Ayuso: «Tras Franco, lo próximo a por lo que irán es la cruz del Valle de los Caídos»
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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no tiene dudas de que la cruz del Valle de los Caídos es el próximo objetivo del Gobierno de PSOE y Podemos tras la exhumación del dictador Francisco Franco. En esta entrevista, Ayuso advierte que Sánchez y sus socios pretenden «hacer un revisionismo de lo que han sido los 40 años de mayor paz y prosperidad de España» en alusión al tiempo transcurrido desde la Transición. La dirigente madrileña avisa además que no permitirá que el Gobierno destroce la economía de la Comunidad, poniendo en marcha iniciativas como la ley de autonomía financiera, que permitirá a la región blindarse ante subidas estatales de impuestos. «Quieren meter la mano en Madrid porque hay que pagar mucha fiesta», asevera.
Pregunta.- ¿Qué le pareció la que se montó en El Escorial hace ya dos años y medio año con la exhumación de Franco?
Respuesta.- Creo que lo siguiente es la cruz.
P.- ¿Usted cree que van a demoler la cruz?
R.- Creo que lo siguiente es cuestionar la cruz. Esta izquierda sabe hacer las cosas poquito a poco. Por ejemplo, tenían que ir poco a poco destrozando la imagen de la Monarquía porque es un símbolo de unidad y de igualdad de todos los españoles, como la Transición o la historia de España en el mundo. Y van por fascículos. Para destrozar la Monarquía no han empezado directamente a confesarlo. Han empezado con esos referéndums falsos en las universidades, atacando constantemente la labor del Rey Felipe y del Rey Juan Carlos… Van erosionando poco a poco y fabricando una supuesta necesidad. La hoja de ruta es evidente. Lo siguiente que estorba son las tradiciones, las creencias, la religión católica…
P.- ¿Pero usted cree que van a poner sobre la mesa el derribo de la cruz?
R.- No digo que vayan a derribar la cruz. Digo que lo siguiente es cuestionarla. Que por qué tiene ese tamaño, que por qué está ahí, que a quién representa… Empezarán así, poco a poco. Ya vimos a Franco volar en un helicóptero. Han ido poco a poco hasta conseguir su objetivo, que es deshacer la Transición, los consensos… hasta hacer un revisionismo de lo que han sido los 40 años de mayor paz y prosperidad de España.
P.- Van a por el bolsillo de los madrileños. Quieren resucitar el impuesto a los muertos, el de Patrimonio y el de Donaciones. ¿Qué va a hacer usted para pararlo y para preservar la autonomía fiscal, no de la Comunidad de Madrid, sino del contribuyente madrileño?
R.- Es que hay que pagar la embajada catalana número 20, la factura es cara. Entonces hay que pensar cómo pagamos todo esto, cómo pagamos 22 ministerios. De todo se encarga la señora Montero porque dice ahora que con el suyo va a ayudar a las escuelas infantiles, a las bajas laborales, al empleo… Entonces, ¿para qué valen los otros 21? A todos los ministerios les ponen la palabra ecologismo, feminismo o perspectiva de género y los tenemos justificados. Todo esto cuesta mucho dinero y ¿de dónde sale? De más impuestos. La izquierda gestiona a base de meterle la mano en el bolsillo al ahorrador. Ahora mismo Madrid es un motor económico porque durante 17 años hemos aplicado una política de bajos impuestos que nos ha colocado como la primera economía española. Pero hay que meter la mano en Madrid porque hay que pagar mucha fiesta. Todos los Gobiernos están bajando los impuestos, salvo el de Sánchez. Y, en lugar de equipararnos con el resto de las economías europeas y bajarlos nosotros también, pues vamos a ver si quedándonos con la contribución madrileña podemos ir solucionando esto. Es insensato, porque ningún lugar del mundo va mejor cuando se ataca a su capital.
P.- ¿Pero usted cree que se atreverán a destrozar la economía madrileña?
R.- Ya han llegado hasta el comité de expertos y para llegar a las conclusiones no hacía falta comisión alguna. Si ya lo sabemos: la izquierda les quiere subir los impuestos a los madrileños. Lo que vamos a hacer es proponer reformas legislativas, como hemos hecho ya para blindar por ley la autonomía fiscal de Madrid. Madrid es la comunidad más solidaria de España, paga el 70% de la caja común y vamos a defenderlo con todas nuestras posibilidades, con los contenciosos que haga falta en el Constitucional, en Europa, donde sea posible. Es absolutamente injusto e insensato atacar la economía de Madrid. La capital está al servicio de España. Pero si atacan al capital, se irá de Madrid y no se irá a otra región, se irá a otro país. Porque el capital es libre.
P.- ¿Y cuál va a ser el muro defensivo legal que van a establecer?
R.- Dentro de nuestras posibilidades, la ley de autonomía financiera para reivindicar y blindar fiscalmente Madrid. Van a tener más trabas a la hora de meter las manos en la recaudación. Y lo defenderemos en todas las instancias y tribunales. Nosotros tenemos una autonomía fiscal que se puede defender por el Estatuto y por la propia Constitución. Vamos a defenderlo así y, políticamente, allá donde tengamos la posibilidad.
