Repsol sigue los pasos de Ferrovial: sacará a Bolsa su filial de exploración y producción en EEUU
Repsol va a seguir los pasos de Ferrovial y va a sacar a Bolsa su filial de exploración y producción (upstream en la jerga petrolera) en Estados Unidos y no en España. La principal razón de esta decisión es que en Europa -incluida España- está mal vista o prohibida esta actividad, por lo que los mercados no la valoran, mientras que en Estados Unidos sucede todos lo contrario.
Como es sabido, la constructora de la familia Del Pino decidió el año pasado salir a cotizar en Estados Unidos y, para facilitar la operación, trasladó su sede social a Países Bajos, lo que provocó fuertes críticas y amenazas por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. En el caso de Repsol, no contempla llevarse su sede fuera de España como Ferrovial, pero es muy probable que la sede de la filial sí se establezca en el país norteamericano para facilitar la operación. Cuenta con la ventaja de tener al estadounidense EIG en su capital. En todo caso, lo que está claro es que va a ignorar a la Bolsa española en esta operación.
Así lo anunció ayer el consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, en la presentación de los resultados de 2023 y el nuevo plan estratégico: «Tenemos un acuerdo con EIG que contempla la opción de listar la compañía, porque estamos estamos mejorando nuestro negocio de exploración y producción. Nuestra intención es listar esta compañía en un mercado anglosajón, preferiblemente en Estados Unidos».
«¿Por qué hacerlo allí y no en Europa? En Europa no existe este negocio, no es querido y está prohibido en muchos países. Por tanto, aquí el mercado no lo valora. Así que tenemos que hacerlo en un mercado anglosajón, donde los múltiplos son absolutamente diferentes», añadió Imaz, que recordó que la única actividad que tiene esta unidad en Europa está fuera de la UE: concretamente, en Noruega y en Reino Unido.
Repsol se juega mucho
Repsol se juega mucho dinero en esta operación. La citada EIG, un inversor institucional estadounidense especializado en energía, compró el 25% de esta unidad de Repsol en septiembre de 2022 por un precio de 4.800 millones de dólares, lo que implica valorar el 100% en 19.200 millones de dólares (unos 17.700 millones de euros). Una cifra importantísima teniendo en cuenta que la capitalización total de Repsol a día de hoy es prácticamente la misma: 18.370 millones de euros. Dicho de otra forma: la filial en solitario vale casi lo mismo que la compañía entera.
En consecuencia, la compañía española tiene muchísimo interés en obtener la valoración más alta posible para la colocación de las acciones de esta filial, algo que considera que sólo podrá conseguir en Estados Unidos. Allí, la extracción de petróleo está en pleno apogeo con el Gobierno del teóricamente ecologista Joe Biden, en especial gracias al fracking. Esto le ha permitido superar a Arabia Saudí como primer productor de crudo del mundo.
El porcentaje del negocio de exploración y producción que se colocará en Bolsa está aún por determinar. Pero más allá de los ingresos que obtenga Repsol por la venta de ese porcentaje, lo relevante es que podrá valorar en sus libros la filial al precio que consiga en la salida a Bolsa (lo que se denomina mark to market). Y como su valor contable actual es muy bajo porque es un negocio creado por la propia compañía, no adquirido, obtendrá una fuerte plusvalía que podrá llevar a beneficios y utilizar para remunerar al accionista, o bien utilizar para acometer nuevas inversiones o adquisiciones.
El caso de Ferrovial
En el caso de Ferrovial, pretende cotizar en el mercado Nasdaq como un valor puramente norteamericano, no como un certificado de depósito (ADR) que es como cotizan normalmente las empresas españolas en Estados Unidos. Así podrá atraer nuevos inversores en ese país, entrar en sus índices bursátiles y conseguir una valoración más alta que la que tiene actualmente en España. Aprovecha para ello que tiene mucho negocio en ese país y, por tanto, es bastante conocida.
Asimismo, llegó a la conclusión de que era más fácil conseguir este objetivo trasladando su sede social a Países Bajos, debido a que su regulación es más flexible y tiene menores trabas burocráticas que España. Algo que reconoció la propia CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).