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Los científicos no dan crédito: lanzan una vaca muerta al mar y cuando ven los animales que aparecen…

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  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

Sabemos que los tiburones son uno de los animales más antiguos y espectaculares que existen en el océano, pero lo que ocurre en el fondo del mar sigue siendo un auténtico misterio para los científicos. Por ello se lanzaron a hacer uno de los experimentos más insólitos de la biología moderna con una vaca muerta.

El experimento consistió en colocar el cadáver de la vaca en las profundidades del océano, equipado con cámaras especiales para registrar cada movimiento de la fauna marina. Esta técnica permitió observar de cerca cómo los tiburones y otras especies abisales interactúan con un alimento inesperado, revelando comportamientos que hasta ahora eran desconocidos y ofreciendo pistas valiosas sobre la cadena alimentaria en los ecosistemas más profundos.

El objetivo del experimento era utilizar el cadáver de la vaca con cámaras incorporadas, para ver el comportamiento de la fauna en el fondo del océano, donde normalmente los científicos no pueden llegar.

Sin embargo, el descubrimiento fue todavía mejor de lo esperado, ya que capturaron imágenes de una especie de tiburón nunca antes vista en esa zona y a otras criaturas abisales.

Este hallazgo no solo amplía nuestro conocimiento sobre la biodiversidad de las profundidades marinas, sino que también demuestra cómo métodos poco convencionales pueden aportar información crucial. Observar cómo los tiburones y otras especies interactúan con el entorno y entre sí permite entender mejor sus hábitos alimenticios, patrones de movimiento y adaptación al ecosistema abisal. Además, estos estudios son fundamentales para la conservación de estas especies y la protección de los hábitats más remotos del planeta.

Científicos chinos sustituyen a una ballena por una vaca para realizar un experimento marino

Todo ocurrió en el mar de China Meridional, frente a la isla china de Hainan. Lo normal en este tipo de experimentos es utilizar restos de ballena, pero ante su ausencia los científicos optaron por usar a una vaca.

Eso hizo que lanzaran el cadáver del animal a 1.629 metros de profundidad, para estudiar cómo se producía la llegada de los carroñeros abisales. Es decir, el objetivo era investigar cómo actúan las especies del fondo marino cuando empieza a caerles una fuente masiva de alimento.

Para capturar todo lo que ocurría equiparon a la vaca con cámaras y sensores que registraron todo. La sorpresa fue ver la llegada de ocho tiburones dormilones del Pacífico.

Se trata de una especie conocida por ser muy esquiva y jamás se había documentado en esta región del planeta. Eso hace que haya cambiado todo lo que los científicos suponían sobre su comportamiento y distribución geográfica.

Por qué han aparecido tiburones dormilones cerca de China

La gran incógnita que deja este experimento es cómo han llegado estos tiburones hasta esa región. ¿Siempre estuvieron allí y simplemente no se habían detectado, o están migrando debido al cambio climático y la alteración de sus hábitats tradicionales?

Por el momento lo que sí se ha confirmado es que las profundidades tropicales no son tan pobres como se pensaba. Más allá de los ocho tiburones, también fueron atraídos por el cebo de la vaca multitud de anfípodos y peces caracol.

Eso también ha hecho que una de las conclusiones del experimento sea que el fondo marino todavía tiene una gran capacidad para sorprendernos y que, hasta las zonas aparentemente menos atractivas, merecen ser protegidas.

Cómo es el tiburón dormilón: el increíble animal descubierto en China gracias a una vaca

Hasta el gran tiburón blanco sigue sorprendiéndonos con su ADN, por lo que no es de extrañar que los dormilones, menos conocidos, todavía tengan mucha información por descubrir.

Lo que sabemos es que pueden superar los tres metros de longitud y que tienen una forma de actuar muy particular: no se lanzaron en grupo sobre la carroña, sino que se turnaron.

Por increíble que parezca, formaron una especie de fila donde respetaron el turno para alimentarse. Esto sería una prueba de la existencia de un orden jerárquico.

Además, los científicos vieron otro detalle que nunca se había documentado claramente, gracias a los restos de la vaca: los tiburones retraían sus ojos durante las mordidas, probablemente como mecanismo de defensa.

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