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El truco de los tres días: todo lo que debes saber sobre los buffets libres de los hoteles

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Cómo los hoteles aplican el truco de los tres días en su buffet libre
Blanca Espada

Los buffets libres de los hoteles son un fenómeno muy interesante y curioso, que esconde muchos secretos y trucos. Seguramente te gustaría saber cómo funcionan, qué beneficios tienen para los clientes y para los establecimientos, y qué estrategias usan los hoteles para optimizar sus recursos y evitar el desperdicio. Además, te sorprenderá descubrir que los hoteles tienen un truco que se conoce como “el truco de los tres días”, que hace que los clientes coman y beban menos a partir del tercer día de su estancia. A continuación te vamos a contar todo lo que debes saber sobre este sistema de alimentación tan popular y atractivo.

¿Qué es un buffet libre?

Un buffet libre es un sistema de alimentación que ofrece una gran variedad de platos y bebidas, generalmente de diferentes tipos de cocina, que los clientes pueden consumir de forma ilimitada y sin restricciones. Los buffets libres suelen estar asociados a los hoteles, especialmente a los que ofrecen un régimen de todo incluido, pero también se pueden encontrar en otros tipos de establecimientos, como restaurantes, casinos o cruceros.

Los buffets libres tienen una gran demanda por parte de los clientes, ya que les permiten satisfacer sus gustos y preferencias, probar nuevos sabores, comer hasta saciarse y sentir que están aprovechando al máximo su dinero. Además, los buffets libres también tienen ventajas para los hoteles, ya que les ayudan a atraer y fidelizar a los clientes, a reducir los costes de personal y de preparación de los alimentos, y a adaptarse a las fluctuaciones de la demanda.

¿Cuáles son los trucos de los buffets libres?

Los buffets libres pueden parecer una propuesta muy generosa y arriesgada por parte de los hoteles, ya que podrían suponer una pérdida de dinero si los clientes consumen más de lo que pagan. Sin embargo, los hoteles tienen una serie de trucos y técnicas para asegurarse de que los buffets libres sean rentables y sostenibles.

Uno de los trucos más comunes es el de la colocación de los alimentos. Los hoteles suelen poner los alimentos más baratos y menos apetecibles en la primera fila del buffet, para que los clientes los vean y los cojan antes que los demás. De esta forma, los clientes llenan sus platos con estos alimentos y dejan menos espacio para los más caros y deseables, que suelen estar al fondo o escondidos. Además, los hoteles también usan platos y cubiertos de diferentes tamaños para influir en la percepción de los clientes. Por ejemplo, ponen platos más pequeños para que los clientes crean que están comiendo más cantidad, o usan cucharas más grandes para los alimentos como las patatas y pinzas más pequeñas para la carne.

Otro de los trucos que usan los hoteles es el de ofrecer alimentos que sacien rápidamente a los clientes, como el pan, la pasta, el arroz o las ensaladas. De esta forma, los clientes se llenan antes y consumen menos de los alimentos más caros y elaborados, como el marisco, el pescado o la carne. También hay hoteles que cobran aparte las bebidas, los postres o los alimentos que no están incluidos en el buffet libre, para generar ingresos adicionales y disuadir a los clientes de consumir más de lo necesario.

¿Qué es el truco de los tres días de los buffets libres?

Por otro lado, recientemente se desveló algo que se conoce como el «truco de los tres días» y que más que un truco podemos decir que es un fenómeno que se da en los hoteles que ofrecen un régimen de todo incluido, y que consiste en que los clientes comen y beben menos a partir del tercer día de su estancia. Esto se debe a que los clientes se adaptan al buffet libre y pierden el interés y la motivación por consumir todo lo que pueden. Además, los clientes también se dan cuenta de que comer y beber demasiado puede tener consecuencias negativas para su salud y su bienestar, y prefieren moderarse y disfrutar de otras actividades.

Sobre esto habló Pere Navalles, director del Máster de Neuromarketing de la UAB, que en declaraciones a la cadena Ser explicó como el buffet libre es «una llamada a nuestro cerebro más primigenio, el cerebro límbico, que sabe que la alimentación es una de nuestras principales necesidades». Por eso, los clientes sienten una atracción irresistible por el buffet libre, y quieren aprovechar al máximo la oportunidad de comer y beber todo lo que quieran. Sin embargo, al cabo de unos días, el cerebro límbico se relaja y deja paso al cerebro racional, que evalúa los costes y beneficios de seguir consumiendo de forma desmesurada. Así, los clientes cambian sus hábitos y se vuelven más selectivos y conscientes.

Los buffets libres de los hoteles son un sistema de alimentación muy popular y atractivo, tanto para los clientes como para los establecimientos. Sin embargo, detrás de los buffets libres hay una serie de estrategias y trucos que los hoteles usan para optimizar sus recursos y evitar el desperdicio. Además, los clientes también tienen un comportamiento adaptativo y variable, que hace que coman y beben menos a partir del tercer día de su estancia. Por lo tanto, los buffets libres son un fenómeno muy interesante y curioso, que merece la pena conocer y analizar.

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