La banda de Ahmed ‘El Talibán’, los violentos delincuentes que controlan la cárcel de Alhaurín
La situación de decadencia e inseguridad de la cárcel malagueña empeora día a día con más agresiones, actos violentos y el uso de drones para meter hachís y teléfonos
La prisión de Alhaurín de la Torre se ha convertido en uno de los centros penitenciarios más conflictivo de España durante los últimos meses. OKDIARIO ha tenido acceso a diferentes informes que apuntan a una conflictividad creciente dentro de la cárcel y que a mediados del año pasado llegó a personalizarse en una organización de estructura mafiosa dentro del centro liderada por tres peligrosos presos “dedicados a extorsionar, amedrentar y presionar a otros internos”.
De un tiempo a esta parte fuentes penitenciarias vienen alertando sobre el aumento de la conflictividad en la cárcel malagueña de Alhaurín de la Torre, pero la documentación a la que ha tenido acceso OKDIARIO demuestra que la situación es mucho peor de lo que se suponía. Si bien hasta ahora se habían disparado las agresiones contra los funcionarios, las reyertas entre presos o el aumento del tráfico de drogas y objetos prohibidos, lo que este periódico ha averiguado es que existe una organización criminal dentro de la cárcel que, con tres cabecillas en su cúspide, domina la delincuencia organizada dentro de la prisión.
En un informe fechado a mediados del año pasado los funcionarios explican que “se viene observando desde hace varias semanas la formación y crecimiento de un grupo de internos con actitud contraria al orden del departamento y la seguridad del mismo. Estos internos lideran a otros más jóvenes (…) y forman un grupo compacto de internos dedicado a extorsionar, amedrentar y presionar a otros internos”.
Según este informe la organización delincuencial de presos estaría comandada por tres internos: Alí B. S., Ahmed C. alias El Talibán y Alexander I. Los tres se dedican a “la introducción de teléfonos móviles, la venta de medicación de otros internos y la introducción de heroína y hachís”. De hecho, hace cosa de un mes, la vigilancia de la prisión detectó dos drones sobrevolando la prisión. Poco después, en un registro se hallaron teléfonos iphone y drogas con lo que se cree que los drones fueron la manera para introducir las sustancias y los teléfonos en la cárcel.
1.400 euros por 50 gramos de droga
Pero esa no es la única manera que esta organización tendría de mover su mercancía ilegal en la cárcel. Según asegura la documentación que obra en poder de OKDIARIO “se reciben informaciones de varios internos sobre la entrada de dos placas de hachís de unos 250 gramos cada una con un precio de venta en el patio de 1.400 euros por cada 50 gramos. Estas cantidades han sido presuntamente distribuidas a varios internos que las han guardado en la zona rectal”. De las 13 celdas que se registraron por la elaboración del citado informe en 8 de ellas se encontraron drogas adquiridas a este grupo de internos.
Pero esta pequeña mafia de presos no es el único problema de la cárcel malagueña. En el resto de la documentación a la que ha tenido acceso este periódico aparece otro parte en el que los trabajadores de la cárcel aseguran que “tenemos un grupo de internos que no quieren seguir las normas establecidas. Tenemos que estar continuamente llamándoles la atención, las órdenes se las toman bastante mal y las protestas son constantes”. De hecho, los partes penitenciarios reflejan cómo estos presos conflictivos lo son contra los funcionarios, pero también con sus propios compañeros de prisión. “De este grupo hay un interno en concreto que está amenazando y extorsionando a otros internos. Les amenaza con darles una paliza en el cuarto de baño. El resto de los internos están intentando evitarle, pero es complicado porque continuamente busca pelea”.
La situación actual de la cárcel de Alhaurín preocupa y mucho, pero las fuentes consultadas por OKDIARIO aseguran que esta situación actual tan severamente grave no es más que la consecuencia de no haber intervenido antes. Como ejemplo hay otro parte emitido en noviembre de 2020 que relata a a la perfección cómo estaba esa cárcel en aquel momento: “Se está produciendo un aumento significativo en el número de internos presentes en el departamento. Actualmente son 130”. Pero exactamente ¿eso qué significa dentro de un módulo? Los ejemplos son muy ilustrativos.
130 internos para 104 sillas de comedor, peleas en las colas para poder usar los teléfonos públicos, problema que se reproduce en las colas del economato, o en los turnos para usar aparatos del gimnasio o incluso para acceder a los turnos en las duchas. Lo que en libertad no supone más que una larga espera o regresar al día siguiente a ver si hay menos gente, que en la cárcel haya un tercio más de presos de lo que un módulo puede asumir es mucho más grave, ya que los cacheos, por ejemplo, no pueden ser todo lo exhaustivos que la seguridad de una cárcel requiere.
Si además en el centro penitenciario tienes una estructura criminal que domina al resto de reclusos y que no se achanta con los funcionarios, entonces más que una cárcel en Alhaurín lo que hay es un gueto difícil de controlar.