para el servicio de los ciudadanos», ha señalado González, quien ha destacado que «para garantizar la cohesión territorial» es necesarios dos condiciones políticas, como que el poder central «tenga una reserva de competencias, que no es cuantitativa sino cualitativa».
La segunda condición pasa por «garantizar la lealtad frente a la desagregración, al separatismo», lo que «se puede llamar 155, o 153, 154 o lo quieran», de tal forma que «quien se salta la lealtad institucional y vulnera la legalidad, se le llama a capítulo, se le frena, se le quita poder o se le suspende», ha dicho.
Incluso «cuando llega ese momento dramático» de la suspensión, a juicio de Felipe González «hay que hacer mucho más política» y «mucho menos amparo debajo de la soga de los jueces».
«Enfrentar el desafío»
En ese sentido, González ha instado a acometer esta reforma «leyendo desde el artículo 1 hasta el último, para ver qué es lo que hay que reformar, entre otras cosas, según ha dicho, «porque algunos de los que la quieren liquidar, por lo menos tendrán la oportunidad de leerla».
González ha señalado que en España «nunca» se ha reformado una Constitución, sino que «siempre hemos dejado que se agote para liquidarla, y se supone que abrir una etapa nueva, inventar otra cosa», de ahí la necesidad a su juicio de ahora «enfrentar el desafío» de reformar la Constitución Española.
Un desafío ante el que se pueden dar tres actitudes, según ha dicho, que son «la de los que quieren liquidar la Constitución», a los que no les tiene «ningún temor», ya que «querrán leerla para saber qué es lo que quieren mejorar; la segunda actitud son «los inmovilistas», quienes cuando se elaboró «votaron en contra» y sin embargo «ahora no quieren que se mueva una coma», ha explicado el expresidente, mientras que la tercera actitud es la «reformista» que es la que González defiende.
«A mi me gustaría abrir un espacio de reforma constitucional para ganar otros 30 años mirando al futuro, no mirando al futuro», ha destacado el expresidente del Gobierno
Felipe González ha participado en la noche de este viernes en la localidad pacense de Villafranca de los Barros, en un acto público junto a la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra; el presidente de la FEMP, Abel Caballero; el secretario general del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara, y exsecretario Juan Carlos Rodríguez Ibarra.