Ayuso gana por goleada en Vallecas e Iglesias, el ‘dueño’ del barrio, queda 4º

Es seguramente el dato más significativo de la apabullante victoria de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones celebradas este martes. El Partido Popular ha arrasado en Vallecas, el distrito referente de Pablo Iglesias y en el que el líder de Podemos residió hasta su mudanza al casoplón de Galapagar. El resultado confirma el fracaso de la estrategia electoral de Iglesias, centrada en agitar el voto de la izquierda con un mensaje netamente populista y la exaltación del miedo al «fascismo». Y más aún. Le enfrenta a sus propias contradicciones. A la incoherencia entre su mensaje y su forma de vivir, propia de aquella ‘casta’ que tanto criticaba cuando irrumpió en la política.

El PP ha ganado los comicios en este distrito de Madrid, de clase humilde, obrera, con un 33,95% de los votos. Le sigue Más Madrid  y PSOE. Podemos ha quedado cuarto. O lo que para Iglesias es aún más demoledor, el último de la izquierda. Un puesto muy amargo para el ex vicepresidente segundo, que quiso asimilar a todo el distrito con su ideología.

Vallecas, claro está, no es ni quiere ser el bastión de Pablo Iglesias. Ni tampoco el epicentro de todo un mensaje de violencia alentada por Podemos y que tuvo su culmen cuando los radicales reventaron un mitin de Vox. Aquellos disturbios se saldaron con 35 heridos y varios detenidos. Entre ellos, dos de los escoltas de Pablo Iglesias, según trascendió este mismo fin de semana. Juan Carlos Monedero, ideólogo de Podemos, llegó a pedir a los vecinos que desinfectasen el suelo con lejía tras el acto de Abascal. «Fuera fascistas de nuestros barrios», animó la extrema izquierda. En un vídeo colgado en sus redes sociales Iglesias blanqueó los ataques: «Los ultraderechistas de Vox organizaron una concentración en la Plaza Roja con el fin, absolutamente deliberado y evidente, de provocar altercados en el barrio. Todo el mundo sabe perfectamente a lo que iban».

El líder de Podemos recurrió con insistencia a este barrio, presuntamente ‘rojo’, para impulsar sus aspiraciones electorales. «El barrio de Salamanca no puede volver a decidir qué políticas educativas o sanitarias se han de llevar a cabo en Parla, Vallecas o Getafe», clamó el líder podemita. Apeló a sus habitantes a votar, votar, votar, para «no sufrir la humillación» de ver cómo ganaba la participación en el barrio de Salamanca. Reservó allí uno de sus principales actos, la pasada semana, en el mismo lugar, la Plaza Roja, en el que los radicales apedrearon a Vox. E hizo lo que mejor sabe: lanzar el discurso del «odio y del miedo» contra sus rivales políticos y la amenaza: la alerta «antifascista».

OKDIARIO ya había comprobado hace días el rechazo hacia el líder podemita. «Que vuelva, pero con la Guardia Civil que tiene allí en el chalet, para protegerle, porque si le veo…», comentaba un vecino.

En los bares, las cafeterías, las pequeñas tabernas, tenían claro su voto. «A Iglesias no le quiero ver por aquí, porque mi negocio es mi negocio y la que me ha dado de comer es Ayuso». «Vive en un chalet en Galapagar y con escolta. ¿Qué le ha dado al barrio? Nada», se preguntaba otro vallecano. El sentir del barrio que no quiso ser el barrio de Iglesias.