Las abuelas vascas en Navidad preparan estos pinchos: te chuparás los dedos sin duda
Pinchos fáciles de hacer, tradicionales y perfectos para Navidad o también para Nochevieja
Es el plato más típico del País Vasco, lleva 2 ingredientes y lo odian en todo el mundo
Te sorprenderá: éste es el plato típico del País Vasco que no toleran en el resto del mundo

Después de dos días de celebraciones intensas, muchas casas del País Vasco siguen teniendo hoy ese olor tan reconocible a cocina casera y festiva. La Navidad ya ha quedado atrás, pero todavía quedan cosas por celebrar, de modo que de nuevo volverán a servirse los tradicionales pinchos a través de recetas sencillas que como decimos, no faltan en ninguna casa. De este modo muchos de esos bocados volverán a aparecer en Nochevieja, porque funcionan tan bien en una comida familiar como en una cena improvisada para despedir el año.
El 26 de diciembre suele ser un día más calmado, casi de pausa y que se aprovecha para descansar. Aun así, en muchas cocinas vascas ya se está pensando en qué preparar para el 31, y casi siempre se llega a la misma conclusión: nada como los pinchos de las abuelas. Son rápidos, gustosos y tienen esa mezcla entre tradición y practicidad que hace que nadie discuta su presencia. Ayer día de Navidad, los pinchos estuvieron en muchas mesas, hoy se siguen comiendo y en unos días volverán a convertirse en protagonistas. Y es que el pincho, tal y como se conoce hoy, forma parte del paisaje vasco desde hace casi un siglo. No nació de una receta exacta ni de una idea elaborada, sino de una ocurrencia sencilla: ofrecer pequeñas porciones atractivas a los visitantes que llenaban Donostia en los años treinta. A partir de ahí, cada bar y cada familia fue creando su repertorio. Por eso siguen tan vivos en las reuniones navideñas: porque son fáciles, variados y, sobre todo, se disfrutan sin ceremonias.
Gilda
Piparra, aceituna y anchoa. Poco más. Aun así, este pincho sigue siendo uno de los más repetidos en Navidad. Ayer estuvo en cientos de mesas y volverá a aparecer en Nochevieja porque se hace en segundos y aporta ese toque salino que abre el apetito. Algunas abuelas le añaden un dado de queso curado o alternan anchoa y boquerón para suavizar el conjunto, pero la esencia es la misma: un bocado pequeño y directo.
Tortilla de patata con pimiento verde
No hay celebración vasca sin tortilla, y eso incluye las comidas del 25 y las cenas del 31. Muchas familias preparan una tortilla grande para el día de Navidad y, al cortarla en dados, la convierten en pincho al instante. Encima, una tira de pimiento verde asado o un pimiento de Padrón frito que le da un toque más festivo. Es un bocado que desaparece antes de que llegue a la mesa.
Txaka con mayonesa casera
Un clásico absoluto. El surimi rallado mezclado con mayonesa espesa y huevo cocido es una de esas recetas que todas las abuelas preparan de memoria. Se sirve sobre pan y se come sin pensar, casi de pie. En Navidad suele haber bandejas enteras y, si queda algo, reaparece en Nochevieja porque aguanta perfecto en la nevera.
Jamón y queso con membrillo
Otro pincho que parece sencillo pero que siempre gusta. La mezcla de jamón, un queso con carácter y un toque dulce de membrillo logra un equilibrio perfecto. Ayer estuvo en muchas meriendas y sobremesas, y en Nochevieja es habitual verlo como bocado frío para empezar la cena.
Champiñones con jamón
Se prepara en pocos minutos: champiñones al ajillo coronados por una loncha fina de jamón. Sobre pan tostado queda firme y jugoso a la vez. Es uno de los pintxos calientes más habituales en mesas familiares cuando se busca algo sencillo pero con sabor.
Bacalao con pimiento del piquillo
En el País Vasco, el bacalao es casi un símbolo navideño. Por eso, muchas abuelas aprovechan pequeñas lascas para montar este pincho: pan, pimiento del piquillo y una lámina de bacalao. Puede servirse en frío o con un toque templado. Ligero, colorido y perfecto para los días posteriores a grandes comidas.
Piquillo relleno de brandada
La versión más festiva del pimiento del piquillo. Relleno con brandada de bacalao y presentado tal cual o pasado ligeramente por harina y huevo para darle un toque crujiente. Es un pintxo que entra directamente en categoría “celebración”, ideal tanto para el 25 como para el 31.
Langostino con beicon
Si una abuela vasca quiere asegurar el éxito, prepara este. Un langostino pelado envuelto en una loncha fina de beicon y marcado a la plancha. En Navidad es habitual que, si sobran langostinos del día anterior, acaben convertidos en pincho. En Nochevieja funciona igual de bien.
Morcilla con manzana caramelizada
El contraste dulce-salado en versión mini. Una rodaja de morcilla de arroz a la plancha, una lámina de manzana caramelizada y pan crujiente debajo. Se ha convertido en uno de los pintxos más agradecidos para las cenas festivas, porque llena, pero no empacha.
Estos son sólo algunos de los pintxos que ayer, en Navidad, llenaron mesas por todo el País Vasco y que volverán a estar presentes en Nochevieja. Si algo tienen en común es que son rápidos, sabrosos y no exigen grandes complicaciones. Esa mezcla de tradición y sencillez explica por qué, tantos años después, siguen siendo los favoritos de las abuelas vascas y de cualquiera que se siente a su mesa en diciembre.