Sicav

PSOE y Podemos declaran la guerra a las Sicav: las limitarán hasta erradicarlas

Iglesias y Sánchez debaten cómo aplicar ese tope y su porcentaje

Pretenden eliminar los 'mariachis'

Pablo Iglesias
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados. (Foto: EFE)
Borja Jiménez

Podemos ha acordado con Pedro Sánchez un mayor control sobre las Sicav. El objetivo: eliminar los denominados ‘mariachis’. Para ello, ambos partidos quieren establecer una participación máxima, que aún se está negociando, para que ningún accionista pueda ostentar, como sucede ahora, la inmensa mayoría del instrumento, de modo que no pueda manejar a su antojo las inversiones del mismo. Sin embargo, este hecho puede suponer el fin de las Sicav.

La intención de Podemos de eliminar las demonizadas -por ellos- Sicav no llegó a buen puerto. Sin embargo, fuentes próximas al Ejecutivo aseguran a OKDIARIO que la formación que lidera Pablo Iglesias ha convencido a Pedro Sánchez para que se establezca una limitación -por arriba- a la participación de este instrumento financiero… que podría acabar con la erradicación de las Sicav.

PSOE y Podemos han acordado que la limitación se haga por arriba. Es decir, que en vez de impedir que ningún accionista tenga, por ejemplo, una sola acción de una determinada Sicav, lo que se limitará será que haya un inversor que tenga el control total del instrumento. El problema: que los grandes ahorradores dejarán de tener interés en este tipo de productos destinados al ahorro en el que, sólo en España, hay invertidos más de 30.700 millones de euros.

Según fuentes próximas a la formación magenta, el establecimiento de una participación máxima «devolvería el carácter colectivo de las Sicav facilitando así la regularización por la Agencia Tributaria de los supuestos de su uso fraudulento». «El objetivo de la limitación es impedir que una sola persona tenga el control de la Sicav», continúan las mismas fuentes.

Hoy en día es muy frecuente ver cómo una determinada Sicav está participada en más de un 90% por un mismo accionista, que hace y deshace las inversiones a su antojo, junto a al menos 99 accionistas más -el mínimo de accionistas que puede tener es de 100- que apenas cuentan con décimas.

Hablando en plata, lo que estos grandes accionistas buscan es aprovecharse de las diferencias entre un fondo de inversión y una Sicav que, bajo ningún concepto, tiene ventajas fiscales. A saber:

  • El importe mínimo necesario para constituir una Sicav es de 2.400.000 euros, mientras que en el caso de los fondos de inversión puede entrar en funcionamiento con 3.000.000 euros. Es decir, son necesarios 600.000 euros menos para la primera.
  • Los fondos, además, no gozan de personalidad jurídica, al contrario de los que sucede con las SICAV. 
  • Las SICAV gozan también de una mayor flexibilidad en lo que a la política de inversión se refiere y pueden autogestionarse, mientras que en el caso de los fondos de inversión necesitan de una sociedad gestora para esta labor.
  • Por último, se pueden comprar participaciones de una SICAV desde cualquier entidad financiera, mientras que en el caso de los fondos de inversión, el inversor tiene que tener una cuenta abierta en la entidad que comercializa el fondo. 

El objetivo de Podemos y PSOE era, en un primer instante, el de otorgar a los órganos de inspección de la Agencia Tributaria la competencia para declarar, a efectos exclusivamente tributarios, el incumplimiento de los requisitos establecidos para las Sicav en la normativa financiera. «De esta manera, con independencia de que fuera la propia normativa financiera la que recogiera la definición del concreto número mínimo de accionistas, no resultaría justificado que se considerase incompetente a la AEAT para la comprobación del requisito del que la normativa tributaria hiciera depender expresamente la aplicación de un régimen tributario especial (en especial tributación al 1% en el Impuesto sobre Sociedades)», señalan desde Podemos.

«Despropósito»

«¡Es todo un despropósito!», critica Gisela Turazzini, cofundadora de BlackBird, que cree que, aunque todo dependerá de porcentaje de la limitación, «lo que deberían hacer no es enfrentarse a un vehículo destinado a fomentar el ahorro, sino abrir la fiscalidad al pequeño ahorrador». «Crear cuentas de ahorro, para que el inversor pueda ahorrar e invertir como quiera, sin dejar que los Bancos ofrezcan productos caros y llenos de conflictos de interés, como los planes de previsión, de ahorro o planes de pensiones», recomienda la experta.

«Los fondos de inversión en general son caros y mal gestionados. Es importante pensar en políticas que estimulen el ahorro de los pequeños ahorradores, fomentando mediante exenciones fiscales dicho ahorro, en lugar de tomar malas medidas populistas, que no sólo van en contra de fomentar el ahorro que tanto comentamos, sino que siguen animando a los supuestamente ‘ricos’ a llevarse el dinero fuera de nuestras fronteras», continúa Turazzini.

«Es cierto que la existencia de ‘mariachis’ es cuanto menos absurda, pero transformar las Sicav en cuentas con exenciones fiscales destinadas al ahorro dejaría las cosas en igualdad para todos, ¿no?», se pregunta Gisela, que explica que «estimular el ahorro no es un error, el craso error es que los pequeños ahorradores no lo puedan hacer». «Por lo tanto, en lugar de ir en contra del ahorro de las grandes fortunas, deberían ir a favor de igualar las exenciones fiscales de nuestras Sicav para con los pequeños ahorradores, como por ejemplo sucede en Estados Unidos con las cuentas IRA. ¡Y en España, mucho debemos aprender aún sobre sus modelos económicos! Otorgando a nuestra economía de más libertad para su crecimiento y menos represión para su hundimiento», concluye la experta.

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