Pánico entre los propietarios: las incidencias por impago del alquiler despiden 2020 en niveles récord
El mercado inmobiliario deja atrás uno de sus años más convulsos. Las operaciones de compraventa se han hundido, la inversión se ha frenado y los precios, aunque se mueven a dos velocidades, se han ajustado a la baja en la vivienda de alquiler. También ha cambiado sustancialmente la relación entre los propietarios e inquilinos de los inmuebles alquilados. Un ejemplo de ello es que las incidencias por impago de la renta cerrarán el año en niveles récord. La morosidad del alquiler también ha subido de forma alarmante, aunque todavía no ha llegado a los niveles de la crisis financiera de 2008, lo que inquieta mucho a los arrendadores.
“A falta de los últimos cierres podemos decir que las incidencias por impago marcarán un año récord debido a la situación derivada de la pandemia del coronavirus. La morosidad también está en niveles muy altos, veremos si llegamos a los peores años de la crisis anterior o hasta los superamos”, explica Sergio Cardona, director de Estudios y Calidad de Fichero de Inquilinos Morosos (FIM) a OKDIARIO.
Lo peor de la crisis del coronavirus se vivió entre los meses de marzo-abril y octubre-diciembre, coincidiendo con el confinamiento, el endurecimiento de las medidas del Gobierno y la llegada de la segunda ola de la pandemia. En concreto, las incidencias por impago en el alquiler comunicadas por los arrendadores al FIM durante el estado de alarma aumentaron un 380%. Después, y tras unos meses en los que las cifras se moderaron, las incidencias volvieron a crecer con fuerza. Lo hicieron un 70% desde septiembre hasta finales de noviembre frente al mismo periodo del año anterior.
Desde el Fichero de Inquilinos Morosos, el registro nacional de morosidad de alquiler, explican este comportamiento por la menor capacidad de pago que tienen muchos arrendatarios, que se han quedado sin trabajo o están en ERTE debido a la crisis derivada de la pandemia. “Las personas que están en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo o que han perdido su empleo han tenido problemas para hacer frente a sus deudas y han retrasado sus pagos. Esta situación es la que más se parece a la crisis financiera de 2008, aunque en esta crisis el impacto económico se ha concentrado en menos tiempo», explican.
El 2020 también ha estado marcado por la negociación entre arrendadores y arrendatarios. La mayoría han llegado a acuerdos para reducir, retrasar o incluso condonar las deudas.
Las operaciones de compraventa se han hundido en 2020, la inversión se ha frenado y los precios, aunque se mueven a dos velocidades, se han ajustado a la baja en la vivienda de alquiler
De cara al 2021, desde Fichero de Inquilinos Morosos confían en que las incidencias de impago se moderen, aunque reconocen que la incertidumbre se mantendrá un tiempo, y supeditan la recuperación del sector a la evolución de la economía española.
La prohibición de los desahucios
Tradicionalmente, las mayores preocupaciones de los propietarios han sido cobrar la renta puntualmente y tener un inquilino solvente que cuide su vivienda. Sin embargo, en los últimas meses el escenario de incertidumbre ha crecido debido a las medidas que la Administración ha puesto en marcha en el mercado inmobiliario. La última: el real decreto que prohíbe los desahucios a las familias vulnerables mientras esté en vigor el estado de alarma.
El mayor número de incidencias de impago se produjo entre los meses de marzo-abril y octubre-diciembre, coincidiendo con el confinamiento, el endurecimiento de las medidas del Gobierno y la llegada de la segunda ola de la pandemia
«Una cosa es el impacto real que lleguen a tener las medidas del Gobierno y otra cosa es el impacto comunicativo. Al final, con todo este tipo de anuncios como el de los desahucios, el propietario no sabe si le van a poder pagar o no, pero intranquiliza. Lo que más incertidumbre genera es si un propietario se queda con el inmueble vacío en plena crisis porque sabe que le costará mucho volver a alquilar y encontrar a alguien solvente», dicen desde FIM.
La incertidumbre ha crecido debido a las medidas que las administraciones han puesto en marcha en el mercado inmobiliario, como el decreto que prohíbe los desahucios
Desde Asval, la asociación de propietarios de viviendas en alquiler, se han mostrado muy críticos con la última medida antidesahucios del Ejecutivo. Consideran que ampara la ocupación ilegal y que se traducirá en una oleada de reclamaciones judiciales por responsabilidad patrimonial y económica del Estado. También tendrá un efecto llamada a la ocupación ilegal y provocará desequilibrios en el mercado y acceso a la vivienda.