El precio del gas da un pequeño respiro ante la posibilidad de mayores envíos desde Estados Unidos
El precio del gas natural cotiza este viernes con caídas hasta 196 euros el megavatio hora, según los contratos de futuros para el mes de octubre del mercado neerlandés, que es la referencia en Europa. Los retrocesos llegaron al 5% en las últimas 24 horas ante la posibilidad de que se incrementen los envíos de gas GNL (gas natural licuado) desde Estados Unidos al reactivarse la operativa de uno de los principales terminales de exportación del país.
El terminal Freeport LNG, en Texas, ha conseguido el visto bueno de los reguladores estadounidense para volver a operar en octubre después de que el 8 de junio tuviese que cerrar a causa de una explosión que afectó a toda la infraestructura. Ahora, la séptima terminal más grande del mundo y la segunda de Estados Unidos operará en octubre a un ritmo “suficiente para respaldar sus acuerdos existentes con los clientes de largo plazo”.
La noticia es un balón de oxígeno para Europa después de que la Comisión Europea instase a los países miembros a elevar sus reservas antes del invierno hasta llegar al 80% en diciembre. Alemania, uno de los países más afectados por los cortes del gas ruso, ha informado este viernes de que sus reservas acaban de pasar el 70% de capacidad. El objetivo de Berlín es llegar al 75% en el 1 de septiembre y situarse en el 95% en noviembre, con lo que, según el canciller, Olaf Scholz, se garantizará el suministro necesario para todo el invierno.
En España, los depósitos están al 78,3%, según los últimos datos difundidos por el Gobierno, pero en otros países como Austria, Croacia o Hungría la dependencia de Rusia o de las interconexiones con el resto de Europa son máximas. El Gobierno húngaro señaló este viernes que rebaja los criterios de protección medioambiental para permitir mayores talas de árboles por el incremento de los precios del gas y la electricidad.
Pese a la buena evolución de los datos de reservas, la decisión de Hungría muestra que todo sigue supeditado a los envíos de Rusia a través del gasoducto Nord Stream 1 gestionado por la empresa estatal Gazprom. Desde la semana pasada los envíos se han reducido al 20% de capacidad y la empresa se escuda en que se debe a que no puede recuperar una turbina desde Canadá, país en el que se estaba reparando, pero para Bruselas se trata de una excusa. Con todo, la Unión Europea ha pactado una reducción del 15% en el consumo de energía para poder disminuir la demanda de gas y la dependencia de las importaciones rusas.
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