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El Gobierno intentó cambiar el recuento del voto por correo y la Junta Electoral lo frenó: «Es ilegal»

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Por si la polémica por los retrasos en el reparto del voto por correo no fuese suficiente, el Gobierno intentó modificar el procedimiento de recuento de estas papeletas durante la jornada electoral del próximo domingo. El plan fue frenado por la Junta Electoral Central (JEC), organismo que vela por la transparencia y las garantías del proceso electoral, tal y como se recoge en la documentación a la que ha tenido acceso OKDIARIO. En el expediente se revela cómo la Delegación del Gobierno de Madrid planteó que el recuento de los votos por correo se iniciase antes del cierre de los colegios electorales, algo que, advirtió la JEC, «choca frontalmente con las garantías que la ley electoral establece para este procedimiento».

La Delegación del Gobierno basaba su petición en el elevado volumen de solicitudes previstas para el voto por correo: 2,6 millones, según el recuento final ofrecido por Correos. Una cifra récord por la inédita decisión de Pedro Sánchez de convocar elecciones en pleno mes de julio.

Al respecto, la JEC reconoce «las dificultades que plantea la celebración de elecciones generales el próximo 23 de julio y el incremento de las solicitudes del voto por correo debido a las fechas en las que debe realizarse la votación». Pero rechaza tajante la petición, con una demoledora argumentación.

Así se contabiliza el voto por correo

En primer lugar, «por el mandato taxativo que el legislador hace de la forma de escrutar este voto». La ley «señala que a las 20:00 horas, tras el anuncio por el presidente de la mesa electoral de que va a concluir la votación, permitiendo que los electores que se hallen en el local o en el acceso al mismo que no han votado lo puedan hacer, el presidente procede a introducir en las urnas los sobres que contengan las papeletas de voto remitidas por correo, verificando antes que se cumplan las circunstancias (…) y que el elector se halla inscrito en las listas del censo. Seguidamente, los vocales anotarán el nombre de estos electores en la lista numerada de votantes», recuerda la Junta Electoral a los socialistas.

«Trámite delicado»

«Esta previsión del legislador», prosigue el organismo, «no es caprichosa ni secundaria puesto que se trata de un trámite particularmente delicado de la votación», durante el cual «se deben ir abriendo sucesivamente los sobres de la documentación del voto por correo, comprobando que se cumplen los requisitos legales y que esa persona está inscrita en la lista de electores de esa mesa, anotando que ejerce su derecho de sufragio, y finalmente se introducen los sobres con los votos en la urna correspondiente».

«Esas actuaciones se hacen en presencia de interventores y apoderados que podrán hacer constar en el acta de la sesión las protestas y reclamaciones que estimen oportunas», un «aspecto particularmente relevante puesto que en la actualidad muchas mesas electorales no tienen interventores y los apoderados, sabiendo la hora exacta en que se van a realizar estas operaciones, pueden estar presentes en las mesas electorales».

Sin interrupciones

Además, el escrutinio debe realizarse «sin interrupciones», como contempla también la ley. Por ello, destaca la Junta Electoral, permitir que las mesas -como reclamaba el Gobierno- «puedan realizar este escrutinio a una hora distinta de la prevista por la ley y que pueda hacerse con interrupciones choca frontalmente con las garantías que la ley electoral establece para este procedimiento».

Así, «la opción propuesta por la Delegación del Gobierno obligaría a realizar interrupciones en el acto de votación por las mesas en los momentos en los que se estuviera escrutando el voto por correo, cuestión que no sólo podría producir confusión a los electores que lleguen en ese momento al local electoral sino afectar a la previsión legal de que el acto de votación se realiza de forma ininterrumpida desde las 9:00 horas hasta las 20:00 horas, salvo supuestos de fuerza mayor».

«La Junta Electoral Central es consciente de las dificultades que puede plantear el escrutinio por las mesas en la fecha de la votación (…) pero esas actuaciones deberán hacerse siguiendo el procedimiento electoral legalmente establecido», concluye.

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid explican que el objetivo de su petición era «agilizar el recuento» de las papeletas del voto por correo. Por ello, «se solicitó la apertura de esos sobres durante la jornada, con todas las garantías, y los interventores presentes, siempre de forma voluntaria y no obligada», explican a consulta de este periódico. Alegan que «hay momentos en los que no hay tanta afluencia de votantes» y, de esta forma, «se podía ir agilizando el recuento al empezar con el voto por correo».

Polémica por los retrasos

El voto por correo ha protagonizado la polémica de la campaña para las elecciones del 23 de julio debido a los retrasos en el reparto de las papeletas. Correos admite que no ha podido entregar esa documentación a 450.607 personas, tras haber intentado realizar las dos entregas en mano como determina la ley. En su mayoría de los casos se trataría de personas que se desplazaron a su destino de vacaciones sin haber recibido a tiempo la papeleta para poder votar.

El plazo para depositar el voto por correo finaliza este jueves. Durante los últimos días, la fotografía de las largas colas de ciudadanos a pleno sol -y con una de las peores olas de calor de la historia-se está convirtiendo en habitual en muchas zonas del país. Hasta Correos ha admitido la falta de previsión pidiendo a los ciudadanos que no esperen hasta última hora para depositar sus votos en las oficinas, para evitar esperas y acumulaciones indeseadas.