Crisis empresarial

Duro Felguera: 1.200 empleos en la cuerda floja por las dudas de la SEPI para inyectar más dinero

Duro Felguera, SEPI, Crisis
Sede de Duro Felguera.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Ya no hay más tiempo: Duro Felguera debe presentar su plan de salvación al juzgado antes del 31 de este mes tras denegar el juzgado la enésima prórroga del preconcurso, con 1.200 empleos en la cuerda floja por el riesgo de acabar en concurso de acreedores. El principal obstáculo sigue siendo la SEPI, que no quiere inyectar más dinero y que necesita el visto bueno de Bruselas para rebajar los intereses del préstamo a la empresa asturiana.

Como informó OKDIARIO, la única propuesta de plan de reestructuración que ha aceptado la SEPI consiste en alargar los vencimientos del préstamo de 120 millones con que la rescató en la pandemia hasta un período entre 2032 y 2035. Ahora bien, como esta deuda tiene intereses crecientes (cuanto más tarde en devolver el préstamo la empresa, más tiene que pagar), estos pueden acabar superando el principal. Y para rebajarlos, el Gobierno necesita que la Comisión Europea no considere esta medida ayuda de Estado.

Ése no es el único obstáculo a que se enfrenta la SEPI. Otro es que la desesperada situación de liquidez de Duro Felguera exige que entre más dinero urgentemente. Los principales accionistas de la compañía, los mexicanos Prodi y Mota-Engil, están dispuestos a poner 10 millones y otros 20 saldrán de ventas de activos (están intentando vender la sede central de Gijón, pero aún no la han cerrado).

Pero no es suficiente, por eso, estos inversores piden que el Estado ponga otros 20 millones. Y ahí está el problema: la SEPI no quiere poner «dinero malo sobre dinero malo», además de rebajar los intereses y alargar los plazos de la deuda, según fuentes conocedoras de la situación. Es decir, ante la elevada probabilidad de perder los 120 millones del rescate, no quiere arriesgarse a elevar esa cifra en otros 20.

Por ello, pretende que sea el ICO quien inyecte el dinero, pero esta entidad también se resiste a hacerlo. «Pero el ICO también tiene que justificar esa inversión, y tiene bastante complicado explicar por qué concede 20 millones a una empresa que está al borde de la quiebra», añaden las fuentes.

La SEPI, en llamas

Detrás de estas dudas de la SEPI, está la dificilísima situación que atraviesa el holding empresarial del Estado por los problemas judiciales que afronta por los rescates de aerolíneas con intermediación de Begoña Gómez o el que se avecina si finalmente completa su entrada en Talgo, operación que requerirá que la CNMV mire para otro lado y que Bruselas tampoco lo considere ayuda de Estado. Nadie dentro de la SEPI quiere arriesgarse a firmar un acuerdo por el que puede acabar en el banquillo.

Lo más grave de todo esto es que quedan más de 1.200 trabajadores en Duro Felguera después del reciente ERE, que redujo la cifra final a 180 empleados. Y todas esas personas están pendientes de que la empresa se salve del concurso de acreedores para no perder su empleo, ya que es casi seguro que acabe en liquidación, dada su crítica situación.

Quita del 95% a la banca

Finalmente, el plan contempla una quita del 95% tanto a los créditos (que son muy pequeños tras la anterior reestructuración, unos 15 millones) como a los avales concedidos, que sí son muy importantes: unos 275 millones. En principio, la banca va a aceptar esta pérdida si el resto de los implicados cumple su parte.

Antes de este plan, hubo otras propuestas que no salieron adelante. El primero, que el mercado daba por seguro, era la capitalización de 100 millones del dinero del rescate, es decir, la conversión de esa deuda en capital, lo que implicaría la nacionalización de Duro Felguera. Pero eso sí que sería claramente una ayuda de Estado prohibida por la UE, ya que competiría con otras empresas que no cuentan con esa ventaja. Además, Bruselas podría revisar el rescate de 2021 e imponer sanciones a España. Ante lo cual, esta opción quedó descartada.

El segundo, propuesto por los socios mexicanos, fue la división de la empresa en dos negocios, uno industrial y otro de servicios. El primero quedaría en manos de Prodi y Mota-Engil, ya que consideraban que era viable, mientras que el segundo, el de peores perspectivas, sería para la SEPI. Sin embargo, el holding se negó a esta nacionalización parcial.

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