Los Veintisiete sellan el acuerdo comercial con Mercosur y México para esquivar la guerra comercial
El tratado creará la mayor zona de libre comercio del mundo con 780 millones de consumidores
La Comisión Europea calcula que los exportadores del Viejo Continente salvarán 4.000 millones de dólares en aranceles

Bruselas ultima este miércoles su acercamiento a Latinoamérica para esquivar el golpe comercial de la Casa Blanca. La Comisión Europea, el órgano Ejecutivo de la Unión Europea, ha presentado una serie de tratados con el bloque económico Mercosur (que agrupa en su conjunto cinco países: Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay) además de México, uno de los países más expuestos a los enfrentamientos comerciales. El hito histórico concluye más de dos décadas de negociaciones y dará luz verde a la zona de libre comercio más grande del mundo (con más de 780 millones de consumidores) que propone blindar a Europa de una guerra arancelaria.
No obstante, el acuerdo aún carece del visto bueno del Parlamento Europeo que incluirá una mayoría de los 27 estados miembros de la Unión Europea. Entre los obstáculos está el voto de Francia, cuyos delegados han hecho público su oposición al acuerdo. En concreto, han señalado sus inquietudes con respecto al impacto que la competencia tendría en su sector agrícola, preocupaciones que han sido avaladas también por Irlanda y Polonia. La Comisión, no obstante, ha hecho modificaciones en la hoja de ruta que planteará este miércoles y anticipa que el acuerdo disparará las exportaciones desde Europa en un 39%, lo que equivale a unos 49.000 millones de euros redondos.
El pacto lleva más de nueve meses en el aire y se considera como el salvavidas que el bloque económico ha desplegado para hacer frente a gravámenes que superan el 15% a todas sus exportaciones hasta Estados Unidos. En este sentido, este paso se considera el primero en la ratificación del acuerdo. El pacto internacional queda pendiente de la aprobación del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea para implementarse. En 2019, el acuerdo fracasó tras no ser ratificado por todos los órganos del Ejecutivo. Corre el reloj para Bruselas, que quiere aprovechar del tiempo que resta del mandato de Lula da Silva para aprobar el acuerdo.