Voluntarios europeos llegan la próxima semana para ayudar a quitar lazos en Cataluña
Los catalanes que salen a la calle a quitar lazos, esteladas y otros símbolos inconstitucionales no están solos. La próxima semana llegará a Cataluña un grupo de voluntarios procedentes de distintos puntos de Europa, para ayudarles en esta tarea y denunciar la persecución que sufren por parte de la Generalitat, según ha anunciado el empresario vasco José Manuel Opazo.
En declaraciones a OKDIARIO, Opazo ha explicado que el objetivo de esta campaña es conseguir que en Europa se conozca el acoso que sufren los catalanes que se oponen al proceso de independencia.
Es la respuesta a la ofensiva que ha puesto en marcha el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que ha pedido a los Mossos que actúen con contundencia contra los «fascistas» que salen a la calle a quitar lazos amarillos.
Siguiendo las instrucciones del conseller de Interior Miquel Buch, los Mossos anunciaron el pasado fin de semana que habían identificado a 14 personas por quitar lazos en los municipios de Móra La Nova y Tivissa (Tarragona), y que serán sancionados con multas de «hasta 30.000 euros» por «deslucir» los espacios públicos.
Sánchez, rehén de los separatistas
El empresario José Manuel Opazo considera que ha llegado el momento de denunciar en toda Europa la persecución que sufren estos catalanes, y para ello ha gestionado la llegada de voluntarios desde el extranjero. Acompañarán a los grupos que quitan lazos de los espacios públicos, y documentarán el acoso que sufren por parte de los independentistas, para darlo a conocer en medios de comunicación internacionales.
Se trata también de dar respuesta a las campañas de intoxicación que la Generalitat difunde, utilizando dinero público, en los medios extranjeros. Opazo considera que el Gobierno central no ha dado la batalla para que fuera de España se conozca cómo la Generalitat está cercenando las libertades de los catalanes opuestos al proceso de secesión.
José Manuel Opazo es el promotor de la manifestación convocada para el próximo 9 de septiembre en Barcelona con el fin de exigir la convocatoria de elecciones generales, en vista de que Pedro Sánchez es rehén de los partidos independentistas (PDeCAT, ERC y Bildu) que le han llevado a La Moncloa.
Esta servidumbre ha llevado a al presidente del Gobierno a denegar el amparo de los servicios de la Abogacía del Estado al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, en la querella que Carles Puigdemont ha presentado contra él en Bruselas en un intento de entorpecer la instrucción de la causa contra los golpistas del 1-O.
La «policía política» del conseller Buch
En la manifestación convocada el pasado 17 de agosto en Barcelona para rendir homenaje a las víctimas de los atentados de Las Ramblas y Cambrils, José Manuel Opazo sufrió también el acoso de los Mossos d’Esquadra, que le confesaron que tenían instrucciones de proteger la enorme pancarta colgada por la ANC para denostar la presidencia del Rey Felipe VI.
Opazo subió a la sexta planta del edificio de la Plaza de Cataluña en la que la ANC había colocado esta pancarta, y los Mossos le amenazaron con detenerle si intentaba descolgarla. La delegación del Gobierno en Barcelona había advertido a los Mossos que la pancarta constituida un riesgo para las autoridades y todos los asistentes a la manifestación, pues cubría cuatro grandes ventanales de una zona elevada del edificio e impedía controlar lo que sucedía en su interior.
El empresario vasco residente en Suiza constata que los Mossos d’Esquadra están actuando como una «policía política» al servicio del Govern independentista de Torra, ante la pasividad del Gobierno de Pedro Sánchez que deja indefensos a los catalanes que defienden la Constitución.