La subida del precio del petróleo podría restar hasta 50.000 empleos
El Gobierno ha previsto en su Plan de Estabilidad remitido a Bruselas un precio del barril de petróleo Brent de 39,7 dólares. Sin embargo, en muy poco tiempo la cotización se ha elevado un 25% hasta cerca de los 50 dólares. De persistir en el tiempo, esta evolución del oro negro podría lastrar un poco la economía y la generación de puestos de trabajo.
“Tendría que mantenerse al menos durante seis meses para que ese repunte se traduzca una ralentización de la economía”, apunta un experto.
Según los cálculos recogidos en el Plan de Estabilidad, por un aumento prolongado del precio del petróleo en el entorno del 10%, el PIB de 2016 se reduciría en 0,2 puntos, el consumo privado descendería 0,1 puntos, la deuda pública sobre PIB subiría 0,3 puntos y el empleo se recortaría 0,1 puntos.
Traducido en cifras y para una subida del precio del crudo del 25% como la actual, el PIB perdería por tanto unos 5.000 millones, y las previsiones de empleo se recortarían hasta en 50.000 puestos de trabajo sobre los 450.000 ocupados que augura el Gobierno.
Este año la economía todavía crece con un vigor inusitado empujado por el consumo y la creación de empleo. Todo apunta a que en el segundo trimestre se podrían reeditar unos niveles de crecimiento similares al incremento del 0,8% registrado en el primer trimestre. De confirmarse eso, el PIB crecería bastante por encima del 2,7% vaticinado por el Ejecutivo en su cuadro macro. Máxime cuando además el tercer trimestre disfrutaría del fuerte tirón que siempre brinda el turismo.
Así que este año se antoja difícil que se note mucho el encarecimiento del barril. Pero si se da el caso de que durante 2017 continúa la cotización del crudo en estos niveles, entonces los efectos podrían ser mayores. El PIB podría llegar a perder cerca de 8.000 millones y la previsión de empleo se podría recortar hasta en 100.000 empleos menos según los propios cálculos del Ejecutivo.
Por el momento, el repunte de la demanda, los incendios en Canadá, los ataques contra las plantas en Nigeria o los problemas de suministro en Libia han presionado al alza sobre el precio. Y las perspectivas de los expertos consultados se resumen en que la cotización suba incluso un poquito más. Lamentablemente, uno de los principales vientos de cola de la economía española empieza a agotarse.