Energía

Otra mentira de Sánchez: 30 días después del Consejo Europeo, la rebaja de la luz sigue sin aprobarse

Pedro Sánchez y Antonio Costa comparecen tras el Consejo Europeo.
Pedro Sánchez y Antonio Costa comparecen tras el Consejo Europeo.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Pedro Sánchez quebranta un nuevo compromiso. Este lunes se cumplieron 30 días del Consejo Europeo que aceptó la «excepción ibérica» para poner un tope al gas en las subastas del precio de la luz, justo el plazo en que dijo el propio presidente que iba a entrar en vigor la medida. Sin embargo, ni ha entrado en vigor todavía, y cada vez es más probable que no entre nunca.

Como ha venido informando OKDIARIO, Moncloa teme que la Comisión Europea no acepte ningún tope finalmente, ni a 30 ni a 50 euros. Precisamente, para tratar de salvar la medida, Teresa Ribera viaja este martes a la capital comunitaria a negociar a la desesperada con la comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager.

La «excepción ibérica» se basaba en que la Península es una «isla energética» por las escasas interconexiones con el resto de Europa. Por ello, se autorizó a que España -apoyada por Portugal- presentara una propuesta para poner un tope a las pujas de las centrales de ciclo combinado (las que funcionan con gas) en el pool que fija el precio diario de la electricidad. Con este tope, Sánchez pretendía bajar la factura de la luz y que eso se trasladara al conjunto de la economía para contener el IPC.

Sin embargo, la UE nunca garantizó que fuera a aprobar la medida, sino simplemente que la estudiaría. Además, al tratarse de una excepción, sólo la permitió hasta el 30 de junio. Y con lo que se está tardando en aprobar, si es que se aprueba, va estar en vigor apenas unas semanas.

Torpeza negociadora del Gobierno

La propuesta ha encontrado una fuerte oposición en los países centrales y con Gobiernos más liberales, que consideran que la medida se opone al mercado único y rompe las reglas del juego que deben respetar todos los países. Para completar el panorama, el Ejecutivo español cedió a las presiones de Podemos y solicitó limitar el precio del gas en 30 euros, un nivel disparatado que en Moncloa sabían perfectamente que era inasumible.

Lo propusieron para ver si conseguían 50 ó 60 euros en la negociación, cifra con la que se conformarían pese a que equivale a un precio de la luz de unos 160 euros/MWh. Pero el efecto ha sido soliviantar todavía más a los países opositores y a las autoridades comunitarias, tornando lo que se anunció como una victoria a bombo y platillo hace un mes en una amarga derrota por el desconocimiento de los mecanismos europeos o la torpeza negociadora de nuestro Gobierno.

Así las cosas, ahora mismo el escenario más probable es que Bruselas no apruebe ningún tope, ni a 30, ni a 50, ni a 60. Es decir, no sólo que se retrase más allá de los 30 días prometidos por Sánchez, sino hasta el infinito y que nunca entre en vigor. Un incumplimiento doble de la promesa, que obligará al Ejecutivo a buscar otra fórmula de rebajar la energía. Fórmula que será difícil de encontrar si se sigue negando a bajar los múltiples impuestos que la gravan.

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