P.- ¿Por qué Vox no apoya la Ley de Autonomía Fiscal?
R.- Porque según su discurso las comunidades autónomas no sirven. Pero yo soy presidenta de una de ellas. Y si no hubiera sido por la Comunidad de Madrid a lo mejor las decisiones económicas de Sánchez hubieran arruinado a la capital de España y, por tanto, al conjunto del país. Cuando las comunidades autónomas no se gestionan hacia un lado nacionalista y se hacen al servicio de España, las cosas funcionan. Nosotros pedimos una autonomía que está recogida en la Constitución y del mismo modo que Navarra, País Vasco y Cataluña hacen lo que consideran porque el Gobierno se lo permite, nosotros, por lo menos, queremos reclamar la autonomía financiera y fiscal que tenemos por ley. Tiene que haber una compensación y un contrapeso entre administraciones. Y la nuestra es la de aplicar impuestos bajos, menos burocracia y libertad.
P.- Médica y madre, Mema (Mónica García, líder de Más Madrid), ha propuesto que todos los madrileños vayamos en bici por la crisis energética que está provocando la invasión de Ucrania. ¿Vamos a tener que ir todos los madrileños en bici y llegar sudados a la oficina, oliendo y deslomados?
R.- Sí, probablemente. Sí, es una idea estupenda para levantar la economía en Madrid. Díselo a un currito de Leganés, de Fuenlabrada o de Parla, que se levanta a las cinco de la mañana; a los repartidores que ya no pueden ni pagar el depósito de gasolina y a los que les quieren tirar los coches abajo porque estamos en una agenda de transición que no tiene en cuenta al que más sufre… Hay que decirles que van a tener que llegar al centro a ganarse el pan con la bicicleta porque es una reforma energética muy útil.
P.- Pero un señor de Pinto o de Fuenlabrada que viene al centro de Madrid si no es Indurain lo va a pasar mal.
R.- El problema es que a la política hay que venir sufrido. Y cuando no se ha vivido nunca, como esta gente, te pones en un escaño y tienes ocurrencias como estas. Cuando no has tenido en tu entorno a gente que se ha dejado el patrimonio para crear empleos, que se ha arruinado en numerosas ocasiones o que trabaja a cambio de poco, luego tenemos a tanto político que tiene tantas buenas ideas como esta. Como otra de las ideas de esta semana, que era que, ya que la Comunidad de Madrid era una comunidad de ricos, por lo visto, pues tenemos que empezar a contribuir todos más. No se dan cuenta de que no es dinero de la Comunidad, es dinero del contribuyente. Son siempre las mismas ocurrencias, que les separan cada vez más de la calle. Ya lo vimos en las elecciones del 4 de mayo. Todos los municipios obreros que quieren ser libres y prósperos no votan ya a la izquierda. Esto ya no cuela. En los momentos de gran dificultad, la pancarta y las monsergas de siempre se caen porque estamos hablando de problemas realmente serios. Y a eso añádele toda la agenda ideológica que, en paralelo, han aprovechado para imponer cuando estábamos todos despistados salvando nuestro país de los peores momentos.
P.- El pasado jueves, en la Asamblea de Madrid, Mónica García sacó otra vez el tema de Tomás Díaz Ayuso y usted le dio una nueva paliza dialéctica diciéndole que a su hermano lo echaron de la función pública porque no iba a trabajar, ¿eso cómo es?
R.- Bueno, es vocal vecino y era el que menos trabajaba. A mí me cuesta investigar a los demás, ni me importa, pero era un cargo público y probablemente tenga que dar más explicaciones que quien no lo es.
P.- ¿Qué va a hacer la Comunidad de Madrid para paliar el drama humanitario de los ucranianos? ¿Cuánta gente va a recibir Madrid y qué va a disponer la Comunidad para hacer la llegada lo más cómoda posible?
R.- Por parte del Gobierno no hay una política migratoria concreta. Les hemos pedido que pongan Policía en las aduanas para conocer quiénes vienen, porque nosotros creemos en una política de integración pero con una estrategia. Pero no tenemos información ni de cuántos han venido ni desde cuándo. Lo que sí sabemos es que hay miles de ucranianos por toda España y muy especialmente en Madrid. Vamos a trabajar para que el sistema público no colapse y que no desatienda a las personas que, a su vez, ya tenían grandes dificultades en Madrid y necesitaban una ayuda extraordinaria. Y, mientras tanto, lograr que Madrid siga siendo un lugar que atrae empresas y grandes eventos. Porque ese motor que se ha generado tras la pandemia no puede parar. Madrid tiene que ser una región que lo combina todo. Y lo mismo vienen aquí los Rolling y los mejores eventos deportivos que seguimos ayudando a quien está en una cola del hambre o a todas las personas que huyen de la muerte y a quienes vamos a dar una acogida. Tenemos a su disposición el hospital Isabel Zendal para hacerles un chequeo médico y para ver si tienen Covid, porque muchos vienen sin vacuna. Y, además, queremos darles refugio y asistencia educativa para que los niños sigan yendo a clase. Necesitamos ayuda y recursos para seguir gestionando esto, porque la inacción del Gobierno ha provocado una ola espontánea de solidaridad pero ahora esto hay que gestionarlo. Traer a los ucranianos es algo encomiable pero ahora tienen que quedarse y vivir. Estamos creando un plan y hemos presentado un comité de crisis que trabaja en tiempo real dando información periódica sobre las medidas que estamos implementando.
