Coyuntura económica

Los primeros indicadores de noviembre detectan un agravamiento de la crisis económica

Caixabank rebaja pib
Nadia Calviño, vicepresidenta de Asuntos Económicos

Los primeros indicadores de noviembre muestran un agravamiento de la crisis económica, la más dura que está afrontando la economía española desde la Guerra Civil. Si los empresarios esperaban que octubre iba a ser un mes negro para la actividad, tras un verano en el que España rebotó tras el hundimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del segundo trimestre, las cifras de noviembre no son esperanzadoras.

Por ejemplo, el índice de sentimiento económico se sitúa en los 87,5 puntos, frente al 89,5 registrado en octubre, una nueva caída de la confianza de los agentes económicos que también se observa en las fábricas.

De hecho, el indicador de confianza de la industria ha pasado del -10,8%, medido como saldo neto, al -11,7% en el undécimo mes de 2020, el año más fatídico para la actividad económica que se recordará en décadas.

Una muestra de esta ralentización de la actividad es que el hundimiento del consumo de energía eléctrica corregido a efectos de calendario se sigue agravando. Ha pasado de caer un 0,7% en términos interanuales en octubre a retroceder un 2,9% en noviembre. No obstante, la caída en los que va del año, contando también los meses previos a la pandemia es del -5,5%. En el segundo trimestre el «apagón» del país hizo que este indicador cayera un -12,8%, según las cifras del Ministerio de Asuntos Económicos.

Tampoco termina de corregirse el desplome de la actividad que vive la industria del automóvil, uno de los sectores fundamentales para la economía española.  En noviembre prosigue el hundimiento de dos dígitos pese a que la puesta en marcha del plan Renove tendría que haber hecho remontar al sector. En noviembre la matriculación de los concesionarios sigue cayendo a un ritmo del 18,7%, un retroceso que se suma al hundimiento del 21% de noviembre. Mientras, en el segundo trimestre la caída ha sido del 67% y en lo que va de año del 35,3%.

Algo parecido ocurre al ver la matriculación de los vehículos de carga. En noviembre las ventas de este tipo de vehículos caen un 7,2%, lo que se suma al retroceso del 7,9% de octubre.

La razón es que la demanda no termina de arrancar, como muestra bien el indicador de confianza del consumidor. Se sitúa en un saldo neto del-29% en noviembre, frente al 26,7% del décimo mes del año, mostrando las consecuencias de las restricciones sanitarias para contener la pandemia de covid-19.

La confianza del consumidor, las matriculaciones de coches, el consumo de energía eléctrica, el sentimiento en la industria… Son indicadores que no terminan de arrancar pese al rebote tras el primer confinamiento. La tercera ola pasa factura

Para muestra los datos de desempleo, que siguen reflejando la debilidad del mercado laboral en España. El número de parados aumentó en 25.269 personas, hasta los 3,85 millones, aunque hay algo que tener en cuenta: que los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) no computan en las cifras de desempleados. Aunque el Gobierno aprovecha otros datos como los de afiliación para vender una realidad distinta, lo cierto es que 145.000 trabajadores se han sumado a las listas de estos trabajadores que en teoría no son parados pero sí cobran una prestación pública y no están trabajando o lo hacen menos horas de lo que fija su contrato.

Un contexto inquietante

El contexto es importante e inquieta. España es la economía desarrollada que más va a sufrir las consecuencias económicas de la enfermedad. De hecho, ya las está sufriendo. España sufrirá el mayor descalabro en el Producto Interior Bruto (PIB) en 2020, con un desplome del 11,6% y del 12,2%, respectivamente, según las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

España va a perder este año el doble de riqueza que EEUU y cuatro veces más que Brasil, según las previsiones de los organismos internacionales

Sobre el paro de la OCDE de septiembre -el último dato publicado por el organismo que preside Ángel Gurría- España lideró la tasa de desempleo de entre todos los países que forman parte de la organización con un 16,7%, por delante de Colombia que ha marcado un 16,6%. Grecia por su parte tenía un desempleo del 16,8% en agosto pero no ofrece datos tan actualizados y, además, el punto de partida era peor que el de España. México, en cambio, tenía una tasa de paro del 4,9% en el noveno mes de 2020 pese a la pandemia.

Los datos hablan por sí mismos y son muy elocuentes sobre el legado que está dejando la gestión del Gobierno conformado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Para empezar, la economía nacional  va a perder este año el doble de riqueza que Estados Unidos y cuatro veces más que Brasil, dos países también muy afectados por la pandemia del covid-19.

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