La tecnología más puntera, escondida en el Puerto de Barcelona

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Desde que el pensamiento científico comenzó a imperar en el siglo XVIII, la tecnología se ha convertido, en cierta manera, en el marcapasos de la historia. La primera revolución industrial, en el siglo XVIII, cambió nuestra sociedad a través de la máquina de vapor, la energía hidráulica y la mecanización.

La segunda, a finales del siglo XIX, fue impulsada por la electricidad y el ferrocarril. La tercera, enmarcada en el siglo XX, se vinculó al término “Sociedad de la Información” y contempla una conjunción de las tecnologías de la información y comunicación. Y ahora nos encontramos en la transición hacia un nuevo paradigma de conectividad total. La cuarta revolución industrial.

El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), el Big Data, la inteligencia artificial, el blockchain, la realidad virtual, el Cloud Computing…son algunas de las tecnologías que configurarán este cambio de paradigma. La tendencia actual es la automatización y el análisis e intercambio de datos en unas estructuras conocidas como las «fábricas inteligentes».

“Las tecnologías de la información, el Internet de las Cosas, la robótica y la Inteligencia Artificial…están cambiando los modelos operativos y de relación de las empresas”, señala Blanca Losada, directora de Ingeniería e Innovación Tecnológica de Gas Natural Fenosa. La compañía energética lanzó este año un plan de innovación que busca aprovechar, entre otras cosas, “el enorme capital humano, relacional y social que, como empresa líder del sector energético, atesoramos”, añade Losada.

La iniciativa InnovaHub que ha creado la compañía en el entorno de Barcelona Tech City es prueba de ello. Se trata de un espacio de innovación abierta para conectar con el ecosistema digital y tecnológico que impacta en el sector energético. Un lugar, ubicado en el barrio de la Barceloneta de la ciudad condal, donde conocer las últimas tendencias digitales y tecnológicas de la mano de expertos; conectar con emprendedores, innovadores, startups y académicos referentes del ecosistema de innovación; y co-crear soluciones que redefinen el futuro del sector energético.

“Hasta ahora, a través de Innovahub hemos podido identificar más de 200 startups del sector energético y con algunas estamos ya trabajando en proyectos concretos. Asimismo, les ayudamos a través de un mentoring. Nosotros les asesoramos sobre temas como la regulación o el mercado y ellos nos aportan proyectos e ideas de cómo la tecnología puede evolucionar el ecosistema energético”, añade José María Boixeda, director de Estrategia e Innovación Tecnológica de SSII de Gas Natural Fenosa.

“Un molino de viento puede recoger 60 variables cada diez minutos”

Innovahub es una oportunidad perfecta para startups, no sólo para crear sinergias entre nosotros, sino que también nos permite exponer a otros actores lo que estamos intentando llevar al mercado”, explica Juan Miguel Perez, cofundador y CEO en FinbootTech, una startup que utiliza la tecnología blockchain.

Opinión muy similar a la de Marcos Valles, coordinador y CEO de Megavatio Control, otra startup participante en el proyecto: “Innovahub nos permite ponernos en contacto, presentar lo que hacemos e integrarnos dentro de su estructura. Por su parte, las grandes empresas pueden a través de nosotros experimentar con diferentes tecnologías”, afirma Valles.

Sorprende de estas startups la innovación que transmiten en la aplicación de nuevas tecnologías. Es el caso de Smartive, que a través del Big Data puede predecir fallos en los molinos de viento.

“Un aerogenerador puede recoger 60 variables cada diez minutos. Si lo multiplicamos por todo el parque eólico que hay en España es una cantidad muy grande de información que es muy difícil que un operador simple en un ordenador pueda procesar. Por eso nosotros aplicamos una serie de algoritmos matemáticos para intentar identificar patrones de comportamiento y anticipar un fallo que pudiera ocurrir y que se apliquen las medidas correctivas para evitarlo”, apunta Isaac Justicia, director de operaciones.

Otro ejemplo es dotGIS, firma nacida de la mano del ingeniero Pablo Díaz y que emplea el análisis de datos aplicado en los mapas. “Los datos por sí solos no sirven de nada. Nosotros ofrecemos el factor geográfico: el dónde de las cosas. Aprovechamos todo el potencial del Big Data y lo plasmamos en un mapa para obtener toda esa información de forma fácil y sencilla y personalizada para el cliente final”, señala Díaz.

“Innovahub ha identificado más de 200 startups del sector energético”

No son las únicas empresas emergentes que han participado en el proyecto. La startup Mirubee ha desarrollado una tecnología que mide el consumo eléctrico de cada electrodoméstico por separado; Moca es una plataforma de software especializada en mobile engagement, a partir de la tecnología machine learning; y Ludus es una plataforma que desarrolla sistemas de simulación de riesgo para la formación de profesionales en la industria y emergencias, facilitando el aprendizaje y la toma de decisiones.

Todas ellas tienen dos cosas en común. Por un lado, todas han participado en el Innovahub y por el otro, confirman el potencial de las startups españolas, que en 2016 levantaron más de 500 millones de euros de inversión, según el informe “Startup Ecosystem Overview”, elaborado por la Fundación Mobile World Capital Barcelona (MWCB).

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