Uranio nacional

De acuerdo con datos hechos públicos durante 2025 recogidos en el Libro Rojo del Uranio 2024 que publica cada dos años la Agencia Internacional de la Energía Atómica(IAEA) y la Agencia de Energía Nuclear (NEA), España posee unas de las reservas de uranio más significativas de la Unión Europea. Las reservas se cifran en torno a las 34.350 toneladas, siendo el segundo país con mayores reservas después de la República Checa que cuenta con 125.000 tm.
Estas reservas se encuentran principalmente en Cáceres, Lugo, Ciudad Real y Salamanca y podrían abastecer durante dos décadas los 7 reactores nucleares con los que todavía contamos en España. Y de esta forma se eliminaría la dependencia de las importaciones de un combustible clave para garantizar la estabilidad y continuidad del suministro eléctrico.
La exploración del uranio en España comenzó en el año 1951 por la Junta de Energía Nuclear (JEN) hoy CIEMAT, siendo el año 2000 la fecha de finalización de las actividades de minería de uranio.
De acuerdo con los datos de la empresa pública Enusa (60% propiedad de la SEPI y 40 % de CIEMAT) y que publicita en su página web, una sola pastilla de uranio del tamaño de una moneda es una fuente capaz de producir la misma cantidad de energía que una tonelada de carbón, tres barriles de petróleo o 500 m3 de gas natural. Esta cantidad es suficiente para abastecer una vivienda media durante 6 meses, evitando además la emisión de una tonelada de CO2.
Actualmente la empresa pública ENUSA Industrias Avanzadas terminó sus actividades de exploración en 1992 y posee en Salamanca la fábrica Querqus pendiente de desmantelamiento.
Es la responsable de comprar anualmente 1.250 tm de uranio enriquecido empleado en la fabricación de combustible nuclear. Principalmente lo hace a la compañía estatal rusa Tenex, subsidiaria de Rosatom, (un 40 % del total) en una relación comercial iniciada en 1975.
El 60% restante se importa de otros países como Canadá, Níger, Kazajistán, Namibia y Uzbekistán. La fábrica de combustible nuclear en Juzbado (Salamanca) procesa todo el material importado. A nivel mundial Australia (que cuenta con 2 millones de tm de reservas), Canadá y Kazajstán representan dos tercios de la producción mundial.
España siempre fue un importante productor de uranio en Europa durante los años 80, con minas en Salamanca (Saelices el Chico, explotada desde el año 1957 hasta el 2000, Fe desde 1975), y Badajoz (La Haba, desde 1966 a 1990), de las que extrajeron hasta 5.236 toneladas de uranio, cubriendo un cuarto de las necesidades de combustible nuclear de nuestro país.
La producción de uranio empezó en 1959 en la planta de Andújar hasta 1981.La planta de Don Benito estuvo en operación de 1983 hasta 1990. Por ejemplo 1992 España produjo más de 860.000 kg de Uranio.
España desarrolló una importante industria minera del uranio desde los años 60 hasta la moratoria de 1983, completando el ciclo productivo incorporando la tecnología más avanzada creando la empresa pública Enusa y una fábrica de elementos combustibles en la ciudad salmantina de Juzbado.
El uranio, un elemento radiactivo natural y número atómico 92, tiene un precio de 70 dólares por kilo, se extrae tanto en mina abierta como utilizando la lixiviación o la extracción solido-liquido separando las sustancias utilizando agua con disolventes líquidos.
También se puede obtener como subproducto de la minería de los fosfatos. Rusia mediante acuerdo con Marruecos está intentando controlar los grandes yacimientos del fosfato del Sahara Occidental a cambio de construir dos reactores nucleares en nuestro país vecino.
Con la mejora de la tecnología nuclear, de Rusia y de China, se podrían reciclar y reutilizar parte de los residuos radiactivos de uranio 238 procedente del combustible principal de uranio 235 enriquecido que es el único fisionable. El uranio natural tiene un 0,7 % de U-235 (isotopo fisionable), para reactores se enriquece al 3-5 % en países como Francia, Holanda, Alemania, EEUU y Rusia.
Con respecto al papel que juega China en el mapa de la Geo Economía del uranio y que además cuenta con 57 reactores nucleares, lidera la investigación para poder extraer uranio marino procedente del agua del mar. Los océanos contienen disueltos una elevada cantidad de uranio que se establece en aproximadamente los 4.500 millones de toneladas.
La extracción de UO22, ión uranilo, un compuesto de uranio en estado de oxidación, hasta la fecha era una operación muy costosa pero la Corporación Nacional Nuclear China junto con científicos del Centro de tecnología e ingeniería química de Shanghái, han desarrollado una membrana de nanofibras que ha reducido el coste de extracción hasta los 150 dólares el kg.
Un coste cada vez más cercano al de extracción del uranio de la minería terrestre que se cifra entre los 49 $ y los 130 $, según el tipo de yacimiento. El método se describe como sencillo y escalable. Los materiales de la membrana son accesibles y rentables y el absorbente es reciclable.
El objetivo de China está puesto en asegurar el suministro de un combustible abundante y duradero para el año 2050 y eso que China es un gran exportador global de tecnologías de apoyo a las energías renovables. Ha liderado la fabricación y venta de paneles solares y de generadores eólicos y actualmente es protagonista indiscutible del refino de litio que es un componente fundamental de las baterías de litio. Todas las fuentes de energía son clave para China, ninguna esta demonizada por su Gobierno.
