Los barones piden la cabeza de Lastra como nº 2 del PSOE: «Que Sánchez la haga portavoz del Gobierno»

Aunque tratan de trasladar imagen de unidad, dentro el PSOE, la realidad es bien distinta

El PSOE culpa de su derrota a los andaluces progresistas «que se quedaron en casa»

Pedro Sánchez y Adriana Lastra.
Pedro Sánchez y Adriana Lastra.
Joan Guirado

Adriana Lastra es la cabeza que todos quieren en el Partido Socialista. Desde Moncloa -el gabinete del presidente-, desde la propia Ejecutiva Federal y desde los territorios, la señalan a ella como principal responsable de la debacle en Andalucía. Y hay cierto malestar tanto con su labor como número dos del partido como con su actitud durante los últimos días. Incluso Pedro Sánchez, a media campaña, le pidió estar más presente en Andalucía tras una primera semana casi desapercibida. Entonces fue omnipresente, con dos actos al día.

Este martes, ya con más sosiego, algunos incluso apuntaban a que una salida digna como vicesecretaria general del partido podría ser meterla en el Gobierno y convertirla en portavoz del gabinete -cargo que ocuparía poco más de un año y no los tres años y medio que le quedan estatutariamente como vicesecretaria general-. La diputada asturiana, a la que Pedro Sánchez le dio a elegir entre la portavocía del Congreso y el cargo orgánico tras el 40 congreso, optó por el partido. Y ahora acumula más poder que nunca.

Una idea que nace tras el viraje del nuevo PP de Alberto Núñez Feijóo hacia el centro y que limita por ahí la capacidad de crecimiento del PSOE. «Si Sánchez la quiere, que la haga portavoz del Gobierno» manifestaban con respecto a Adriana Lastra. Y es que después de lo ocurrido en las elecciones andaluzas, de ver que avivar el miedo a Vox sólo hace crecer a los populares, en las filas socialistas ponen el foco en crecer a costa de sus socios de Unidas Podemos y el proyecto que liderará Yolanda Díaz. Sánchez siempre ha recurrido a Lastra cuando el Gobierno o los socialistas han tenido que recrudecer el mensaje público.

Batalla

Pese a que la imagen que todos intentan trasladar en el Partido Socialista es de unidad, de que no hay fisuras, algunos ya hablan de «una batalla campal» por el poder orgánico -en especial en la era post Sánchez -que muchos empiezan a vislumbrar-. Sobre todo entre Ferraz, donde reside el poder orgánico de la formación, y el Palacio de La Moncloa, donde reside el poder institucional. En ambos sitios manda una misma persona, Pedro Sánchez, pero son distintas las personas que ejecutan sus decisiones.

Lastra y Santos Cerdán, secretario de Organización, responsabilizan al jefe de gabinete del presidente Óscar López de lo sucedido. Aunque la campaña, principalmente, se ha dirigido desde Ferraz. Los números dos y tres del PSOE achacan a la mano derecha de Pedro Sánchez la decisión de aislarle de la campaña. Y creen que eso, que ahora reclaman varios barones al constatar que no suma -el PP arrasó en las tres localidades en las que Sánchez protagonizó un mitin-, es una decisión que tomó López personalmente.

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