¿’Simpa’ en las tiendas?: los ‘retailers’ invierten en eliminar los cajeros y pagar sin interactuar
Amazon sirve como ejemplo: la compañía abrió Amazon Go, un supermercado sin cajas donde las compras se realizan a través de la App
El sector 'retail' invierte en Big Data y en tecnología de Radio Frecuencia Inteligente (RFID) para registrar los datos de sus clientes
Imaginen que están comprando en una tienda de ropa. Después de seleccionar un par de prendas, van a pagar, pero no hay colas ni cajas. Salen por la puerta y se marchan a su casa haciendo, aparentemente, un clásico simpa. Sin embargo, el importe se ha cargado en su cuenta bancaria, asociada a su teléfono móvil. Aunque parezca que esta práctica está a años luz, los retailers apuestan por el uso del Big Data y la tecnología de Radio Frecuencia Inteligente (RFID, por sus siglas en inglés) para eliminar los cajeros y establecer el pago sin interactuar.
«Aún queda mucho por recorrer, no por las herramientas, sino por la cultura de pago. Sin embargo, la tecnología en el sector retail está enfocada en que el cliente entre dentro de la tienda, compre unas prendas registradas, salga de la tienda y reciba un correo electrónico con la factura de pago. Para ello, tiene que ser un cliente de la compañía y tiene que haber un método de pago establecido», explica Eduardo Zamácola, presidente de la patronal del sector textil Acotex.
La experiencia de compra del cliente también se mide por el último paso: el pago. Si se aplica esta tecnología, se agiliza el proceso de compra porque el cliente entra y sale cuando quiere. “La hora de pagar es uno de los momentos más duros y cuantas menos fricciones pongamos a este proceso, mejor. Queremos eliminar ese proceso negativo en un proceso de compra donde todo es ilusión y buena actitud hasta que llega la parte dolorosa: ver el importe. Hacemos conscientes a los clientes del dinero que está gastando y, en ocasiones, pasar por caja implica reducir el ticket medio porque se producen muchas devoluciones», explica Zamácola.
Etiquetas RFID
Las etiquetas RFID llevan más de una década presentes en el sector textil. A simple vista, no tienen muchas diferencias con respecto a las clásicas. Pero, esta tecnología permite identificar un objeto a través de un chip. «Cada prenda es inequívoca. Si hay un jersey azul de la talla 52, es único: no comparten referencia aunque haya muchos iguales. Significa que esta prenda es única y, que cuando sale del stock, se registra ese jersey y no otro aunque sean iguales», apunta el presidente de Acotex.
Hace años, eran pocas las compañías que integraban este sistema en algunas de sus tiendas por su coste económico: cada una costaba entre 1€ y 1,5€. Ahora, su producción es equivalente a céntimos y se ha vuelto más asequible para el sector textil.
«No sólo te dan información sobre tu cliente, esta tecnología también es importante para los procesos logísticos: tiene beneficios en los puntos de venta, en el control de almacenes y en el inventario de los proveedores. Son prácticamente fundamentales».
Al registro de las prendas, se suma el registro de los datos personales de los clientes. El Big Data pasa por generar datos de forma constante: desde los personales hasta los productos del ticket de compra. Esta tecnología permite conocer en profundidad a los clientes, fidelizarlos y enfocar la estrategia de la compañía a un target determinado.
Amazon Go, el súper sin cajas
Amazon se ha convertido en el espejo donde mirarse: la compañía abrió a principios de 2018 su primera tienda Amazon Go en Seattle (Estados Unidos), un establecimiento sin cajas registradoras que cuenta con una tecnología de cámaras, sensores y deep learning para identificar y cobrar los productos que adquieren los clientes.
La tecnología, bautizada como Just Walk Out, detecta de forma automática cuando se retira o se devuelve un producto de un lineal. De esta manera, puede hacerse un seguimiento de la compra a través de un carro de la compra virtual. Cuando el cliente sale de la tienda, Amazon le envía una factura a su aplicación móvil y le cobra los gastos en su cuenta de la plataforma.
Para comprar necesitan un smartphone, ser clientes de Amazon y tener su aplicación móvil. El gigante estadounidense ha servido de inspiración a otros comercios que estudian cómo suprimir las colas y las cajas para transformar las tiendas físicas.
En España, parece que no está tan lejos y avanza al compás que los usuarios de pago móvil: actualmente, el 86% de los españoles afirma que utiliza su smartphone para hacer sus compras, seis puntos por encima de la media de la Unión Europea (UE), según un estudio elaborado por Mastercard.