Crisis del coronavirus

La Agenda 2030 que es responsabilidad de Iglesias le obligaba a la «alerta temprana» de la pandemia

Coronavirus: última hora del Covid-19, en directo

Pablo Iglesias
El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, en el Congreso. (Foto: EP)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La competencia de la Agenda 2030, en manos de Pablo Iglesias, tiene entre sus metas una que cobra un nuevo sentido en la pandemia del coronavirus: insta a «reforzar la capacidad de todos los países» -en particular los países en desarrollo- en materia de «alerta temprana, reducción de riesgos y gestión de los riesgos para la salud nacional y mundial». Un punto cuyas carencias han quedado a la vista en la gestión de la crisis sanitaria.

La vicepresidencia segunda de Derechos Sociales y Agenda 2030 asumió los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU que hace cinco años fueron aprobados por 193 países y que se marcan 2030 como fecha para lograr un mundo más igualitario y justo. El Ejecutivo ha presumido de impulsar esas competencias y no ha dudado en darles gran visibilidad: basta recordar, anecdóticamente, que el propio Iglesias lució un pin con el símbolo multicolor que lo identifica en la misma sesión de investidura.

Sin embargo, los objetivos van mucho más allá de la mera cosmética y plantean retos ingentes para una nueva agenda de desarrollo sostenible en el mundo. Entre sus variados propósitos -lucha contra la pobreza, erradicación del hambre, acceso a la energía, trabajo digno, reducción de desigualdades, lucha contra el cambio climático- se recoge también el impulso a la salud y bienestar (objetivo 3) y dentro de éste, varias metas, como «poner fin a las epidemias», como el SIDA, tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas además de combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles. Más adelante -objetivo 3.D- se detalla la ‘gestión de riesgos sanitarios’, en la que se incluye la mejora de las capacidades en «alerta temprana» y en «reducción de riesgos para la salud». A la vista está que ninguna de estas metas se cumplió por parte del ministerio de Iglesias en el caso de la pandemia del coronavirus.

El texto aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas indica que «la Agenda implica un compromiso común y universal, no obstante, puesto que cada país enfrenta retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los Estados tienen soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica, y cada uno fijará sus propias metas nacionales, adscritos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)».

Seguridad Nacional

En julio del año pasado, el departamento de Seguridad Nacional editó el libro ‘La Agenda 2030 y los ODS. Nueva arquitectura para la seguridad’, firmado por varios autores, en el que se evalúa el plan de acción de España en esta competencia.

En referencia específicamente al objetivo 3, se considera que nuestro país «cumple a nivel nacional con la gran mayoría de las metas propuestas». Sin embargo, se añade, «existe margen de mejora» en ciertos indicadores, entre ellos, «reforzar las capacidades de alerta temprana y reducción y gestión de riesgos para la salud pública».

En este contexto, se destaca que «España, en el área de preparación para la respuesta ante las amenazas de salud pública, dispone de un plan de acción», en referencia al plan para pandemia de la gripe elaborado bajo el Gobierno de Rodríguez Zapatero, y que fue ignorado por Sánchez en el caso del coronavirus.

Iglesias se hizo cargo de la gestión de las residencias, el foco más dramático del coronavirus, en el momento más crítico de la epidemia. Una actuación que ha sido fuertemente cuestionada, por su manifiesta ineficacia en prevenir y evitar riesgos, y que se convirtió esta semana en el centro de las críticas de la oposición en el Congreso.

Iglesias respondió a una interpelación urgente de Vox acusando a la formación de Santiago Abascal de «parásitos», “antipatriota” y de representar a “gente con mucho apellido y poca vergüenza”.

Un cruce de acusaciones que se produjo cuando la diputada de Vox acusó al Gobierno de «dejar a su suerte a los mayores», «condenados a muerte». Desde el partido se reprochó al Gobierno que haya convertido las residencias en una casa de los horrores».

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