Ocho acreedores impugnan el plan de reestructuración de Duro Felguera y dejan en el aire su salvación

El plan de reestructuración con el que Duro Felguera pretende salvarse de la quiebra se ha encontrado con un nuevo obstáculo: ocho acreedores han impugnado el mismo ante el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Gijón. Si el juez admite estas impugnaciones, no aprobará la homologación del plan necesaria para que la compañía evite el concurso de acreedores.
Así lo aseguran fuentes conocedoras de la situación de la empresa asturiana. El plan recibió el apoyo de los accionistas en la junta extraordinaria del 17 de noviembre y el primer ERE puesto en marcha ya ha ejecutado 110 de las 180 salidas de empleados que preveía.
La impugnación por parte de esos ocho acreedores no es el único obstáculo que afronta el plan de salvación de Duro Felguera. Como informó OKDIARIO, el plan depende también de que evite tener que pagar los 413 millones que le reclama Argelia por la central eléctrica de Djelfa y de que la SEPI rebaje los intereses del préstamo de 120 millones con que rescató a la empresa durante la pandemia.
Respecto al primero de estos problemas, la empresa pública argelina Sonelgaz ejecutó en noviembre el aval de 54,8 millones que tenía depositado Duro Felguera de forma «inesperada», según comunicó a la CNMV, lo que no indica precisamente una voluntad de rebajar la citada indemnización.
El asunto se resolverá en un arbitraje, pero, en el citado plan, la empresa española admitía que «las obligaciones asumidas por Duro Felguera al amparo del Proyecto Djelfa resultan excesivamente onerosas y de imposible cumplimiento dada su situación financiera actual».
Intereses del rescate
En cuanto al rescate público, el plan contempla la conversión de 100 de esos 120 millones de un préstamo participativo en ordinario, y el alargamiento de su vencimiento en tres tramos: 20 millones en 2029, 30 millones en 2032 y 70 millones en 2035. Es decir, es una «patada adelante» con la esperanza de que Duro Felguera pueda superar su crítica situación y volver a la rentabilidad en el futuro.
Ahora bien, la SEPI necesita que Bruselas le permita rebajar los intereses, ya que, con este alargamiento de plazos, la carga financiera será inasumible para la compañía, e incluso podría superar el importe principal del crédito, como adelantó OKDIARIO; estas ayudas de Estado extraordinarias permitidas por el covid debían tener a cambio intereses crecientes para forzar a las empresas rescatadas a devolver el dinero cuanto antes.
Y será muy difícil conseguir esa dispensa de la Comisión Europea, puesto que supondría un agravio comparativo con otras empresas rescatadas en la pandemia, tanto en España como en el conjunto de la UE, que sí han tenido que hacer frente a esos intereses crecientes. Por otro lado, la SEPI está agobiada por los problemas judiciales que pueden derivarse del rescate de Air Europa, por lo que no quiere correr riesgos de cometer alguna irregularidad en Duro Felguera.
A estos graves problemas, ya conocidos, se suman ahora las ocho impugnaciones citadas del plan de reestructuración, que pueden tumbar la homologación del mismo y, en consecuencia, forzar el concurso de acreedores de Duro Felguera.
El citado plan contempla una reducción del capital social a la mitad para compensar pérdidas (lo que implica que sus accionistas mayoritarios perderán la mitad de su dinero), la salida de los mexicanos Prodi y Mota Engil mediante otra reducción -y su posterior reentrada con la suscripción de una ampliación de 10 millones- y una quita del 100% a los bancos acreedores y a los 6 millones que inyectó el Principado de Asturias. Asimismo, establece la reducción de la plantilla de la empresa a la mitad, como adelantó este diario.
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