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La OCU avisa: estas tarjetas de crédito parecen inofensivas, pero pueden arruinarte

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Blanca Espada

La idea de pagar cómodamente a plazos es algo que resulta atractivo para muchos consumidores. Por este motivo, las tarjetas de crédito se han convertido en una herramienta cotidiana que facilita las compras y los imprevistos. Sin embargo, detrás de esa aparente comodidad se esconde un peligro que puede llevar a muchos al borde del colapso financiero: el pago aplazado con intereses. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado recientemente sobre los riesgos que conlleva el uso de estas tarjetas, especialmente aquellas que funcionan bajo la modalidad revolving, cuyo alto coste puede hacer que una deuda crezca de manera incontrolable.

El pago aplazado con tarjetas de crédito puede parecer una solución sencilla cuando surgen gastos imprevistos o cuando se quiere repartir el coste de una compra grande en el tiempo. Pero esta facilidad tiene un precio elevado. Las tarjetas revolving, que permiten reutilizar el crédito según se va devolviendo, aplican tipos de interés que pueden superar el 20% TAE, una cifra considerablemente alta en comparación con otros productos financieros. Esto significa que, aunque se paguen cuotas mensuales, gran parte de ellas se destina a cubrir los intereses, prolongando la deuda indefinidamente. El problema se agrava cuando los consumidores no son conscientes del coste real de estas operaciones. La OCU insiste en la importancia de utilizar las tarjetas de crédito con responsabilidad y de conocer las condiciones que imponen las entidades. Un mal uso de estas herramientas puede llevar a situaciones de endeudamiento crónico, donde la deuda inicial se multiplica debido a los intereses acumulados. Por ello, es esencial comprender los riesgos antes de optar por el pago aplazado y buscar alternativas más económicas cuando sea posible.

¿Qué son las tarjetas revolving y por qué son tan peligrosas según la OCU?

Las tarjetas revolving son un tipo de tarjeta de crédito que permite aplazar los pagos a través de cuotas mensuales. A medida que se devuelve el crédito utilizado, este vuelve a estar disponible, generando una sensación de liquidez constante. No obstante, su atractivo se desvanece al observar los altos intereses que aplican. Con tasas que frecuentemente superan el 20% TAE, el coste final de las compras puede duplicarse o incluso triplicarse si no se liquida la deuda en un tiempo razonable.

El Tribunal Supremo ha intervenido en varias ocasiones respecto a estas tarjetas, llegando a calificar algunos intereses como usurarios. En una sentencia de 2021, se consideró abusivo un interés del 27,24% TAE impuesto por Wizink. Recientemente, se ha establecido que un interés es usurario si supera en 6 puntos porcentuales la media del mercado, lo que deja fuera a la mayoría de las tarjetas revolving, cuyo interés ronda el 20%. Aun así, la OCU advierte que, aunque no se consideren usurarios, estos intereses siguen siendo extremadamente elevados y peligrosos.

Información que las entidades deben facilitar

Para proteger a los consumidores, la legislación obliga a las entidades emisoras de tarjetas a proporcionar información detallada sobre el crédito dispuesto al menos una vez al trimestre. Esto incluye el importe de crédito utilizado, el tipo de interés aplicado, la modalidad de pago y la fecha estimada de finalización de la deuda. Además, deben desglosar el importe total a pagar, diferenciando entre capital e intereses.

Cuando la cuota pagada no cubre al menos un 25% del crédito dispuesto, las entidades están obligadas a ofrecer escenarios alternativos que muestran el ahorro al aumentar la cuota, así como el importe necesario para saldar la deuda en un año. Estos requisitos buscan fomentar la transparencia y permitir que los consumidores tomen decisiones informadas.

Consejos de la OCU para evitar problemas con las tarjetas de crédito

La OCU recomienda utilizar las tarjetas de crédito con prudencia. Sugiere no acumular demasiadas tarjetas, ya que esto incrementa el riesgo de endeudamiento al tener acceso a un crédito más amplio. Limitarse a una tarjeta de débito y una de crédito suele ser suficiente para la mayoría de los usuarios.

Si se opta por el pago aplazado, es preferible utilizar los sistemas que permiten aplazar una única compra en lugar de todas. Además, se aconseja elegir una cuota fija mensual lo más alta posible dentro de las capacidades del usuario para reducir el tiempo de endeudamiento y los intereses acumulados. Cancelar anticipadamente la deuda en cuanto se disponga de liquidez es otra recomendación clave para evitar que los intereses se disparen.

El peligro del sobreendeudamiento

El sobreendeudamiento es una de las principales consecuencias del mal uso de las tarjetas de crédito. Muchos consumidores, al agotar el crédito de una tarjeta, recurren a otra para seguir financiándose, creando un círculo vicioso difícil de romper. La OCU subraya que la falta de planificación y de información clara por parte de las entidades son factores que contribuyen a esta situación.

Para evitar llegar a este punto, es fundamental llevar un control riguroso de los gastos y no utilizar las tarjetas como una extensión del salario. Mantenerse informado sobre las condiciones y comparar diferentes opciones de crédito puede marcar la diferencia entre una gestión financiera saludable y una crisis económica personal.

En definitiva, las tarjetas de crédito, aunque prácticas, pueden convertirse en una trampa financiera si no se utilizan con cuidado. La OCU advierte que el pago aplazado, especialmente mediante tarjetas revolving, puede generar intereses desorbitados y prolongar las deudas indefinidamente. La clave está en utilizar estas herramientas con responsabilidad, estar bien informado y evitar el sobreendeudamiento. Solo así se puede disfrutar de las ventajas que ofrecen sin caer en una espiral de deuda.

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