Mercado inmobiliario

Los pisos turísticos abandonan Airbnb y Booking y saltan al alquiler corporativo buscando rentabilidad

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Vivienda en el centro de Madrid. Zona en la que radican la mayor parte de los pisos turísticos. (Foto: iStock)

Las restricciones de movilidad y la ausencia de turistas extranjeros ha hundido el mercado de los pisos turísticos de alquiler, que buscan otros modelos de negocio para seguir operando y rentabilizar los inmuebles. La primera ola de la pandemia derivó en un éxodo de pisos turísticos hacia el alquiler principal -que oscila entre los cinco y los siete años- o alquiler de temporada -por meses-. Ahora, la segunda ola de la pandemia se ha traducido en un trasvase de pisos turísticos -que se publicitaban en plataformas como Airbnb y Booking- hacia el alquiler corporativo. Esta modalidad de alquiler no requiere licencia turística y ofrece rentabilidades de hasta un 27% al mes para los propietarios, según datos del sector.

«El trasvase de pisos turísticos a otros tipos de alquiler ha sido una tendencia. No solo se han trasladado al alquiler turístico sino también al tradicional. Hemos recibido una gran oleada de propietarios de pisos turísticos que querían cambiar de modalidad durante todos los meses del confinamiento y estamos seguros de que muchos se quedarán en esta modalidad», explica Ángel Mayoral, cofundador y CEO de Homyspace, empresa especializada en el alquiler de alojamientos para empresas.

El trasvase de pisos turísticos al alquiler corporativo ha supuesto un revulsivo para este modelo de negocio que contaba con buenas previsiones de crecimiento hasta que llegó la pandemia. En 2019, el mercado interno de los viajes de negocio y empresa llegó a crecer en torno 11,3%, por lo que el sector esperaba repetir e incluso mejorar las cifras. Sin embargo, todo se paró en seco en marzo. La actividad se paralizó y comenzó la lluvia de cancelaciones.

El sector pudo coger algo de aire en el mes de abril, coincidiendo con la apertura de desplazamiento a servicios no esenciales y la permanencia del cierre del sector hotelero. «Ahí se abrió un nuevo segmento de mercado para nosotros. Comenzamos a tener solicitudes de alojamiento de clientes que antes se desplazaban exclusivamente a hoteles. Absorbimos toda esa demanda, que todavía seguimos conservando como clientes recurrentes. Actualmente hemos vuelto a números prepandemia, logrando igualar en estos últimos meses el punto donde nos quedamos en el mes de febrero», relata Ángel Mayoral, a este periódico.

Los propietarios de los pisos turísticos dan el salto al alquiler corporativo en busca de una rentabilidad más elevada que la que ofrece el alquiler tradicional

La crisis no ha cambiado el perfil de las empresas que utilizan este tipo de establecimientos, aunque sí que se ha variado el volumen de los visitantes. Desde la PropTech valenciana explican que las empresas pequeñas se desplazan más para seguir consiguiendo oportunidades de negocio fuera de su área, mientras que algunas empresas grandes se han visto más paralizadas por protocolos internos. En cuanto a los precios, la crisis provocada por la pandemia ha reducido la demanda, por lo que la oferta ha respondido bajando los precios para ser más atractivos.

Los propietarios de los pisos turísticos dan el salto al alquiler corporativo en busca de una rentabilidad más elevada. De hecho, los expertos del sector cifran la rentabilidad mensual para los propietarios en un 27%, por encima de la que ofrece el alquiler tradicional. Otra de las ventajas es el propio perfil del inquilino, acuden al inmueble a trabajar unos meses, y se integra en el edificio como un vecino más.

Los expertos del sector creen que la recuperación será en forma de K, lo que significa que algunos sectores saldrán fortalecidos, pero otros no podrán seguir adelante.

Según explican desde Homyspace, los precios los marcan siempre los propietarios de las viviendas y varían en función de la ciudad en la que se encuentre el inmueble, así como por la demanda que haya en esa zona y otros indicadores, al igual que ocurre con el alquiler tradicional. En Madrid, por ejemplo, una empresa puede alquilar una vivienda para alojar a dos empleados durante do meses desde 1200 euros al mes, en Zaragoza desde 800 euros mensuales y en Mérida a partir de 500 euros.

Recuperación en forma de K 

Los expertos del sector aseguran que la crisis cambiará para siempre la normalidad que conocíamos antes y supeditan la recuperación a la adaptación que los usuarios tengan frente a la crisis. Creen que la recuperación será en forma de K, lo que significa que algunos sectores saldrán fortalecidos, pero otros no podrán seguir adelante.

«Habrá empresas que salgan reforzadas de la crisis porque han podido centrarse en la eficiencia operacional, analizar sus errores y adaptarse, mientras que otras, si su sector está entre los más afectados y no han podido virar rápido, les costará más recuperarse o desaparecerán, indiferentemente del tamaño», dice la PropTech.

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