Wall Street: ¿El día del juicio final?
“Haga una lista de todas las cosas que pueden ir mal y determine cómo va a responder ante estas contingencias. Esta será la clave de su éxito, saber cómo vamos a responder ante lo inesperado” , Van K. Tharp.
Cada vez tengo más claro que en esta vida no hay líneas enajenables, ya que todo está en constante movimiento, ¿mi consejo? ¡acostúmbrense! Así como a los alardes de mediocridad que abundan últimamente por estos lares, decorados con infinidad de excusas baratas y opiniones desmedidas bajo cierta dosis de surrealismo banal. Dicen de ser buen intelectual subir al caballo por la izquierda y bajar por la derecha, y de mi querido sector que vive de la cultura del ‘panem et circenses’, aquello de que si no montas dos caballos a la vez no trabajas en el circo… circo si me permiten, que preparado para intentar gustar a todos, ha acabado por no gustar a nadie.
¡Estoy indignada! Una de las palabras que más me irrita escuchar estos últimos días es el tan temido “holder” o las llamadas manos de diamante de las que muchos presumen. ¡Aguanta fuerte! dicen algunos, pero el dolor bursátil emana precisamente de la autocomplacencia, algo que en el mercado va de la mano de la tendencia. Podría afirmarles que la arrogancia de una burbuja financiera es directamente proporcional a la magnitud de la tendencia de los precios de un activo. Así que aquellos que se las vienen dando de “gran tiburón de las finanzas” por el mero hecho de ser coetáneos en el tiempo de una gran tendencia, les aconsejaría una ducha fría, a ellos y a sus palabras vacías de coherencia. Para mi los hechos siempre han dictaminado que todo exceso se paga en el mundo de Mr. Market, y me atrevería a decir sin mucho margen de error que esta vez, tampoco será diferente.
Así que prepárense para el dolor señores, puesto que solamente cuando se siente dicho dolor, aquellos que siguen aferrados a la tendencia caen en la parálisis de no comprender absolutamente nada, por el simple hecho de ver cambiar una tendencia por vez primera en su corta trayectoria como inversores. Y ahí es donde el orgullo duele más que las pérdidas, puesto que si bien es cierto que es duro verse desplumado de la noche al día, lo peor en todo caso es no entender el porqué. Aquí es donde las manitos de diamante se convierten en mantequilla y la fragilidad se impone para vender sus acciones bajo el mismo argumento con el que las compraron; ¡porque lo hace el vecino! Eso sí, con un 90% de su dinero esfumado en la vorágine correctora que toda burbuja atraviesa. Y así, finalmente César lloró porque ya no había más mundos que conquistar…
Y sí, por supuesto que estoy hablando de las criptodivisas, que si bien siguen manteniendo la curiosa vanidad de los denominados ‘bitcoiners’ aferrados a su estrategia “holder”, la masacre que estamos aconteciendo aparenta más ser un proceso de estallido de burbuja que una mera corrección. Esto señores, se definirá las próximas semanas, en las que por cierto, no solamente es el mercado de criptodivisas el que se viene abajo, sino también un mercado que como intuía, está haciendo bandera del sentido común. Y es que como ya expuse en ésta, mi tribuna de opinión el 20 de septiembre de 2021 en mi artículo ¡La burbuja de la inmoralidad!, el mercado se estaba preparando para definirse entre acelerar la tendencia al calor de unos estímulos fiscales que tardan en llegar, o bien corregir los excesos al calor del ‘tapering’. Dicho todo lo cual, en Blackbird Bank abanderamos una vez más uno de nuestros valores fundacionales cuidando responsablemente el capital de nuestros inversores y manteniendo un 50% de nuestras carteras en liquidez, monitorizando compañías que como las del sector de la energía solar se han desplomado un 60% en lo que llevamos de año, algo que por supuesto nos alegra, ya que por el mero hecho de comprender la importante facultad que la amplitud del mercado tiene sobre la tendencia, nos permite aspirar a doblar nuestra rentabilidad simplemente bajo la estrategia del paso del tiempo, comprando con el mismo dinero ¡el doble de acciones!
Y bajo la tristeza que me produce presenciar cómo la arrogancia está a punto de hacer estallar las bolsas, veo a su vez un trasfondo del mercado que si bien es cierto que de aquí en adelante podría quedar como otro ajuste en tendencia, tengo argumentos de sobra para pensar que podemos tener más tensiones en los mercados. Desde luego, para nosotros cualquier subida que veamos en las próximas semanas las presenciaremos como un rebote técnico e incluso como una oportunidad de buscar cortos operativos, puesto que si algo puedo afirmarles es que en estos momentos la ingente cantidad de compañías que ya están en tendencia bajista es tan relevante, que un eventual rebote fallido podría incapacitar la tendencia alcista y dejar los precios en un mercado bajista que en caso de confirmarse podría detonar brutalmente la arrogancia inmoral de cualquier aventajado de la tendencia que no sabe lo que se le viene encima, ¡me apiado de ellos! Su dinero, jamás comprará nuestra riqueza, y es que un Trader de verdad, tal y como nos enseñó el Doctor Van Tharp, debe determinar cuándo lo inesperado es
una realidad. ¿Nuestra clave del éxito? límites claros, Iglesia y Estado.
Gisela Turazzini, Owner Founder CEO of Blackbird Bank