El 70% de los alumnos del colegio Los Campitos de La Palma ha perdido su casa

La magnitud del desastre de lo que está ocurriendo en la isla de La Palma, desde este domingo, se refleja en lo que ocurre en el ya histórico colegio Los Campitos, completamente sepultado por el paso de la colada de la lava. El 70% de los alumnos de este centro situado en Todoque ha perdido sus viviendas, según han relatado a OKDIARIO fuentes de la dirección del centro educativo.

Por ahora, según las mismas fuentes, son 16 de los 23 estudiantes de esta escuela rural los que en cuestión de horas se han quedado sin los principales lugares de su vida. Para estos niños de entre 3 y 12 años, con el paso del tiempo, la formación del nuevo terreno provocado por la colada será el único recuerdo de sus primeros pasos, relaciones y aprendizajes en sus casas, las calles del pueblo y su escuela.

Las profesoras de este centro de primaria, hace unos días, decidieron introducir en el currículum lectivo de los palmeros más pequeños materia sísmica y volcánica para educarles en un fenómeno muy ligado a la isla. Tomaron la decisión tras iniciarse los seísmos hace una semana, para dar herramientas a los menores de cómo responder ante situaciones como la vivida y para conocer mejor su historia.

De momento los 23 alumnos de Los Campitos, como la mayoría de los niños que viven en las zonas afectadas, seguirán este martes sin clases. Una vez se reanude la actividad lectiva, aún sin fecha, tendrán que ser reubicados en alguna otra escuela cercana para acabar el curso. El objetivo principal del profesorado, es que puedan pasar página lo antes posible. Reconocen que deberán hacer un trabajo psicológico importante por las pérdidas sufridas.

Casi la totalidad del barrio de El Paraíso del sur de la isla ha quedado devastado por el paso lento de la colada. A más de 1.000 grados de temperatura y con mucho espesor, el magma que expulsa el volcán se lleva por delante absolutamente todas las edificaciones, torres de electricidad e incluso carreteras que se encuentran en el camino.

Además de las aulas la colada también ha sepultado una granja de gallinas y un huerto escolar que estaba a cargo de los estudiantes. La directora de la escuela trató de acceder al centro para salvar a los animales, en el momento de la evacuación, pero la Guardia Civil ya le impidió el paso. Tuvo que resignarse a dejar morir carbonizadas a los ovíparos que formaban parte del día a día de este colegio público que es «como una gran familia».