Trump castiga a los hoteles de lujo al prohibir a los ricos de Oriente Medio entrar en EEUU
Las restricciones migratorias de Donald Trump, presidente de EEUU, están poniendo en jaque al sector que él mismo lideraba hasta llegar a la Casa Blanca. Los directivos de los hoteles de lujo estadounidenses se han levantado en armas y han decidido dar un tirón de orejas al republicano. Según Arne Sorenson, CEO de Marriott International, la prohibición de Trump de no dejar entrar a los adinerados visitantes de Oriente Medio y Norte de África está costando caro a la industria hotelera. Los viajeros de estos países han caído un 20% desde que entró en vigor la norma.
El veto de Trump tiene como objetivo reducir al máximo los peligros del terrorismo, sin embargo, con esta prohibición tampoco llegan clientes adinerados dispuestos a gastar cantidades ingentes de dinero en turismo y modas. No llegan viajeros con todo su séquito desde Oriente Medio y el Norte de África, de acuerdo con el sector hotelero de EEUU, el número de visitantes ha descendido un 20%.
Arne Sorenson, CEO de Marriott International, no ha titubeado en afirmar de manera contundente que “la prohibición no es buena y punto”. Así se expresaba en una reunión de la compañía en Dubai y añadía que la restricción está causando daños a su negocio. De alguna manera, Sorenson ha expresado en público lo que el resto dice en privado, de acuerdo con el New York Post.
Asegura que las reservas en Marriott, uno de los mayores operadores a nivel mundial, cayeron un 30% tras la prohibición de Trump. Es la primera vez que un hotel anuncia las consecuencias para la industria hotelera. “Estamos siguiendo las consecuencias de este asunto con mucho cuidado”, ha declarado Connie Kim, portavoz de Marriott. Los hoteles de la compañía más afectados están siendo los más lujosos: el Saint Regis y el Ritz Carlton, lugares donde las suites cuestan alrededor de 800 dólares la noche.
Los viajeros de Oriente Medio, efectivamente, representan un 1,5% de las reservas de Marriott, de acuerdo con Kim. Sin embargo, son los que más dinero gastan.
Por su parte, David Chase, director general de Omni Berkshire Place, confirma que en un año excepcional, los negocios de estos huéspedes pueden contribuir hasta con un 10% de los ingresos anuales de las habitaciones, alrededor de 12 millones de dólares. Además, recuerda un detalle nada baladí: “Viajan en grupos de 20 a 80 personas, reservan plantas enteras de los hoteles”.
Los visitantes de Oriente Medio suelen ir con su personal de servicio, empleados que proceden de sus propios países, los cuales también tienen problemas para entrar en EEUU. “Las grandes fortunas y las casas reales podrían dejar de lado suelo estadounidense si no pueden llevar a su gente de confianza”, relata Cinthia Chung, asesora de viajes de lujo en Norteamérica.
No solo los hoteles están siendo azotados por los vetos del Gobierno de Trump, también el consumo se puede ver mermado con sus disposiciones. Los adinerados de Oriente Medio alquilan grandes almacenes enteros como Barneys NY, Bergdorf o Saks Fifth Avenue para hacer sus compras de manera privada.
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