El mundo económico cree que la intensa ofensiva de Sánchez contra el libre mercado expulsa la inversión
El mundo económico cree que las últimas iniciativas del Gobierno de Pedro Sánchez para limitar los precios del alquiler de vivienda o para forzar a las entidades financieras a rebajar las cuotas hipotecarias suponen un ataque a la línea de flotación del libre mercado que tendrá consecuencias nefastas tanto para la inversión interna como para la atracción de capital exterior. Todas las últimas decisiones adoptadas por el Ejecutivo van en contra de la libre fijación de precios, que es el modelo que rige en los países desarrollados, aseguran los medios consultados por OKDIARIO.
Manuel Balmaseda, economista jefe de Cemex, considera que el tope al alquiler -forzado por Bildu como condición para apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE)- «quizá ponga muy contento a los actuales arrendatarios pero, observado con detenimiento, va a castigar de nuevo a los propietarios y tendrá la consecuencia inmediata de reducir la oferta de pisos en el mercado, logrando los efectos contrarios a los perseguidos y perjudicando sobre todo a los jóvenes, que verán más limitadas todavía sus posibilidades de acceso a una vivienda». «No se puede decir que esto sea una iniciativa de carácter social, sino todo lo contrario», agrega.
Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de la consultora Freemarket, opina que toda esta clase de decisiones «provoca incertidumbre, que es un sentimiento letal, sobre todo en una coyuntura en la que la economía se aproxima a la recesión -si no está ya en ella-, así como inseguridad jurídica, que es el factor más disuasorio posible de la inversión. A partir de ahora, habrá muchas menos empresas interesadas en sacar al mercado vivienda en alquiler y otras tantas reacias a renovar los contratos que venzan en un momento en el que la inflación está disparada».
Otros analistas como Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE), el think tank de CEOE, asegura que «si el Banco Central Europeo (BCE) está subiendo los tipos de interés para controlar la inflación y contener la demanda, las políticas públicas de los gobiernos nacionales deben facilitar la tarea. Y este no es el caso del español. El acuerdo, forzado por el Gobierno hasta el límite, para que los bancos rebajen las cuotas de las hipotecas va a impedir el necesario ajuste en los precios, además de que establece una discriminación sobre los ciudadanos que tenían hipotecas a tipo fijo, que han sido olvidados por completo, a pesar de que han tenido un comportamiento más ejemplar».
Todos los expertos consultados inciden en que este Gobierno se ha acostumbrado a situar a sus interlocutores en una posición límite, en la que, finalmente, el último argumento encima de la mesa -como sucedió con la infausta contra reforma laboral- es el siguiente: «Si no os adherís, tomaré la decisión unilateralmente y todavía será mucho peor para vosotros». «Pero esto va contra los usos y costumbres democráticos», apuntan.
Según Balmaseda, esta estrategia acaba construyendo unos incentivos perversos porque si como sucede con el caso de las hipotecas, «se penaliza a los ciudadanos más prudentes y cautos, se está estimulando al mismo tiempo la irresponsabilidad personal a la hora de la toma de decisiones y esto acaba generando múltiples distorsiones económicas».
Los analistas también piensan que el acuerdo sobre las cuotas hipotecarias puede afectar a la solvencia de las entidades financieras y exigir un aumento de las provisiones para fortalecer el capital, lo que quizá merezca una revisión de estas medidas por parte del BCE. «La conclusión es que el Gobierno está actuando ahora como durante la pandemia, se ha acostumbrado a intervenir en el mercado, y en lugar de aflojar la presión, como sería lo lógico debido a las nuevas circunstancias, ha optado por lo contrario, dando lugar a efectos económicos perversos», señalan las fuentes consultadas.