El BNG oculta su apuesta por la «vía unilateral» para la independencia de la «república de Galicia»

En un contexto político marcado por las cesiones de Pedro Sánchez al separatismo catalán, sus socios prioritarios para sostenerse en La Moncloa, el independentismo gallego recobra fuerza de la mano del Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Su empuje de cara a las elecciones a la Xunta que se celebran este domingo plantea un nuevo desafío por las reclamaciones históricas de este partido que, en los últimos años -y especialmente en su último programa electoral- ha maquillado sus postulados más extremos. El ideario político, en cualquier caso, sigue intacto y bebe de los mismos objetivos que el separatismo de Cataluña. Su fin es la creación de la «república de Galicia», un horizonte que la candidata, Ana Pontón, ni menciona ahora en el documento con el que concurre al 18-F.

Los documentos que alumbró el BNG en la Asamblea «nacional» celebrada en 2017 -en la que Pontón fue reelegida portavoz nacional del partido- exponían así sus ambiciones: «La constitución de un Estado independiente» es «la vía más habitual» para acceder a la soberanía «al depender sólo de la voluntad de los pueblos, y puede ser ejercida de manera unilateral».

«República de Galicia»

Para el BNG, «el ejercicio de la soberanía nacional tiene, fundamentalmente, dos fórmulas de concreción posibles: la creación de un Estado gallego independiente o la libre asociación de Galicia en un marco confederal», que no se limitaría a los «pueblos del Estado español»: «En todo caso, la premisa de partida será siempre que Galicia pueda decidir de manera absolutamente libre y soberana la solución. En cualquiera de las dos opciones, la fórmula jurídico-política que deberá adoptar la nación soberana es la república de Galicia», concluía el partido en su resolución, la guía de su acción política.

El programa con el que el BNG acude ahora a las urnas no menciona ese término, el de la «República de Galicia», y tampoco por la vía unilateral, apostando eso sí por el «derecho de autodeterminación» y la «soberanía plena», aunque en el largo plazo.

En su lugar, el partido considera que «en el actual contexto político» es «preciso avanzar con propuestas» para lograr «avances inmediatos», como la ejecución de las «transferencias pendientes».

Así, apuestan por un «mayor autogobierno», con medidas para «decidir sobre la base productiva y económica de Galicia», ejercer un modelo de financiación y una política fiscal a través de la «Hacienda gallega», o la gestión directa de la Seguridad Social y las pensiones. También aspiran a «ejercer libremente las relaciones internacionales» y a disponer de una Justicia propia.

«Los gallegos y gallegas tenemos derecho a instituciones democráticas propias, capaces de gobernar el país sin necesidad de pedir permiso», exponen en su programa.

Esos «avances en el autogobierno, en tanto que no se consolide el nuevo marco institucional» implican para el BNG, entre otros, «una nueva actitud frente a la cuestión lingüística» -«conocimiento real del idioma y derecho a usarlo en todo momento y en todo lugar»-, «la profunda revisión de las instituciones centrales que influyen en Galicia» -«de modo que podamos tener capacidad de incidencia directa en su designación y de veto en los casos en que una decisión afecte de forma relevante a los intereses de nuestro país»-, la «completa reformulación del Tribunal Constitucional» -que dejaría de ejercer sus funciones sobre Galicia- e, incluso, la «eliminación de las provincias».

«Disfrazados de cordero»

Frente a esta estrategia de maquillaje separatista, el presidente de la Xunta y candidato del PP a los comicios, Alfonso Rueda, ya advirtió días atrás sobre el riesgo del «independentismo disfrazado de cordero» que, con los socialistas como «socios», intentará importar «el modelo de Cataluña» a Galicia. «Es un peligro real», avisó Rueda.

El dirigente popular señaló además que los gallegos no pueden «permitir» que la región quede en manos del independentismo del BNG, siendo así «otra filial del Gobierno de Pedro Sánchez».

Según la última encuesta de intención de voto elaborada por Data10 para OKDIARIO, el PP podrá seguir gobernando en Galicia con mayoría absoluta -39 escaños, tres menos que en la actualidad- si bien el BNG crece como segunda fuerza política, a costa del PSOE, que se hunde. Vox y Podemos, por su parte, no tendrían representación en el Parlamento gallego.