Presos etarras

Así mintió Marlaska a las víctimas en 2018: «Los acercamientos serán «puntuales y sin delitos de sangre»

Marlaska Melilla
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (Foto: EP)
Pelayo Barro

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viaja este martes a Nueva York (EEUU) para participar en el Congreso Global de Víctimas del Terrorismo de la ONU. Allí coincidirá con representantes españoles del colectivo, al que ha soliviantado tras los últimos acercamientos de presos de ETA al País Vasco, como los de Javier García Gaztelu Txapote -asesino de Miguel Ángel Blanco- y Henri ParotMarlaska venderá ante la ONU su política de acercamientos, que nada tiene que ver con lo que le prometió a las víctimas en su primer encuentro al llegar al ministerio en 2018: les dijo que los traslados serían asuntos «puntuales» y siempre de presos «sin delitos de sangre».

Fue el equipo del propio Marlaska el que, en agosto de 2018, se puso en contacto con asociaciones de víctimas del terrorismo para concertar una reunión de trabajo. El 13 de septiembre, el ministro recibía a representantes de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), con el asunto de la política penitenciaria del recién aterrizado gobierno de Pedro Sánchez como punto número uno del día.

Las víctimas llegaban a esa reunión con gran expectación. La figura del magistrado Grande-Marlaska no era para menos: durante años, fue uno de los mayores azotes judiciales para ETA. Hasta el punto que se convirtió él mismo en objetivo de los terroristas, que planearon matarle durante uno de sus descansos vacacionales en La Rioja con un coche bomba.

Promesas rotas

Las expectativas en aquella reunión, según ha constatado OKDIARIO, se convirtieron en promesas firmes por parte de Marlaska: el Gobierno de Pedro Sánchez tenía claras, dijo, las líneas a seguir en materia de acercamientos a presos etarras. Todos los traslados, prometió, serían «decisiones puntuales y estudiadas». Y las familias siempre serían informadas.

Es más, como norma general, aquellos etarras que se beneficien de traslados al País Vasco o a prisiones más próximas a sus domicilios familiares serían «presos sin delitos de sangre y con la mayor parte de las condenas cumplidas». Habría excepciones a esta generalidad, pocas, y siempre «estudiadas minuciosamente» e informadas con antelación a las víctimas afectadas.

En esa misma reunión, Marlaska sembró algunas dudas entre las víctimas sobre lo que se esperaba en materia penitenciaria. Mientras desde la AVT se requirió que el Gobierno sólo acercase a aquellos etarras que colaborasen con la justicia en el esclarecimiento de atentados sin resolver, el ministro evitó comprometerse a ello. Les dijo que el único requisito en esos casos sería que «acepten la política penitenciaria».

Acercamientos masivos

Han pasado ya cuatro años de aquel primer encuentro y la situación es muy diferente a la que dibujó Fernando Grande-Marlaska. El Gobierno de Sánchez ha realizado un total de 345 traslados -a unos 200 presos-. Algunas familias, como la de los asesinados Becerril-Jiménez, ni siquiera fueron informados cuando se trasladó a los pistoleros.

Mientras, también, las competencias sobre política penitenciaria han sido transferidas al Gobierno de Íñigo Urkullu, y el País Vasco ya suma más de 100 etarras en sus cárceles. Ya son mayoría. Los terceros grados y el régimen de semilibertad, piedras angulares de ese nuevo modelo penitenciario vasco, acercan a la calle todos los etarras que aún cumplen condena. Unos movimientos aplaudidos por EH Bildu, convertido en muleta parlamentaria del Ejecutivo de Sánchez.

Además, Marlaska prometía que sólo los presos sin delitos de sangre accederían a beneficios, pero lo cierto es que toda la cúpula etarra, los ‘purasangre’ de la organización, ya han sido acercados. Sólo entre Txapote y Parot, dos de los últimos traslados firmados por el ministro, suman más de 53 asesinatos y 8.000 años de cárcel. Gaztelu, como esperan en Instituciones Penitenciarias, podría estar en la calle por Navidad.

A Nueva York

Marlaska viaja este martes a Nueva York para vender su política penitenciaria con ETA. Pero lo hace sin invitar a las víctimas. Como publicó OKDIARIO, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) denunció que el Gobierno español no había contado con las principales asociaciones para preparar los testimonios que se ofrecerán en este foro. Las organizaciones han manifestado su temor porque «el relato no sea veraz». Desde Interior aseguraron que las invitaciones corresponden a la ONU y admitió que las víctimas no podrán intervenir. Finalmente, la ONU ha invitado a la AVT para que esté presente en el evento.

«Es necesario contar la verdad de lo que ha pasado y lo que sigue pasando, que tenemos a Bildu en las instituciones, un partido que no ha condenado el pasado terrorista, que hay etarras huidos de la Justicia», lamentó Miguel Folguera, consejero de esta asociación de víctimas, ex guardia civil y víctima directa del terrorismo de ETA, en declaraciones a este periódico.

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