La vida marina puede reconstruirse en 2050
La vida marina puede reconstruirse en 2050. Es la principal conclusión de un estudio dirigido por los profesores de Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá de Arabia Saudí (KAUST, por sus siglas en inglés) Carlos Duarte y Susana Agustí, que establece las acciones necesarias para que la vida marina del planeta recupere su abundancia en esa fecha.
El proyecto internacional publicado en la revista ‘Nature’ reúne a los principales científicos marinos del mundo que trabajan en cuatro continentes, en 10 países y en 16 universidades. «Estamos en un punto en el que podemos elegir entre un legado de un océano resistente y vibrante o un océano irreversiblemente perturbado», explica Carlos Duarte, profesor de Ciencias Marinas de KAUST y presidente de investigación de Tarek Ahmed Juffali en Ecología del Mar Rojo.
«Nuestro estudio documenta la recuperación de poblaciones marinas, hábitats y ecosistemas después de intervenciones de conservación anteriores. Proporciona recomendaciones específicas basadas en evidencia para escalar soluciones probadas a nivel mundial», agrega Duarte.
Aunque los humanos han alterado en gran medida la vida marina en su detrimento en el pasado, los investigadores encontraron evidencia de la notable capacidad de recuperación de la vida marina y un cambio emergente de grandes pérdidas de vidas a lo largo del siglo XX a una disminución de las pérdidas, y en algunos casos incluso recuperación: durante las dos primeras décadas del siglo XXI.
La evidencia, junto con casos particularmente espectaculares de recuperación, como el ejemplo de las ballenas jorobadas, destaca que se puede restaurar la abundancia de vida marina, permitiendo una economía más sostenible y basada en el océano.
La revisión establece que la tasa de recuperación de la vida marina puede acelerarse para lograr una recuperación sustancial en dos o tres décadas para la mayoría de los componentes de los ecosistemas marinos, siempre que se aborde el cambio climático y se implementen intervenciones eficientes a gran escala.
«La reconstrucción de la vida marina representa un gran desafío factible para la humanidad, una obligación ética y un objetivo económico inteligente para lograr un futuro sostenible», asegura Susana Agusti, profesora de Ciencias Marinas de KAUST.
Al estudiar el impacto de las intervenciones de conservación del océano y las tendencias de recuperación anteriormente exitosas, los investigadores identificaron nueve componentes integrales para la reconstrucción de la vida marina, marismas, manglares, pastos marinos, arrecifes de coral, algas marinas, arrecifes de ostras, pesquerías, megafauna y las profundidades marinas.
Al compilar una combinación de seis intervenciones complementarias llamadas cuñas de recuperación, el informe identifica acciones específicas dentro de los temas generales de proteger especies, cosechar sabiamente, proteger espacios, restaurar hábitats, reducir la contaminación y mitigar el cambio climático.
Las acciones recomendadas incluyen oportunidades, beneficios, posibles obstáculos y acciones correctivas, dando una hoja de ruta tangible para ofrecer un océano saludable que brinde enormes beneficios para las personas y el planeta.
Si todas las cuñas de recuperación se activan a escala, las escalas de tiempo de recuperación de la vida marina previamente dañada muestran que la abundancia de vida marina se puede recuperar dentro de una generación humana, o dos o tres décadas, para 2050.
Reducción de emisiones
Un elemento clave identificado para el éxito es la mitigación del cambio climático mediante la reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Los impactos del cambio climático inevitable ya limitan el alcance de la reconstrucción de los corales tropicales a una recuperación parcial, en lugar de sustancial.
El objetivo de reconstruir la abundancia de vida marina solo puede tener éxito si se alcanzan los objetivos más ambiciosos dentro del Acuerdo de París, señalan.
El éxito depende en gran medida del apoyo de una asociación global comprometida y resistente de gobiernos y sociedades alineadas con el objetivo. También requerirá un compromiso sustancial de recursos financieros, pero el nuevo estudio revela que los beneficios ecológicos, económicos y sociales de la reconstrucción de la vida marina serán de gran alcance.
La revisión es oportuna, ya que las naciones consideran sus acciones para conservar la biodiversidad más allá de 2020 y el Reino lidera a sus socios del G20 como presidente del grupo para 2020 en enfoques novedosos y pragmáticos para abordar el desafío climático y proteger los arrecifes de coral y otros ecosistemas marinos vulnerables.
«Tenemos una ventana de oportunidad estrecha para brindar un océano saludable a la generación de nuestros nietos, y tenemos el conocimiento y las herramientas para hacerlo. No podemos aceptar este desafío y, al hacerlo, condenar a nuestros nietos a un océano roto incapaz de apoyar medios de vida de alta calidad no son una opción», concluye Duarte.