El sector del automóvil reclama un plan de choque urgente para frenar la crisis del sector

En un año pueden cambiar mucho las tornas para un sector económico. Es el caso del automóvil, que ha pasado de alcanzar cifras récord de las ventas de vehículos hace un año a sufrir un desplome de las matriculaciones de más del 30%. Aunque desde el sector ya se habla abiertamente de la palabra «crisis» o «alarma», en público prefieren no lanzar las campanas al vuelo aunque sí que utilizan una palabra al unísono: «Preocupación».

Ante los últimos datos estadísticos, las empresas se están organizando a través de sus patronales para exigir al Gobierno un plan de choque que reactive de nuevo una industria que se está viendo muy afectada por la desaceleración global. Las compañías son conscientes de que la situación puede evolucionar aún peor si continúa la tendencia proteccionista o si las autoridades nacionales siguen apostando en el futuro por medidas contra el diesel como las que ha aprobado el Gobierno de Sánchez.

La caída de las matriculaciones no es el único indicador preocupante, ya que en el primer semestre del año también se vieron afectadas las ventas de coches al exterior. Según datos del Informe Mensual de Comercio Exterior, las exportaciones del sector automovilístico nacional experimentaron un retroceso del 5,7% entre enero y junio de este año, hasta los 23.355 millones de euros.

Según las fuentes del sector consultadas por OKDIARIO, todas estas cifras están llevando a los empresarios a diseñar una hoja de ruta ambiciosa para el Gobierno, con el que mantienen reuniones habituales para expresar sus peticiones. El objetivo: reactivar un sector que se está llevando la peor parte de la desaceleración económica. Por ahora, no está previsto pasar a la acción ante la opinión pública, ya que las patronales confían en que el trabajo en los despachos surta efecto antes o después.

Noemí Navas, portavoz de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones señala que “las caídas de las matriculaciones están yendo en línea con la tendencia que lleva experimentando el mercado en el conjunto del año”. Y muestra su preocupación ante la actual situación: A su juicio, si se elimina el efecto WLTP,  el nuevo procedimiento para la determinación de las emisiones y consumos homologados de los coches a la venta en la Unión Europea, se sigue observando “una fuerte caída en el canal de particulares, de más de un 10% mientras las empresas se mantienen en positivo”. El mercado está registrando una importante debilidad en las comercializaciones, sobre todo a los particulares. “Es necesario revertir esta tendencia cuanto antes con un plan de choque y medidas de estímulo a la compra de vehículos nuevos”, afirma.

Entre las propuestas que defiende Anfac se encuentra una Ley marco de Movilidad que después puedan adaptar cada uno de los ayuntamientos, la creación de una norma específica con ayudas a la renovación del parque automovilístico y eliminar el impuesto de matriculación y actualizar el de circulación, vinculándolo al uso y no a la compra, entre otras.

La directora de comunicación de Ganvam, Tania Puche también cree que “un claro indicador de que el mercado necesita un balón de oxígeno es que el canal de particulares acumula ya un año de bajadas”. “La caída de la confianza de los consumidores unida al freno en el crecimiento del PIB da muestra de que urge un escenario político estable para dar la vuelta a la situación”, remacha. En su opinión, los datos ponen de manifiesto que no se está produciendo renovación del parque con el perjuicio medioambiental que supone, comprometiendo toda la inversión en innovación que se le exige el sector para poder reducir su impacto sobre el entorno”.

Como avanzó OKDIARIO el 2 de julio, para tratar de poner freno a la caída del sector, las empresas están en pleno diseño de un plan de choque para ‘rescatar’ al sector que no puede ver la luz mientras no haya Gobierno, ya que su objetivo es interpelar al Ejecutivo y al resto de administraciones y no tendría sentido sacarlo a la luz mientras que no haya un gabinete consolidado.

Pero no sólo la crisis global, que está provocando caídas en el sector en toda Europa, está perjudicando al sector. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, fue quien asestó primero un golpe al sector cuando señaló que los motores diésel tenían «los días contados», momento en el que centenares de potenciales clientes frenaron sus intenciones de compra de coches. Esto se ha traducido, no sólo en un desplome de las ventas, sino en cientos de despidos en la industria automovilística española, que fabrica fundamentalmente coches con este carburante.

La importancia del sector del automóvil es también capital para las arcas públicas, ya que España sigue teniendo aún un déficit cercano al 3% y una deuda pública que ronda el 100%, unas cifras preocupantes si se produjera una nueva crisis ya que no permitiría frenar la caída del crecimiento con medidas de estímulo. El sector del automóvil generó una recaudación pública por tasas e impuestos por valor de 29.973 millones de euros en el conjunto de 2018, un 6,1% más si se compara con los datos del ejercicio anterior, según Anfac.