El plan de Duro Felguera, en el alero por la indemnización de Argelia y los intereses de la SEPI


El plan de salvación de Duro Felguera presentado este martes puede aplazar su quiebra de momento, pero en absoluto garantiza que vaya a evitarla en el futuro. Porque está cogido con alfileres y depende por completo de dos factores: que no tenga que pagar la indemnización de 413 millones a Argelia y que la SEPI rebaje los intereses de sus préstamos.
Como es sabido, el Gobierno argelino reclama esa cantidad a Duro Felguera por no ser capaz de cumplir un contrato para construir una central eléctrica de ciclo combinado en Djelfa. La empresa asturiana tiene provisionados 100 millones para esta eventualidad, e intentó traspasar el contrato a otra compañía que se echó atrás.
«Las obligaciones asumidas por Duro Felguera al amparo del Proyecto Djelfa resultan excesivamente onerosas y de imposible cumplimiento dada su situación financiera actual. Por ese motivo, una de las medidas previstas en el Plan de Reestructuración consiste en la resolución de los contratos vinculados o relacionados con el Proyecto Djelfa en interés de la Reestructuración, salvo que se consiga alcanzar un acuerdo amistoso», explica el citado plan.
«No obstante, aún siguen abiertas las negociaciones, ya que una posible solución amistosa, en términos razonables, sobre las consecuencias de la finalización del Proyecto Djelfa, incluso en una fecha posterior a la Fecha de Firma, podría ser más beneficioso para la Sociedad que una solución judicial/arbitral», añade. Es decir, Duro Felguera fía su plan a un acuerdo al que Argelia se ha negado reiteradamente, sin el cual no podrá salvarse de la quiebra, dada la citada situación financiera desesperada en que se encuentra.
De hecho, la solución del conflicto con Argelia también es condición sine qua non para que Banco Santander y Sabadell liberen 55 millones en avales (41 Sabadell y 14 Santander) retenidos por esta operación, y para que estas entidades concedan nuevos avales por el 50% de la cantidad que se consiga liberar.
Estos avales son imprescindibles para que Duro Felguera pueda seguir optando a concursos. Dicho de otra forma, mientras no se llegue a una solución con Argelia -incluso aunque no tenga que pagar finalmente los 413 millones-, la compañía no podrá conseguir nuevo negocio.
Los intereses de la SEPI
El segundo gran factor que deja el plan en el aire es el polémico rescate de 120 millones de dinero público que concedió la SEPI a Duro Felguera en pandemia. El plan contempla la conversión de 100 de esos millones de un préstamo participativo a ordinario, y el alargamiento de su vencimiento en tres tramos: 20 millones en 2029, 30 millones en 2032 y 70 millones en 2035.
Es decir, la SEPI da una «patada adelante», sin la cual la compañía tampoco podría evitar la quiebra. Pero queda el problema de los intereses: estas ayudas de Estado extraordinarias permitidas por el covid debían tener a cambio intereses crecientes para forzar a las empresas rescatadas a devolver el dinero cuanto antes. Por ello, si se alarga el vencimiento, la carga financiera sería inasumible para Duro Felguera, e incluso podría superar el importe del principal del crédito, como adelantó OKDIARIO.
Pero la SEPI no ha ofrecido ninguna garantía de que podrá rebajar los intereses, básicamente porque es muy difícil que Bruselas lo autorice. El plan se limita a decir que «se prevé la posibilidad de flexibilizar la naturaleza jurídica de la deuda (ordinaria o participativa) y de reducir su coste financiero mediante la revisión del tipo de interés aplicable». Es decir, es una mera posibilidad.
El ICO se pone de perfil
Por último, ni Duro Felguera ni la SEPI han conseguido que el ICO aporte los otros 20 millones que necesita la empresa para aguantar más allá de unos meses: «Finalmente, para potenciar el crecimiento del Grupo DF (y aun cuando ello no es necesario para su viabilidad en el corto y medio plazo), se han mantenido conversaciones con múltiples inversores para el otorgamiento de una financiación adicional de crecimiento por importe de 20.000.000€, aunque aún están pendientes de determinar los términos y condiciones concretas de dichas financiaciones», se limita a decir el citado plan.
El plan contempla una reducción del capital social a la mitad para compensar pérdidas (lo que implica que sus accionistas perderán la mitad de su dinero), la salida de los mexicanos Prodi y Mota Engil mediante otra reducción -y su posterior reentrada con la suscripción de una ampliación de 10 millones- y una quita del 100% a los bancos acreedores y a los 6 millones que inyectó el Principado de Asturias. Asimismo, establece la reducción de la plantilla de la empresa a la mitad, como adelantó este diario.
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