¿Qué es una inversión financieramente sostenible?

Energía eólica
Molinos de viento en España (Foto:GETTY)

El motivo principal por el cual se lleva a cabo la mayor parte de las inversiones es para conseguir un determinado beneficio. Evidentemente, una persona o empresa no invertirá su capital si cree que no recibirá un interés a cambio. Ahora bien, podemos encontrar distintos tipos de inversores, no solamente según su aversión al riesgo, sino dependiendo del horizonte temporal que se marcan.

Aquellos que especulan con inversiones a corto plazo, tendrán menos interés en conocer la evolución futura de la empresa y sus perspectivas a largo plazo. Estas inversiones, normalmente, entrañan un mayor riesgo. En cambio, aquel inversor que busque un beneficio más continuado en el tiempo tendrá en cuenta más aspectos de la compañía en la que invierte, como su sostenibilidad.

¿Qué se entiende por sostenible?

Desde un punto de vista empresarial, podemos entender la sostenibilidad a partir de dos definiciones:

  • Por un lado, el hecho de gozar de una situación económica y financiera estable que asegure su presencia en el mercado a medio y largo plazo. En estos casos, los indicadores que se proyectan son los recursos propios que dispone, la deuda que debe afrontar tanto a corto como a largo plazo y la rentabilidad de sus recursos y activos. Se ha demostrado que aquellas empresas que tienen una ratio de recursos propios respecto deudas más altas son también las más sostenibles y las que más beneficios son capaces de generar. Del mismo modo, cuanta menos deuda a corto plazo haya que afrontar, mejor para toda organización, porque significa que tiene más tiempo para generar los beneficios necesarios para afrontar estos pagos.
  • Por otro, se refiere a qué tipo de inversiones destina sus recursos. Es decir, a qué actividades decide invertir y si son respetuosas con el entorno, el medio ambiente y la sostenibilidad en general. En este caso, la preocupación no es solamente el hecho de conseguir una determinada rentabilidad, sino también que el dinero vaya destinado a una compañía que actúe de una forma social y medioambientalmente responsable. Siguiendo la misma línea que el caso anterior, puede atraer importantes capitales que, además del beneficio, tengan interés en el destino de lo invertido y que, en algunos casos, hasta están dispuestos a sacrificar parte de rentabilidad para obtener este bien social que consideran superior.

Sostenibilidad e imagen de marca

Muchas veces, el tener una imagen de responsabilidad y sostenibilidad es la causa que permite obtener los beneficios. Nos encontramos con una sociedad cada vez más concienciada que sube, dentro de su escalera de prioridades, todo aquello relacionado con la responsabilidad social y corporativa.

Por lo tanto, si una empresa muestra que actúa de acuerdo con estos valores, conseguirá más ventas y, como consecuencia, unos mayores beneficios que reportarán en unos mayores beneficios a repartir entre los inversores.

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