P.- ¿A cuántos ciudadanos está en disposición de atender razonablemente la Comunidad de Madrid?
R.- No hay un número determinado. El otro día estuve en el Hospital Niño Jesús porque los niños con las enfermedades más graves, sobre todo con leucemias, han ido allí. Y les pregunté a los médicos cuántas personas podíamos atender. Me dijeron que no hay límites. La Sanidad de Madrid es única, pero es cierto que hay un número determinado de plazas. Por tanto, hay que ser consecuentes y seguir manteniendo el equilibrio de un sistema público que, además, cuesta mucho dinero a la sociedad madrileña. El límite no lo tenemos todavía porque estamos viendo, por ejemplo, cómo trabajar con empresas que nos están donando viviendas, hoteles que nos están ofreciendo sitios, los refugios y albergues que teníamos para otros fines…
P.- ¿Y eso cuánta gente supone?
R.- No te puedo decir un número determinado. Por Cruz Roja, hasta la fecha, se había atendido a más de 3.000 personas en Madrid. Nosotros hemos escolarizado a más de 300 niños y atendido a más de 300 familias en hospitales, con ingresos y tratamientos extraordinarios más allá de un simple chequeo. Pero las cifras fluctúan mucho porque unos vienen en taxis; otros, en tren; otros, en avión; otros ya estaban aquí y otros han ido directamente a familias ucranianas y todavía no han avisado a las autoridades. Entonces no sabemos todavía exactamente el número que ha llegado. Tenemos plazas prácticamente en casi todos los colegios. El sistema está preparado para un tiempo, pero necesitamos una organización.
P.- Hablemos del Covid, ¿cómo está la situación real en Madrid? ¿Qué futuro le vaticinan sus expertos, que son los que más han acertado del mundo?
R.- Ahora estamos en un momento en que la incidencia acumulada sigue bajando, es de las más bajas de España. Por eso ya hemos abierto el debate acerca de la idoneidad o no de las mascarillas en determinados interiores.
P.- ¿Usted eliminaría la obligatoriedad de las mascarillas en interiores?
R.- Durante algún tiempo, sobre todo en el transporte público o espacios de gran afluencia, creo que es mejor esforzarnos un poco más, a pesar de que sea incomodísimo. Pero en espacios abiertos donde hay una gran ventilación, aunque sea en interior, creo que es innecesario. Estaremos atentos a los ecos de la pandemia porque dicen que en algunos lugares, como en China, están experimentando una posible nueva ola. Por ahora en Madrid somos bastante positivos pero estaremos pendientes porque, como vivimos en un mundo globalizado, si eso sucede no sería ilógico pensar que pueda llegar otra vez. Pero hay que ver en qué cantidad y con qué preocupación. Si a día de hoy se nos pueden quitar las mascarillas, creo que es bueno. Y si vuelve una ola, pues se vuelve a empezar. Pero no podemos estar parados.
P.- ¿Y por qué Sánchez nos sigue obligando?
R.- Yo creo que porque no ha encontrado el escenario idóneo para hacer el anuncio. Como la Comunidad de Madrid ya se lo ha pedido habrá decidido que es mejor hacerlo en otro momento. Encontrará el momento para hacerlo cuando a él le venga bien, no cuando le venga bien a España, por supuesto.
P.- Los socios del señor Sánchez han propuesto un permiso remunerado menstrual para hombres trans y personas no binarias.
R.- ¡No me da la cabeza para tanta cosa rara! Ya no se puede vivir así con estas iniciativas en un momento como este. Las familias están asfixiadas, arruinadas y hartas de ver cómo han ido destrozando España paulatinamente y con una hoja de ruta perfectamente calculada. Los transexuales lo que necesitan son empleos, pues vamos a por ello. Los homosexuales necesitan respeto, pues vamos a por ello. Los heterosexuales necesitamos salir adelante con nuestro trabajo, al igual que los homosexuales y los transexuales, pues vamos a por ello. Vamos a por las cosas serias. Esto es el circo y los feministerios y todo lo que nos han ido fabricando a costa de los impuestos de todos los demás. Yo quiero que la gente sienta que trabajar y luchar por su país merece la pena porque es así. Esto te quita las ganas, pero afortunadamente ya estamos nosotros para recordar lo que somos como país. Hasta que, como siempre digo, los buenos lleguen a Moncloa.