Begoña Gómez declara que su asesora le ayudó en sus negocios con algún «favor excepcional»
La esposa del presidente admite que Álvarez fue contratada en Moncloa por ser su "amiga"
La mujer de Sánchez espera la resolución de sus recursos ante la Audiencia Provincial

La esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, ha decidido este miércoles responder sólo a las preguntas de su abogado, declarando que su asesora, Cristina Álvarez, le ayudó en sus negocios pero puntualmente.
Tal como estaba previsto, Begoña Gómez ha cumplido con la citación realizada por Juan Carlos Peinado para este 10 de septiembre pero no ha respondido al juez ni al fiscal.
Esta decisión supone un nuevo capítulo en la causa que investiga presuntos delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios y malversación. El titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid había adelantado la declaración del día 11 al 10 de septiembre, coincidiendo con la comparecencia de su asesora Cristina Álvarez.
Además, el magistrado ha intensificado la investigación solicitando el análisis de sus correos electrónicos desde julio de 2018. Peinado ha solicitado a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que analice la correspondencia electrónica de Gómez. «Verificado, remítanse dichos correos a la UCO para su análisis e informe al juzgado», ha establecido Peinado.
La petición abarca todos los correos «recibidos y enviados» desde el 11 de julio de 2018 «hasta la fecha». Esta fecha coincide con el nombramiento de Cristina Álvarez como directora de programas del Gabinete de Presidencia del Gobierno.
El juez también ha requerido a Presidencia que identifique a las personas que han ocupado el cargo de secretario general desde esa fecha. Asimismo, solicita información sobre quiénes «han venido autorizando, aprobando y/o ordenando el pago de las retribuciones percibidas» por la asesora.
La investigación se ha ramificado considerablemente desde su inicio en abril de 2024. La denuncia original de Manos Limpias acusaba a Gómez de valerse de su posición para recomendar a empresarios como Juan Carlos Barrabés en licitaciones públicas.
Posteriormente, se han sumado querellas de HazteOir y Vox por presuntas irregularidades en el registro del software de una cátedra de la Universidad Complutense que dirigía la investigada.
El caso ha adquirido una dimensión considerable que conllevará que Peinado se afane al máximo para concluir el caso ante la llegada de más y más pruebas: de las cartas de recomendación firmadas por Begoña Gómez a favor de su socio en licitaciones del Gobierno, el informe de la Intervención General del Estado sobre la adjudicación sospechosa, los correos de su asesora pidiendo desde Moncloa dinero para sus negocios, la creación de una SL con ánimo de lucro para explotar una web creada desde la Complutense, etc.
El delito de malversación se incorporó a la causa en agosto tras el pronunciamiento de la Audiencia Provincial de Madrid. Los magistrados consideraron que existían indicios de «desviación de recursos públicos en favor de intereses privados» a través del nombramiento de Álvarez.
La Audiencia destacó «la amistad personal previa siendo la razón de su nombramiento en el cargo de máxima confianza, sirviendo a las actividades privadas de Begoña Gómez». Esta circunstancia podría configurar una utilización indebida de fondos públicos según el criterio judicial.
Sin embargo, los magistrados precisaron que Álvarez no podría haber cometido malversación como «funcionario ilícitamente destinado a cubrir necesidades o utilidades privadas de su superior». Sólo le atribuyen un posible tráfico de influencias por su «connivencia o anuencia con esa conducta».
Por su parte, el imputado Francisco Martín Aguirre, delegado del Gobierno en Madrid y antiguo secretario general de Presidencia, se desvinculó del nombramiento durante su declaración. Ejercía el cargo en julio de 2021 cuando se formalizó la contratación de la asesora.
La negativa de Begoña Gómez a declarar refleja la estrategia defensiva de ganar tiempo procesal. Sus abogados confían en que la Audiencia Provincial limite el alcance de la investigación o anule actuaciones del instructor. En algunas ocasiones ha respaldado a Peinado pero en otras ha acotado el caso.
La decisión judicial sobre los recursos pendientes marcará el futuro de la causa. Mientras tanto, la UCO previsiblemente iniciará el análisis exhaustivo de la correspondencia electrónica que podría aportar elementos probatorios decisivos en esta intrincada madeja judicial.
Declaración de Begoña a su abogado
Preguntada por cómo se gestó el nombramiento de Cristina Álvarez, la mujer de Pedro Sánchez ha asegurado no recordarlo. «Se me informó en Moncloa de que tenía que designar a una persona para las funciones, que antes otras esposas de presidentes habían tenido personas de este tipo, entre dos y cuatro asistentes», ha relatado. El motivo que le hizo decantarse por Cristina Álvarez fue «el conocimiento previo en el trabajo» y la amistad.
Según las palabras de Begoña Gómez, Cristina Álvarez se encargaba de «coordinar la agenda institucional», aunque también conocía la particular para que los actos o eventos «no se solapasen», razón por la que enviaba correos e iba en copia en los recibidos, ha señalado.
Según fuentes jurídicas consultadas por OKDIARIO, Begoña Gómez ha declarado que Cristina Álvarez «jamás me ayudó en actividad profesional alguna». No obstante, ha reconocido que la asesora le «acompañaba a actos oficiales» y «de manera puntual a actos particulares». «Era mi amiga», ha enfatizado.
La esposa del presidente del Gobierno también ha relatado a preguntas de su abogado, el ex ministro socialista Antonio Camacho, que Álvarez tenía acceso a la mayor parte de su correo electrónico en Presidencia porque, de lo contrario, «no podría ejercer sus funciones». En uno de los correos que obran en la causa, Álvarez pide en nombre de Gómez a un patrocinador de la cátedra de la Universidad Complutense que reconduzca su decisión de no seguir aportando fondos para su financiación.
En ese punto, Begoña Gómez ha dicho que «de manera esporádica» le pidió a Cristina que mandara algún mensaje en su nombre, que lo hizo al existir una «relación de confianza».
Sobre si esos «encargos excepcionales» afectaban al ejercicio de las funciones de la asesora, la mujer de Sánchez ha contestado que «no afectaban para nada», insistiendo en que el envío de esos mensajes en su nombre era algo «puntual». Begoña Gómez ha defendido que su asistente ha cumplido perfectamente en el desempeño de las tareas encomendadas.