Wall Street; ¡No Country for Old Men!
“El mercado está más loco que en las puntocoms”. Charlie Munger
¿Has oído hablar alguna vez del metaverso? Neal Stephenson habló de él por primera vez en la novela Snow Crash y Spielberg lo llevó a la gran pantalla con su cinta Ready Player One, una película que podría tener bastante menos de ficción de lo que muchos creen. Me resulta fascinante ver cómo el mundo de la realidad virtual y de los videojuegos ha crecido en bolsa, hasta el punto de que ya existe un sector específico de la economía; el gaming.
Toda la tecnología que cobra vida alrededor del mundo del gaming ha podido en cierto modo crear cientos de spin-off, algunos como puedan ser la tecnología blockchain y el metaverso. El metaverso es un concepto que se presenta como la próxima generación de internet y describe una experiencia inmersiva y multisensorial sobre el uso de diferentes dispositivos y el uso de internet. Podríamos decir que las gafas de realidad virtual son en esencia el metaverso en su origen, que es básicamente la experimentación de sumergirnos de lleno en un mundo inexistente.
Llegados a este punto, tal vez se estén preguntando qué tiene esto que ver con los mercados financieros. Pues en esencia, todo. Puesto que la maquinaria del capitalismo se basa principalmente en la innata capacidad de creatividad empresarial del ser humano, y allá donde ve una oportunidad, el maravilloso incentivo hace el resto. ¿Saben? ya se ha creado un universo paralelo de realidad virtual en el que podemos tener nuestras casas por poner un ejemplo, y en general nuestra vida paralela, gracias a la tecnología nos permiten experimentar sensaciones que en algunos casos pueden superar la infelicidad que muchas personas sienten con su vida real.
El multiverso está siendo el protagonista de algo realmente asombroso y es que se están vendiendo ya terrenos entre compañías tecnológicas para dar calor a una queridísima nueva burbuja, la burbuja inmobiliaria del multiverso. Y pensábamos que lo habíamos visto todo, ¿eh? Y es que esto va tan en serio, que ya en las últimas semanas hemos visto 4 transacciones de 106 millones de USD a cambio de m2 de terreno virtual señores,… Y yo, que me cuestiono casi todo, me pregunto; ¿estamos más locos de lo que pensaba o qué? Y ya es decir.
Existe claramente una intencionalidad clara en el párrafo anterior, que consiste en despertar el interés de una nueva tecnología que veremos crecer con seguridad en los próximos años, y una tendencia que pienso que creará auténticos ludópatas y dependientes de la vida virtual que seguirá con el gran problema de la digitalización, ¿y cuál es? la triste pérdida de humanidad, del propio ser humano. Y es que para la amplia mayoría es más simple construir la vida que queremos sin esfuerzo, que luchar por nuestros sueños.
Sin embargo, esa nueva innovación que está empezando a florecer, está llamando a gritos el dinero, algo que abanderado por la infinita manguera monetaria de la FED llega a grandes caudales, y es que el veneno que comenzó Mr. Bernanke con su helicóptero loco, ha terminado convirtiendo la economía en un adicto al absoluto despilfarro, ya no sólo consumista, sino de inversión ¡pas mal! Así lo advertía Charlie Munger (la mano derecha de Warren Buffett) en su última intervención pública, cargando claramente contra las criptomonedas y las andanadas del mercado hacia pagar cualquier barbaridad por alguna compañía que huela a algo “diferente”.
¿La última prueba de ello? Rivian, compañía de coches eléctricos que sin tener ingresos ya se cotiza en bolsa por 95.000 millones de USD, ¡una brutísima locura! y es que si de algo vamos sobrados en este mundo capitalista que los bancos centrales han creado, es de dinero especulativo, tal vez un metaverso financiero que Bernanke, Draghi y compañía se han encargado de crear alrededor de una riqueza que sirve de poco más que para dar confort emocional, al amparo del efecto riqueza “actas de la FED dixit”.
Con ello no puedo afirmar que todas estas tecnologías lleguen a buen puerto y cambien el mundo al más puro estilo de Blade Runner, pero si algo puedo asegurar es que de la misma manera que la criptografía blockchain es una revolución tecnológica de la encriptación, los ordenadores cuánticos que serán realidad en 4 años servirán para destrozar en tiempo récord cualquier encriptado, puesto que muchas veces la sentencia de la innovación tecnológica es la propia tecnología. Pero si mi amado mundo financiero algo me ha enseñado, es que la tecnología que verdaderamente sirve no es la del metaverso financiero, es la de la realidad de que los buenos negocios, comprados a buenos precios, siempre han resultado ser sostenibles y rentables a largo plazo, en cambio abanderar la revolución tecnológica de cualquier índole ha castigado notablemente a aquellos que tratando de ser pioneros, se han convertido en auténticos pardillos del mercados. Tal vez por eso Munger a sus 97 años haya sido duramente ninguneado por la altiva comunidad ‘tech’, con aquello de que tal vez Wall Street es ‘No Country for Old Men’… ¿o quizás sí?