La realidad golpea a Colau: «Si la oferta turística no crece, la demanda se cubre ilegalmente»

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Turistas visitando Barcelona

El turismo masivo que vive Barcelona forma parte del día a día de todos los habitantes de la Ciudad Condal. Durante los cinco primeros meses, Cataluña ha concentrado más de 6,6 millones de llegadas, lo que supone un aumento de más del 10%, y Barcelona se lleva el trozo más grande del pastel. Pero, el crecimiento de la demanda viene de la mano del crecimiento de la oferta -aumento de precios, pisos ilegales, hoteles por horas- y de los problemas que la misma ocasiona -ruido, suciedad, molestia de los vecinos y comerciantes, etc.- Para frenarlo, el Ayuntamiento de Barcelona inició una cruzada hace tiempo, que ha terminado por reforzarse con la aprobación del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT).

Sin embargo, a ojos de la Autoridad Catalana de Competencia (ACCO), las medidas no son las más oportunas ya que congelan el mercado del alojamiento turístico en la Ciudad Condal: «introducirá una serie de barreras insalvables para que nuevos actores se sumen al sector del turismo». Limitar la oferta provocará un aumento de precios, la creación de un monopolio, el crecimiento de las licencias ilegales y la contratación de oferta no reglada -Airbnb y otros alojamientos turísticos- por parte de los usuarios que quieran visitar Barcelona y no tengan alternativas, en contra de lo que el Ayuntamiento tenía previsto en sus planes.

Eso sí, no en todas las zonas de la Ciudad Condal los ‘muros’ son iguales. La ACCO subraya que en la zona 1, que concentra barrios como L’Eixample o Cuitat Vella, las barreras serán «insalvables»: presenta las mayores restricciones ya que no se puede abrir un establecimiento a pesar de que otros cierren; en la zona 2 será «muy difícil» pero no imposible, aunque los operadores tendrán que esperar a que un alojamiento cierre para la apertura; en la zona 3 y 4 se podrá abrir siempre y cuando no se supere la densidad máxima de plazas.

Los precios se disparan, pero no por la calidad

Limitar la oferta acomodará a los operadores presentes en el mercado, «que dejarán de verse sometidos a la presión que genera la entrada o amenaza de esta, por parte de nuevos operadores, y por lo tanto, una más que evidente debilitación del nivel de competencia».

Y mientras que la competencia disminuye y se crea el monopolio turístico, suben los precios. Los establecimientos ya presentes en la Ciudad Condal encarecerán sus servicios «sin que eso sea debido a ningún tipo de mérito empresarial (por ejemplo, proponiendo servicios más innovadores o de mayor calidad que justificaran dicho aumento) sino sólo a una decisión administrativa, de la cual tampoco se beneficiaría la propia administración», apuntan desde el organismo.

El hecho de no tener competencia hará que desaparezcan los incentivos para posicionarse los primeros, lo que provocará una reducción de la calidad de los servicios.

El mercado negro de licencias turísticas

Competencia toma como ejemplo el sector del taxi para explicar lo que puede suponer una oferta limitada: «el establecimiento de las barreras a la entrada que impone el PEUAT será la creación artificial de rentas monopolistas». Algo que, unido al exceso de demanda hotelera, se traducirá en un impulso del negocio de las licencias ilegales turísticas y la creación de un mercado secundario de licencias. 

«Ante la imposibilidad de acceder al mercado por otras vías, la única opción para entrar será mediante la adquisición de una licencia titularidad de otro operador, cuyo valor no responderá a la dinámica del mercado sino a una decisión política», critican.

«Se está incentivando en cierta manera el alojamiento no reglado»

La existencia de una demanda masiva no solo inflará el negocio de las licencias, sino que también provocará que los turistas busquen otras alternativas al sector hotelero, como los apartamentos turísticos sean ilegales o no. Esto se volverá en contra del plan turístico de Colau, en el que se pretendía controlar y reducir las viviendas de uso turístico (VUTS) en la ciudad.

«Si quieres ir a Barcelona y dormir a un máximo de un kilómetro de plaza Cataluña, buscarás otros tipos de alojamiento. Se está incentivando en cierta manera el alojamiento no reglado. Si con el redactado definitivo del PEUAT la oferta no puede crecer y sigue habiendo más demanda, solo se podrá cubrir con oferta no reglada, ilegal», explican.

Los pisos turísticos, los más perjudicados según la ACCO

Los pisos turísticos son los que salen perdiendo dentro del plan turístico del Ayuntamiento de Barcelona, ya que son los que sufren una «regulación especialmente restrictiva», sostiene la Autoridad Catalana de la Competencia, que asegura que es prácticamente «imposible la implantación de nuevas VUTs en la ciudad».

No se puede levantar ningún establecimiento en la zona 1 ni en la zona 4 aunque se produzcan bajas; mientras que en la zona 2 y en la zona 3 está limitada al número de bajas.

Por ello, el organismo urge a estudiar alternativas «más proporcionales y menos distorsionadoras» de la competencia que la prohibición «casi total» de las viviendas de uso turístico.  como, por ejemplo, una regulación dinámica en el ámbito del alojamiento turístico o el establecimiento de una tasa que se invierta en políticas públicas en materia de vivienda, como la rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los propietarios.

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