Sin embargo, la extracción y la exploración de los recursos de uranio está prohibida en España desde mayo del año 2021 por imperativo de la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética, que en su artículo diez impide la concesión de nuevas licencias para explorar o explotar minerales radiactivos.
La ley fue aprobada por el Congreso de los Diputados justo dos meses antes de que el Consejo de Seguridad Nuclear comunicase su veto a la planta de procesado anexa a la mina de uranio a cielo abierto de Retortillo que proyectaba la minera Berkeley Energía Minera que cotiza en las bolsas de Madrid, Londres y Sídney.
Un proyecto de Berkeley que pidió permiso para explotar una mina a cielo abierto en las poblaciones salmantinas de Retortillo, Zona 7 y Alameda (Salamanca) con una extensión de 2.519 hectáreas y 17 licencias de investigación cubriendo 91.141 hectáreas en las provincias de Salamanca, Cáceres (depósito de Gambuta) y Badajoz, fueron rechazados por el Consejo de Seguridad Nuclear y el Ministerio de Transición Ecológica en noviembre de 2021, generando una gran controversia y un arbitraje internacional contra España.
El tribunal revocó las sentencias de primera instancia relativas a la Autorización de Uso Excepcional del Suelo y la Licencia Urbanística para el proyecto de construcción de la mina de uranio en Retortillo, lo que ha llevado a la compañía a iniciar un arbitraje internacional contra España ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI). Berkeley reclama una compensación de 1.000 millones de dólares por la paralización del proyecto.
A favor de la explotación, se argumentó que garantizaría la independencia energética, crearía más de un millar de empleos y reduciría la vulnerabilidad geopolítica de España.
Como factores en contra se destacaron los riesgos radiológicos y el impacto ambiental. Pese a que los residuos radiactivos de alta actividad, lo que es el combustible usado de los reactores nucleares, no puede explotar ni pueden fundirse emitiendo gases radiactivos al exterior, porque se trata de un sólido cerámico insoluble en el agua.
La tecnología para almacenar estos residuos de forma segura es sencilla y bien conocida. Los materiales como el acero, el cobre o el hormigón permiten crear contenedores que blindan eficazmente la radiación, lo que hace que se pueda vivir cerca de estos residuos sin recibir dosis radiactivas. Además, los contenedores no requieren energía eléctrica para refrigerarlos, lo que simplifica mucho su gestión.
Capítulo aparte es el almacén temporal centralizado de residuos radiactivos de Alta Actividad en el municipio conquense de Villas de Cañas, en Cuenca. Una solución segura, respaldada por el consenso científico y tecnológico internacional, con experiencia de éxito en países como Japón, Francia o Reino Unido», ya ha pasado más de una década y el dinero está recaudado para esta infraestructura, pero no se ha construido todavía.
El Gobierno de forma unilateral pretende reemplazar dicha solución por ocho almacenes descentralizados, lo que genera un sobrecoste de entre 2.000 y 3.500 millones de euros, que pretende que paguen las empresas propietarias de las centrales nucleares haciendo la industria inviable.
En paralelo, recordemos el calendario de cierre de las centrales nucleares en España será activado durante el periodo 2027-35 tal y como el Gobierno estableció en 2019 con las principales empresas productoras de energía y propietarias de las centrales nucleares Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP. Las centrales nucleares en operación con sus fechas límite de funcionamiento son Almaraz (2028), Ascó (2032), Cofrentes (2030), Vandellos (2030) y Trillo (2034).
Desde el Gobierno se destaca que podría acordarse otro calendario bajo tres líneas clave: la seguridad de los ciudadanos, la viabilidad económica y la garantía del suministro eléctrico.
Este último aspecto cobra su importancia debido al tremendo apagón que se produjo hace unas semanas y que contó con el apoyo de nuestros vecinos Marruecos con el carbón y en el futuro próximo con la nuclear y Francia con la nuclear para recuperar el funcionamiento tras diez horas de un inédito cero energético peninsular que tanto ha dañado a nuestro prestigio exterior.
Partiendo de nuestra pertenencia a una Unión Europea muy dependiente en materia energética del exterior y que además no tiene definida con claridad una política común de un territorio donde coexisten diferentes políticas geo estratégicas, lo que implica una dificultad de llegar a un acuerdo global integral entre los diferentes países incluso con el impacto de la invasión de Ucrania, no parece muy sensato renunciar unilateralmente a la energía nuclear en nuestro país.
De hecho, algunas políticas medioambientales, están resultando muy antipáticas para los contribuyentes europeos porque su impacto directo en el coste de la energía parece señalar que han sido diseñadas por los enemigos estratégicos de Europa en un complejo contexto geo económico donde la innovación es crítica y contar con fuentes diversas de energía es la única garantía de la continuidad del suministro.
Algunos expertos han comparado la política energética europea con una reunión de cincuenta personas de diferente procedencia que se encuentran fumando en una habitación y el europeo decide unilateralmente que no fuma más para no respirar humo.
El dogmatismo energético basado en argumentos sin contrastar hace crecer el número de críticos de las necesarias energías renovables. Ojalá aprendamos rápido del resto del mundo para no volvernos a quedar a oscuras. Tenemos uranio español, una riqueza prohibida que podría mejorar nuestro futuro energético.
Uranium est clavis ad autonomiam strategicam
José Luis Moreno, economista ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.